Con odio, Spreen ━━━━i. buhajeruk [+18] ✓

Final alternativo

¿Y si...?

¿Y si cambiamos un poquito las cosas?

Lugar: Esland 2023 [con algunos cambios:)]

contexto (porque sé que pasó mucho tiempo desde la última actualización): Verónica María se fue a Andorra con Rubén e Irina debido al hate, ¿y Spreen? Sigan leyendo;)

spreen's pov

—¿Otro trago, guapo?

Sus labios estaban tan cerca de mi rostro que por un momento llegué a pensar que sí iba a besarme. 

—¡Hazte para allá, pelotudo! —grité, empujando a Carre hacia un lado y volviéndome a cubrir con las frazadas hasta el rostro. 

—¿Entonces no queres otro mate?

Alcé ligeramente la manta y deslicé mi brazo por debajo, moviendo mi mano de un lado a otro hasta sentir la taza, metiéndola conmigo y tomando un sorbo. 

—Respeten su depresión post-relación —escuché decir a Sofi, segundos después sentí unas manos en mi cabeza—, ¿no ven que ahora será un señor viejo y arrugado hasta sus últimos días?

 —Hazte a un lado,   —murmuré, deshaciéndome de sus dedos en mi cabello, sabía que no lo hacía con otro tipo de intenciones, pero algo dentro de mi se retorcía de incomodidad al saber que la dueña de esas manos no era cierta chica de pecas y sonrisa contagiosa. 

Tal vez sí serían mis últimos días de esa manera, ¿Qué otra forma había? Todo en mi estaba roto y mi cabeza no paraba de dar vueltas de tantas ideas y posibles soluciones rondando en mi cabeza, pero la conclusión siempre era la misma: si me veían con ella, la juzgarían. 

—Esto es tan dramático —oí a Nadu, junto con el sonido de sus tacones en el piso de la habitación—, es como una de esas series chinas que veía la nena. 

El lugar se sumergió en un silencio sepulcral en cuanto terminó la última palabra, inevitablemente sentí un vacío en el pecho. 

—Dale, amigo —dijo Robleis—, no te trajimos a México para que sigas igual de depresivo que en Argentina, ¿Cuánto ha pasado? ¿Un año? No podés quedarte aquí y evitarla. 

—¿Querés apostar?

—Ah, bueno, si hasta con la pijama te has venido, boludo.

—¡Vamos, Spreen! —gritó Lit, inmediatamente sentí un golpe en el estómago, obligándome a ponerme de pie. 

—¡¿Qué hacés?! —dije empujándolo—¿Por qué te tiras sobre mi, hijo de-?

Dejé de hablar en cuanto escuché tres golpes en la puerta, cerré los puños ya enfadado de por sí y la abrí con fuerza. 

—¡¿Quién mier-?!

No vi a nadie frente a mi, pero mi respiración se detuvo al mirar unos centímetros más abajo. 

Su cabello rubio ahora se encontraba más ondulado que de costumbre y enganchado a un coletee de mariposa dorado como sus largos aretes, no pude ver más porque me quedé enganchado a sus ojos verdes. 

—Les dije que si la poníamos en frente, nos abriría —murmuró Juan. 

—Juan Granizo —fue lo único que salió de mi boca, antes de caminar al costado de ella, chocando mi hombro con el suyo de casualidad en mi torpe intento de huida—, iré yendo al lugar. 

—Aun es temprano —dijo el de gorra, apuntando con sus ojos tras mío—, Ver-

—Quiero dormir en el auto, iré yendo —lo interrumpí, continuando mi camino hacia al ascensor—, fue un largo viaje.