Decir que la paz volvió a su alma al no ver a ningún miembro de esa familia en la sala de reuniones sería mentira, ignorando el sentimiento de que algo malo va a pasar, también estaba la incomodidad de las miradas sobre el por culpa de la estúpida máscara que le dio el albino.
Enserió ser un triangulo de lo que Satoru llamo "juego del calamar", no era si idea de dizfras y tampoco quería saber por qué esa rata ciega la tenía tan a mano.
Ser el centro de atención en una sala donde se supone que esos vejestorios discuten sobre el rumbo de sus empresas, las colaboraciones, tratados y avances.
Estupido sin duda aunque si llamaba mucho la atención el que un hombre bastante grande este con una máscara estúpida parada al lado dorian quien sonreía y palmera su regalo cada que cruzaban miradas.
La reunión acabó y porfin volvería respirar correctamente, estaban dirigiéndose a la oficina del mayor cuando en el labio una voz los interceptó.
-Por qué tan apurado Dorian.
Siente que conoce esa molesta voz y lo hace entrar en pánico, tantea su rostro aún cubierto por petición de su jefe, "quiero ser quien te lo quite", agradecía haber obedecido la petición ridícula.
Lestrange giro sin emoción conociendo de sobra quien le hablaba.
-Naoya, si querías hablar conmigo debiste asistir a la reunión, no hacemos algo secreto como para que vengas aquí.
-no tendría tu completa atención si estaba rodeado de esos viejos.
Dorian rodó los ojos, su cuerpo estaba tenso no soportaba a Naoya Zen'in, pero ni modo no podía volver a hecharlo.
Toji estaba molesto con la presencia de su pariente, más aún con la forma para nada disimulada de ver el culo de Dorian, quería tomarlo por la cintura mientras lo pegaba a él obstruyendo ais la vista del teñido, Lestrange era suyo, el lo vio primero.
Dorian estaba cansado y solo quería irse a casa dormir, no dejo que el rubio pasara a su oficina lo atendió ahí en la ante sala, Naoya ama este lugar desde sus paredes blancas y los detalles dorados a los sofás de tonos oscuros, solo había una cosa que lo molestaba.
El nuevo sillón azul individual, sin duda no combinaba con la elegancia y equilibro de los tonos dorados, blancos y verde, el azul del sofá era como una mancha que opacaba la belleza de la sala.
Bueno si había otra cosa que lo molestaba y eso era ese ridículo hombre enmascarado detrás de Dorian, ¿acaso no leia el hambiente?, al parecer su nula capacidad de pensamiento impedía que captar la indirecta más obvia.
El y Dorian devian estar a solas, a solas para poder coqutearle a gusto al azabache y ese conjunto de puro musculo sin cerebro se lo impedía.
-Dori, desaste de tu acompañante para así hablar mas cómodos.
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