Capítulo 01

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𝐌𝐀𝐇𝐈𝐃𝐄𝐕𝐑𝐀𝐍

ADARA HATUN

«Cambia tu historia»

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«Cambia tu historia».

Ese pensamiento lo guarde en mi cabeza, pero ¡ay! ¿Quién tenía el poder de cambiar su propio destino?

«Ahora todas ustedes son propiedad del Sultán Selim Khan. El harén de Su Majestad es su nuevo hogar, cómo concubinas y sirvientas de la dinastía. Aquí está todo su futuro. Deben comportarse bien, ser devotas a Alá y fieles a la dinastía Osmanlí. Solo así quién sabe en que lleguen a convertirse... ¿Esposas de un hombre poderoso? ¿Favoritas de Su Majestad? ¿Madres de un sultán?», dijo una kalfa justo el día antes de llevarme al Palacio de Manisa, inesperadamente, para el Şehzade Solimán. Aquellas palabras eran de lo más amargas con su significado preocupante. La vida podía ser más cruel de lo que se pensaba. La tristeza no era solo una compañía pasajera, ahora estaba marcada de vida.

El dulce canto de los pájaros en el cielo me hizo levantar la mirada para mirarlos volar en plena libertad. Suspiré con tristeza, sintiendo la envidia envenenar mi corazón, antes de bajar la mirada al jardín lleno de rosas, girasoles, tulipanes, orquídeas y jazmines, brillantes a la luz del sol. Todo me recordaba a mi tierra.

—¡Hatun! —la voz de Nigar Kalfa, cargada de reproche, me hizo soltar un suspiro cansado desde mi sitio —. ¿Se puede saber que estás haciendo aquí sola? ¿Es que no tienes respeto alguno por las reglas? ¿Qué son esas formas?

—No es nada...

—¿«Nada»? —repitió, colocando sus brazos en jarras y dándome una mirada fulminante —. Entonces tienes que devolverte al harén. Hay muchas tareas que realizar y no puedes perder el tiempo. ¡Pero que digo, Adara, si ni siquiera deberías estar aquí!

—Lo sé, lo sé bien, Nigar...

—Nada de Nigar. Ese tono es demasiado insolente, niña. ¡Alá! ¿Es que te creés una sultana para llamarme de esa forma? ¿O acaso eres una gran señora?

Me callé. No tuve otra opción, por supuesto. Nigar era alguien de fuerte presencia imperiosa, una administradora del harén de Manisa, protectora de las concubinas, mujer de gran importancia para la kadın y sultanas.

—No me importa nada de eso —suspiré, suavizando el tono de voz, demostrando mi cansancio sin ser arrogante.

Solo quería algo de aire fresco para sentirme mejor.

—Creo que debería importarte —Nigar me escudriñó con su mirada, adquiriendo una expresión pensativa —. Alguien como tú no sobreviviría arrojada al viento.

—¿Arrojada al viento?

Sola.

Puse mala cara.

«Este día es especial para todas ustedes, señoritas. A partir de hoy comienza su educación como concubinas hermosas, inteligentes, buenas y devotas a Alá, cómo elegidas de Ayşe Hafsa kadın para su hijo, el Şehzade Solimán. Les advierto que si siguen las reglas este palacio será su paraíso, de lo contrario puede que se vuelva su infierno, todo depende de ustedes. Sean bienvenidas al Palacio de Manisa», esas fueron las palabras que Nigar Kalfa nos dijo a mi y a dos chicas más apenas pusimos un pie en el nuevo palacio.

MAHIDEVRAN | Muhteşem Yüzyıl (Siglo Magnífico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora