^Capítulo cuatro ‡: Año Nuevo en Beacon Hills

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Narrador Omnisciente:

Theo había invitado a Nolan a la cena de año nuevo en la casa de los padres de Liam ya que Nolan no tenía con quien pasar año nuevo. Theo vivía en la casa de los señores Dunbar desde que se reconcilió con Liam y se convirtió en su novio. Los señores Dunbar ya sabían que su hijo y Theo eran novios y los aceptaban, aunque a veces les ponían algunas reglas para que no se pasaran de la raya.

La señora Dunbar había preparado un delicioso menú para la ocasión: cerdo horneado, puré de papas con mantequilla, cilantro y bastantes guisantes, y un ponche de crema casero que era una receta familiar. Para Theo, Liam y Nolan, el ponche no llevaba whisky, ya que ninguno tenía 21 años de edad.

Antes de la cena, Theo y Liam aprovecharon que los padres de Liam estaban ocupados en la cocina y se escaparon al baño para tomar una ducha juntos. Se metieron en la bañera llena de espuma y se besaron y acariciaron con pasión, sin hacer mucho ruido para no alertar a nadie. Después se vistieron y arreglaron juntos, elogiando lo guapos que se veían el uno al otro y lo mucho que se amaban.

Theo: Liam, qué guapo te ves con ese traje. Pareces un modelo.

Liam: Igual tú, Theo. Me encanta cómo te queda esa camisa. Resalta tus ojos.

Theo: Gracias, amor. Sabes que solo tengo ojos para ti.

Liam: Y yo solo para ti, Theo. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida.

Luego escucharon el timbre y bajaron a abrirle a Nolan, que llegó con una botella de vino como regalo. Nolan era el amigo de Liam y también era parte del equipo de lacrosse. Aunque al principio no le caía bien Theo, por su pasado, con el tiempo había aprendido a confiar en él y a ver que había cambiado gracias al amor de Liam.

Los tres jóvenes fueron al comedor, donde los señores Dunbar los esperaban para cenar. Se sentaron y empezaron a servirse la comida, que estaba deliciosa. Mientras comían, conversaron sobre varios temas: la escuela, el deporte, el trabajo, los planes para el futuro.

Theo estaba emocionado de contarles que retomaría las clases en enero y que por fin podría terminar la secundaria, después de haberla abandonado por culpa de sus problemas sobrenaturales. También les dijo que le iba muy bien en su trabajo como mesero y que lo habían ascendido como uno de los administradores del restaurante, lo que le permitía ganar más dinero y ahorrar para la universidad.

Señor Dunbar: Theo, me alegro mucho de que hayas decidido regresar a la escuela. Sé que no ha sido fácil para ti, pero eres un chico inteligente y capaz, y mereces tener una buena educación.

Theo: Gracias, señor Dunbar. Usted ha sido muy generoso conmigo, y le estoy muy agradecido por todo lo que ha hecho. Sin su ayuda, no habría podido conseguir el trabajo ni el apartamento.

Señor Dunbar: No hay de qué, Theo. Eres como un hijo para mí, y solo quiero que seas feliz con Liam y que tengas un buen futuro.

Liam estaba orgulloso de su novio y de sus logros, y también compartió sus propios objetivos: llevar a su equipo de lacrosse al campeonato estatal y entrar a una buena universidad de medicina, al igual que su padre, que era un reconocido cirujano. Liam tenía un don natural para la medicina y quería usarlo para ayudar a la gente, especialmente a los que sufrían por su condición de hombres lobo u otras criaturas.

Señora Dunbar: Liam, estoy muy orgullosa de ti, hijo. Eres un excelente estudiante y un gran deportista, y sé que vas a ser un gran médico. Tienes un corazón de oro, y siempre te preocupas por los demás.

Liam: Gracias, mamá. Ustedes me han enseñado a ser así, y siempre me han apoyado en todo. Los quiero mucho, y espero no defraudarlos nunca.

Señora Dunbar: No digas eso, Liam. Nunca nos has defraudado, y nunca lo harás. Te queremos mucho, y estamos muy felices de que hayas encontrado el amor con Theo. Él es un buen chico, y te hace feliz.

"Nuestro Pequeño Milagro: Theo, Liam y su Cachorro"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora