HOGWARTS ONE-SHOTS 18+

Tom Riddle y Regulus Black

¿Un trío o que?

¿Fin de año en Hogwarts? Claro que si, esto implicaba una enorme fiesta, claramente habría mucho alcohol, música a todo volumen y claro, mucho sexo.

Básicamente sería una fiesta espectacular en la sala de menesteres, las cuatro casas nos habíamos puesto de acuerdo para hacer la mejor fiesta del año.

Ya estaba todo preparado, yo había sido una de las encargadas así que obviamente todo había quedado maravilloso, había luces de colores por todos lados, enormes parlantes entregados por el ministerio mucha comida, y alcohol en exceso.

Salí rápidamente de la sala y fui a mi habitación, el hermoso vestido que pensaba ponerme reposaba en la casa, extendido. Era un hermoso vestido color vino, aterciopelado, con aberturas en la cintura, un escote en V, espalda descubierta y mangas caídas, unos lindos tacones del mismo color me acompañaban.

Me metí a la ducha y quince minutos después salí, me vestí, me maquille y me peine. Pansy entro a mi habitación.

—Joder, sin ser hombre yo si te doy— Me escanea con la mirada.

—Gracias, tu tampoco te quedas atrás— Tenia un lindo vestido blanco con tacones del mismo color y un maquillaje natural.

—Ese labial rojo, me esta tentando a que lo pruebe— Se acerca sonriendo.

—No te quedes con las ganas— Dije aceptando su propuesta.

Quedamos cara a cara, acercó su rostro al mío y nos fundimos en un apasionado beso, nuestras lenguas se tocaron sacándonos un gutural sonido de la garganta a las dos, cuando la respiración nos falto, nos separamos.

—No pierdes el toque Black— Halaga Pansy.

—Eso jamás querida— Dije y nos reímos.

Me retoque el labial y las dos salimos de la habitación. Nos encaminamos a la sala de menesteres y apareció la puerta a lo cual entramos.

Las luces me aturdieron enseguida, más la música a todo volumen y demasiadas almas que a penas se podía pasar, el olor a cigarro me impacto.

—Joder que maravilla— Digo pasando entre la gente.

Aun que quería pasar desapercibida no puedo, el vestido llama muchísimo la atención de los presentes, mientras muchos alegan lo bien que me veo, o algunas me critican.

La ola de susurros no se hace esperar, pasamos a la área privada que hicimos y me siento en las piernas de Tom.

—Te ves fantástica nena— Susurra y me da un beso en los labios que me humedece las bragas en menos que nada.

—Gracias nene, tu te ves follable— Le doy otro beso.

Se me agita la respiración cuando siento como su erección va creciendo poco a poco.

—Siente como me pones, joder— Hunde sus manos en mi trasero.

—Lo siento estudiantes aquí en esta área no se puede follar, de preferencia ir a su habitación— Scorpius hace voz gruesa.

—Pareces marica cuando hablas así— Digo y todos ríen.

—¿Podríamos beber hasta no recordar nada y luego follar?— Esa voz me eriza cada vello del cuerpo.

Tom sonríe con malicia, los mejores tríos que he tenido han sido con ellos dos, simplemente eran expertos en follar.

—Primita— Se acerca a nosotros y me da un beso, mis papilas gustativas captan en sabor a vodka que traen sus labios.

Nos separamos —Hay que bailar— Mira a Tom —Los tres.

Miro a Pansy y ella me guiña el ojo y asiente emocionada.

—Aceptamos tu propuesta Regulus.

Tom me levanta y luego se pone de pie él. Nos vamos a la pista justo cuando las notas de Justin Timberlake empieza a sonar, rápidamente los tres nos empezamos a mover sensualmente al ritmo de la música captando la atención de todos.

Contoneo las caderas, Regulus azota su pelvis contra mis glúteos y Tom se refriega contra mí intimidad.

Vasos de alcohol iban y venían, volviendo el ambiente más intenso.

De tanto baile calenturiento llegamos a la habitación donde la ropa duró poco haciendo que quedáramos desnudos.

Besos, toqueteos y más cama, Regulus quedó abajo de mi penetrándome por atrás, mientras Tom quedó arriba embistiéndome con fuerza.

Fuimos tomando ritmo poco a poco, toqueteos, gemidos, chupetones, no se hicieron esperar. El ambiente se había tornado caluroso, varios orgasmos nos tomaron pero no paramos. Siempre era así, cuando comenzamos no podíamos parar.

Pasaron horas y horas de magnífico sexo, hasta que quedamos sumamente cansados pero demasiado complacidos, sexo que solo nosotros tres, sabíamos...

Travesura Realizada