𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝟕

1.3K 105 4
                                    

Mirando a través de la ventana, mi cabeza volando y viajando en mis pensamientos y dudas que constantemente me atormentaban desde que el demonio me hospedó en su infierno, mi temor ahora era concentrada en una sola protagonista, Bella. Sofía me había demostrado en un par de días, o más bien horas, que podía confiar en ella ciegamente, cada oportunidad que se le presentaba a la mayor para ingresar a la habitación cuando su jefe no estaba era aprovechada.

Pero aún así mi confianza no era depositada del todo hacia ella, observaba lo poco que podía por la gran velocidad con la que conducía el de trenzas, como si su vida dependiera de ello. Las calles se veían desoladas, muy poca luz iluminando la carretera, algunas casas y el único sonido provenía del auto siendo conducido.

En todo el transcurso al lugar por el que Tom me obligó a venir ninguno hizo el mínimo esfuerzo por entrelazar palabras, lo prefería. Mis ojos miraban un punto inconcreto, sin sentido. De un momento a otro el auto se detuvo repentinamente quedando frente a una pequeña casa a inicios de un bosque.

Era una especie de cabaña, pero no cualquiera, se veía que estaba bien mantenida, limpia y lujosa, tenía un par de candelabros adornando a los lados del rincón, una puerta de color blanca y árboles a sus alrededores, todo se veía muy bien conservado y en buen estado, a excepción de las ventanas que les faltaba unas que otras partes de su vidrio. Así me sentía yo, sin mi otra parte, parte que se quedó en esa casa.

Tom fue quien bajó primero del auto para luego rodear este, abrió la puerta de copiloto y la cerró cuando quedé fuera del vehículo, su mano tomó salvajemente mi brazo haciendo presión en este sin importarle el dolor que me ocasionaba.

—No seas estúpida para intentar escapar... —amenazó observándome con esos vacíos y oscuros ojos —O... de lo contrario será tu pequeña Isabella quien pague las consec-

Ella no.

—N-No voy a hacer nada— solté sin más, sintiendo un ardor en mi pecho al escuchar lo que quería decir

—Así me gusta preciosa—pasó su otra mano y la colocó en mi mejilla —Las cosas van mejorando—burló cínicamente

Sin decir nada más de por medio avanzamos en dirección a la entrada del lugar, fue abierta para que pudiéramos ingresar. Por dentro al igual que fuera de la cabaña se veía muy lujoso, un par de muebles, contaba con un gran estante de madera y un escritorio. Sin soltar su agarre de mi brazo empezamos a caminar hacia la mesa vacía, se sentó en la silla de material fino y de un rápido movimiento hizo que quedara sentada sobre su regazo. Asco, eso estaba sintiendo.

—Puntual como siempre—se escuchó una voz fuerte y en tono divertido

—Siempre soy puntual Andrew—rió el de trenzas

Esa voz no se escuchó más, ahora un hombre junto a dos más estaban frente a nosotros, dos de ellos portaban traje negro, mientras que el de en medio tenía barba, era rubio y estaba vestido muy formal. No me fijé más sobre su apariencia, pues sentía su mirada clavada sobre mi.

—Kaulitz y sus buenos gustos—el sujeto hizo un ademán dando a entender que a los que lo acompañaban se retiraran—¿Es ella de quien me hablaste? —preguntó tomando asiento frente al escritorio

¿Le había hablado de mí?

—Exactamente—respondió —Es una belleza total....Es tuya.

—¿¡Qué!? —grité sintiendo como mis ojos se cristalizaban, esto no podía ser posible.

—Así como escuchaste zorra— musitó el rubio mirando atentamente cada uno de mis movimientos —Ahora eres mía— sin darme tiempo Tom me lanzó hacia el cuerpo del sujeto.

𝐃𝐢𝐢𝐟𝐢𝐜𝐮𝐥𝐭 ; 𝐓𝐨𝐦 𝐊𝐚𝐮𝐥𝐢𝐭𝐳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora