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No soy lo que aparento, soy lo que escondo en mi interior. Atrévete a verme como realmente soy. Apuesta por mí. 

—Me apuesto un café a que no se presenta —retó Anny a su amiga.

—Trato hecho —aceptó Lix—. Pero ojo, no quiero un café cualquiera, sino un frappuccino de caramelo.

—Tú mismo. —Anny se encogió de hombros y sonrió con suficiencia—. Eres tú el que va a perder y a pagar.

—Eso habrá que verlo.

Eran poco más de las ocho de la mañana de un día magníficamente soleado. Ambos estaban sentados tras el mostrador de la tintorería, supuestamente ayudando a Marie a ordenar las direcciones y horarios de las recogidas de ese día, mientras esta se ocupaba de ir al banco a ingresar el dinero recaudado la jornada anterior. Pero lo que realmente estaban haciendo era debatir entre ellos sobre el joven que, según Anny, había encandilado a Eunji... y a Felix.

—Mira Felix, estoy segura. Una cosa es llevar una caja con revistas viejas y un par de telas a la residencia de ancianos y otra muy distinta pasarse todo el día cargando con alfombras sucias y pesadas de un lado a otro del barrio —argumentaba Anny—. Seguro que se raja, ya verás.

—No sé. La abuela está segura de que acudirá. Ha hablado con Jaehyun y dice que Scooby confía en Hyunjin y ya sabes que rara vez se equivoca.

—¡Oh, por favor! No me digas que vas a hacer caso de ese loco y su desequilibrado chucho.

—Pues... no, la verdad. —Felix sonrió—. Pero no sé. No es que lo conozca mucho, pero me da la impresión de que no es lo que parece a simple vista.

—Por supuesto que no. Es un príncipe de un remoto y desconocido país que se ha disfrazado de mendigo para introducirse entre la gente de la calle y ver cuáles son sus carencias. ¡No me fastidies, Felix! —estalló Anny—. Vamos, usa la cabeza. No sé qué mosca te ha picado. Hace tres semanas estabas seguro de que el tipo iba a robaros, maltrataros o algo por el estilo, y ahora lo defiendes a capa y espada.

—Hace tres semanas no había hablado con él, no le conocía ni tenía ganas de hacerlo. Ahora es distinto.

—¿Qué ha cambiado? Sigues sin conocerle.

—Comí con él y lo que vi no me gustó —confesó Felix bajando la voz. 

—¿Qué viste? —preguntó su amiga de repente seria.

—Vi a todos los clientes del restaurante desviando la mirada para no verle. Vi a un hombre joven y demasiado delgado mirar con temor a su alrededor e intentar hacerse todavía más invisible de lo que era. Le vi coger el tenedor con dedos temblorosos y obligarse a comer despacio, como si apenas pudiera soportar esperar a meterse la comida en la boca y a la vez tuviera miedo de... no sé, de que sus modales en la mesa fueran incorrectos. Tenías que haber estado allí, Anny —dijo a su amiga tomándola de la mano—. Al principio no levantaba la mirada de la mesa, como si no se atreviera a hablar con nosotros. Poco a poco fue entrando en la conversación, al principio solo con monosílabos, como si se hubiera olvidado de la manera de conversar. Pero cuando por fin comenzó a hablar fue... increíble. Irguió la espalda, levantó la cabeza y... —dejó de hablar y entornó los ojos.

—Y... ¿qué?

—Se transformó en otra persona. Es super inteligente... es... no lo sé explicar. Hay sufrimiento en su mirada, pero también dignidad, honor, superación, fortaleza... 

—¡Lix! —exclamó Anny con los ojos abiertos como platos.

—¡Qué!

—Hablas como... como si te gustara —explicó Anny posando la palma de la mano sobre la frente de su amigo—. ¿No estarás enfermo, verdad?

Stay with me || Hyunlix✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora