☆ 2 ☆

41 5 0
                                    

Micaela
Desperté dos horas antes de lo establecido,se podría decir que casi no dormí,de los nervios tuve ciertas idas al baño en el transcurso de la madrugada.

Pero no fui la única en madrugar,para mí sorpresa Leonor ya hacía frente al espejo formando una alta coleta con su cabello para después amarrarla con una de esas ligas gruesas y coloridas que se encontraban a la moda, combinaban a la perfección con sus pulseras de la mismas descripción.

Me metí al baño a vestir pues compartíamos cuarto y era difícil tener privacidad.

Cuando me disponía a salir de aquel estrecho cuarto mi mirada se detuvo en el espejo que colgaba de un clavo en la pared,mi cuerpo me llenaba de complejos pero en ese momento no quería filosofar así que seguí con mi camino a desayunar.

Roberto

-Vamos Robert,decime cómo se llamaba aquella chiquilina- Pregunto repentinamente Riki,fue raro porque no le había contado nada de lo que pasó ayer

-¿Pero de qué me hablas?- trate de hacerme el indiferente

-¿Era linda?-

-¿De dónde sacas que conocí a alguien?- me llenaba de intriga saber eso,era imposible que nos haya visto en la óptica pues él estaba demasiado ocupado

-Tu comportamiento,tu comportamiento lo dice todo- dijo con seguridad

-No te puedo decir su nombre porque ni siquiera yo lo sé- mi mirada seguía fija en el techo

-O sea ¿Cómo?¿ Te enamoraste pero no te tomaste la molestia de aprender su nombre?-

-Ya fue,no nos volveremos a ver,no estoy enamorado de ella, Roberto Musso no sabe que es eso- respondí con aires de grandeza y sólo recibí cómo respuesta una risa de parte de Riki

-Ah,si,si señor corazón de piedra- el tono de sarcasmo se notaba de aquí a buenos aires,típico de Riki ¿Qué les diré?

"¿La conociste en la óptica?" "¿Trabajaba ahí?" "¿Cómo era?" "¿Tiene tu edad?" "¿La habías visto antes?" Esas y más preguntas recibí de parte de Riki en todo el camino a la universidad

Micaela
Cómo era de esperarse, Leonor me dejó atrás todo el camino,se limitaba a mirarme en ciertas ocasiones,ni mucho menos me dijo dónde quedaba el aula donde se daría mi primera clase.

Tenía que averiguar dónde estaba ese salón por mi cuenta,había varios señalamientos pero la situación que no tenía lentes no ayudaba para nada en aquella misión,no podía leerlos muy bien así que me veía obligada a preguntar a los alumnos de grados más elevados.

Pese a que encontrar mi aula era ahora mi principal preocupación,mi mente aún tenía espacio para pensar en el chico de ayer.

No puedo decir que me atrajo de manera romántica, pero por las escasas palabras que intercambiamos vaya que me atrajo su manera de expresar,me hubiera gustado poder establecer una amistad con él, pero posiblemente jamás lo vuelva a ver.

Pero mi tiempo era escaso para pensar en eso,un choque de hombros sin querer que tuve con un chico me saco de todo pensamiento que abundará en mi cabeza.

R.M.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora