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Freen se sentía nerviosa una vez más ya que debía acudir a sus sesiones de quimioterapia. El cáncer había invadido su vida y la debilitaba físicamente, pero había algo en su doctora, Becky, que le hacía sonreír incluso en los momentos más difíciles. Desde el primer día que estuvieron juntas, Freen supo que había una conexión especial entre ellas.

Becky se acercaba a Freen con una sonrisa cálida y una mirada compasiva en sus ojos. Cuidaba de ella no solo como su paciente, sino también con un interés genuino en su bienestar y felicidad. Freen comenzó a notar que cada vez que Becky se encontraba a su lado, sus problemas parecían desvanecerse.

Durante una esa sesión, Freen decidió tomar valor y coquetear discretamente con su querida doctora. Mientras Becky preparaba el tratamiento, Freen no pudo evitar robarle miradas furtivas, sonriendo de manera coqueta cada vez que sus ojos se encontraban. Becky, por su parte, parecía disfrutar de estos pequeños gestos y respondía con una risita adoradora.

A medida que avanzaba el proceso de tratamiento, Freen y Becky comenzaron a conversar más allá de los asuntos médicos. Compartían momentos ligeros, hablaban de música, libros y sus gustos. Las consultas se volvieron una agradable forma de escape para Freen, lo que ella no sabía era que Becky igual pensaba lo mismo.

Aunque el coqueteo reservado mantenía su chispa, Freen y Becky sabían que debían seguir manteniendo una relación profesional. No obstante, esa sonrisa especial que compartían, llena de complicidad y admiración mutua, les daba energía para enfrentar los desafíos que la vida les presentaba.

El chequeo llegó a su fin y la doctora Becky ya se podía retirar. Pero está solo se sentó al lado de su paciente Freen. Freen la miró un poco confusa y Becky soltó una pequeña risa.

―¿Por qué sigue aquí? Se supone que ya se debió de ir. No lo tomes mal, solo es mi duda.

Becky le sonrió y acarició su mejilla. ―Me gusta pasar tiempo contigo.

Freen al escuchar dichas palabras se sonrojó y bajó la mirada. Su doctora la hacía estar nerviosa.

―Uhm, a mí igual me gusta pasar tiempo contigo. ― Becky sonrío.

―¿Sabes qué hora es?― Preguntó Becky con tranquilidad. Freen la miró atentamente. ―No, no lo sé.― Becky la miró tan atentamente que puso ver cómo en los ojos de Freen había un brillo. ―Son las 9:15 pm.― Dijo Becky mostrando su reloj. Freen lo miró y vió cómo cambió a las 9:16 pm. ―Te has confundido.― Becky miró su reloj una vez más y se dió cuenta de que solo pasó un minuto.

―¿Quieres dormir? Sabes que a las 9:00 p. m. ya deberías estar en cama durmiendo.― Freen negó.

―¿Te puedes quedar conmigo un rato más?―Dijo Freen con un brillo especial en sus ojos. Becky tomó su mano y la entrelazó. Ambas sabían su relación iba más allá de paciente-médico. Pero en ese momento, no era algo que les importara.

Se pasaron unos minutos platicando hasta Freen por el cansancio quedó dormida. Becky se quedó unos minutos viendola cómo dormía. Luego se retiró de la habitación del paciente.

Becky caminó por los pasillos del hospital con una sonrisa radiante en el rostro. Había disfrutado cada momento compartido con Freen y sentía que su conexión iba más allá de la relación paciente-médico. Sus pensamientos se desvanecieron cuando recibió una llamada urgente en su jefe.

Se apresuró a responder y rápidamente se dirigió hacia la sala de emergencias. Mientras atendía a otros pacientes, su mente seguía pensando en Freen y en la especial conexión que tenían. A medida que pasaba el tiempo, Becky tenía la esperanza de que Freen se recuperara por completo y que pudieran tener más momentos juntas. Sabía que el cáncer era difícil de superar pero no imposible y Freen era fuerte, tenía esperanzas de que logre superarlo.

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¿Qué les parece "with you"? La verdad es que se me ocurrió y solo decidí escribirlo.

With you - Freenbecky Donde viven las historias. Descúbrelo ahora