cap 3

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Dorian despertó demasiado temprano para alguien que ni siquiera salía correr, no sabia exactamente que hora era y sin embargo era coincidente de que era demasiado temprano como para existir, se quedó mirando fijamente un punto fijo, ni siquiera los pájaros estaban tan temprano despiertos.

Por el pequeño hueco de las ventanas se podía ver la oscuridad cubriendo aun las casi vacías calles, sus ojos divagaron desde el alto techo a la puerta mientras un escalofrío recorría su espina dorsal.
Se sentía observado y como si el aire escapaba de sus pulmones sofocándolo, su cuerpo no parecía querer responder, estaba consciente pero no del todo.

Quería cubrirse bajo las mantas como si eso cubriera a su ser de algún peligro eminente, miro con horror el como la puerta emitía un chirrido abriéndose en una tortuosa lentitud como si se burlara de él.

La jodida luz de noche no ayudaba para nada con su tenue brillo que apenas alumbraba el cuarto, que ciertamente ahora parece tan inmensamente aterrador, intento apartar su vista y cerrar sus ojos como si eso lo sacara de esa situación, más solo logro ver imágenes borrosas tan espeluznantes creadas por su mente.

no debió mirar, mierda, estúpido cerebro que lo hizo abrir los ojos y ver unos huesudos y largos dedos colarse en el borde de la puerta, el chirrido volvió a sonar acompañado del estruendoso golpe de la puerta contra la pared, revelando una larga y delgada figura que lo miraba fijamente sin emitir sonido más haya que el de su extraño respirar.

Un chillido escapo de sus labios al ver como el ser se adentraba en su habitación, con el corazón en la boca y el alma a flor del piel tomo con la valentía que sabrá satanás de donde saco y en una estúpido intento de protección arrojo contra el ser su almohada.

—ahgg!, Que mierda te pasa Dorian.

El ya estaba temblando hasta los huesos hasta que su cerebro por fin hizo clic, los fantasmas no existen, el único alienígena deforme que lo vendría a joder tenía una cabellera blanca y usaba unos lentes que lo hacían ver como las ratas ciegas de Sherk.

Satoru y la reputa madre que te parió.

Agarro su pecho intentado que su pobre corazón volviera a su ritmo normal mientras el albino dejaba de reír para verlo algo preocupado, tal vez se pasó en asustarlo y a su vez apagar las luces de toda la casa sabiendo el pánico de este por la oscuridad.

—Lo siento, aunque no fue 100% mi intención asustarte, la luz del pasillo ya estaba apagada cuando llegue.

Eso no pareció calmar al azabache en lo absoluto, parecía más asustado que antes, prendió las luces del cuarto antes de acercarse a este queriéndole mostrar que no había nadie más aquí, solo eran ellos dos.

Mientras Satoru algo culpable se sentaba al lado de Lestrange y lo abrazaba buscando calmarlo, el reloj marcaba las 6 y el despertador biológico de un pequeño azabache de tiernos ojitos verde despertaba cargado de energía.

Bajo con agilidad de su cunita y apoyo sus pies sobre uno de lo cajones mal cerrados de "prisión", logrando así su escape, dio pasitos firmes una vez se orientó en la oscuridad hasta la cama donde su papi dormía plácidamente.

El ahora Fushiguro balbuceaba entre sueños algo de lo cual Magumi solo pudo entender la palabra "Dori", no le dio mucha importancia y golpeó con sus manitas el rostro de este en busca de que despierte.

-5 minutos más.

Cargo al pequeño en automático y lo dejo a su lado antes de abrazarlo volviendo a dormirse, lastimosamente el espantoso ruido del despertador sonó y Gumi río.

—Mhh -quejándose- malvado

Su pequeño solo lo miro serio antes de reír, no podía enojarse cuando veía esa adorable carita llena de alegría e inocencia, estiro su cuerpo desterrando sus músculos.

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