Capítulo II

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Max sirvió whisky en un vaso y se lo ofrecio al joven, que estaba sentado con expresión triste en el sofá. El paseo por las frías calles de Moscú lo había dejado helado pero un trago de whiskey lo haría entrar en calor. Y entonces descubriría que hacía en La Plaza Roja a la misma hora en la que el debía encontrarse con su informador. Considerrando que era un trabajador de Lewis Hamilton, le parecía una extraordinaria conincidencia.

Y él no creía en las coincidencias. El trabajo duro y los sacrifiios lo habían llevado donde estaba en aquel momento, no creer en misiticas ocurrencias. Si hubiera dejado su vida en manos de la suerte y las circunstancias, probablemente estaría muerto, como el resto de su familia.

Él acepto el vaso sin mirarlo y depués de tomar un largo trago, empezó a toser.
–¡Sabe horrible!
Max tomo un sorbo de su whisky, disfrutando del sabor a barrica de roble y caramelo. El whisky de malta de cincuenta años era perfecto. Y también lo era la interpretación del chico. Definitivamente sabía hacerse el inocente, pensó, haciendo una mueca de desdén.

Como su padre antes que él, Lewis Hamilton siempre había creído que podia arruinar Prospecciones Verstappen si ofrecía dinero a la gente adecuada. Pero aún no tenia éxito, ni lo tendría.

Max moriría antes de perder el siguiente asalto en su épica batalla. Quien lograse convencer a Sebastian Vettel para que le vendiera sus acciones en el Báltico y Siberia obtendría una enorme recompensa, dejando a la otra compañía mordiendo el polvo. Aquel trato era la culminación de todo aquello por lo que Max había trabajado tanto. Con una simple firma Vettel podía darle el poder, para, por fin, aplastar a Hamilton de una vez por todas.

Y entonces Lando habría sido vengado. Eso era lo único que importaba.

Max estudio al hombre que estaba en el sofá ¿Estaba allí para conseguir información sobre sus planes? De ser así, iba a llevarse una desilución. Pero si estaba intentando distraerlo para que bajara la guardia...no, en realidad tampoco parecía ponerlo empeño en eso.

Era precioso, de una manera natural. Él había conocido a muchos hombres guapos en su vida, pero aquel no parecía conciente de su belleza. Ni una sola vez se había tocado el pelo, ni le había pedido un espejo.

Mientras lo miraba, él metio una mano en su bolsillo del abrigo y sacó un par de gafas.
–Veo bien, pero me duele la cabeza si paso mucho tiempo sin ellas–Murmuró mirando el vaso que tenía en la mano–Se llenaron de vaho cuando salí a la calle y se me olvido volver a ponermelas.
–¿Qué hacías en La Plaza Roja?

Sergio lo miró con ojos húmedos y, una vez más, Max sintio la extraña punzada en el corazón que había sentido antes, cuando respiro su aroma. Su hermano tenía los ojos cristalinos en comparacíon con los de él, que eran unos ojos profundos llenos de secretos, parecidos a los de él , unos de los que no se podía escapar por mucho éxito que tuviera o por mucho que intentara dejar el pasado atras.

–Ni siquiera se su nombre–Dijo Sergio entonces.
–Max–Se presentó, aunque estaba seguro de que sabía quien era.
Tal vez debería haber aceptado su oferta y haber vuelto con él al hotel.

¿Pero que habría hecho Sergio si hubiera dicho que si? Eso le habría causado una gran consternación estaba seguro. Lo que no entendía era que él mismo le hubiera dicho que trabajaba para Lewis.
–Max–Repitió Sergio.
–Eso es. Y ahora cuentame, que le ha pasado a tu hermano.

Jugaría a su juego. Por el momento.
Él chico tomo otro sorbo de whisky y volvió a toser. Si estaba actuando, era un buen actor.
–Mick tiene ventiun años, los cumplió ayer. No se parece nada a mí...es alto rubio y le gusta divertirse. Esta tarde mientras yo estaba trabajando con Lewis preparando la reunión para mañana, Mick fue a hacer una visita guiada por Moscú. Al rededor de las ocho me envio un mensaje diciendo que estaría en el bar del hotel un rato y, aunque no estaba en nuestra habitación cuando volvi, no se me ocurrio pensar que le había pasado algo... hasta que dieron las doce y aun no aparecía. Le llame al móvil varias veces pero no contestaba, por eso salí a buscarlo.

El Príncipe Ruso.  ❉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora