UN MUNDO DE DÉBIL COLOR

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Vivimos en un mundo saboteado por momentos tan efímeros que apenas somos conscientes de su existencia. Incluso si estás leyendo esto tu vista se está perdiendo en un instante de ingravidez, levitando sobre estas sílabas. Y sobre las delicadas palabras que se pierden en el aire contaminado de una sociedad que no ha conocido nunca la sensación de estar suspendido en otro mundo. Un mundo en el que todo sea tan auténtico como lo que aquí escribo.

Es un mundo tintado de gris, en el que me gustaría ver más matices que la polvareda grisácea que levanta un edificio, cuando muere derrumbado por una bomba. Un mundo en el que todo se reduce a los instantes grises de una vida que se oculta tras una capa de color ondulante. Me gustaría apreciar mucho más que la falsa estela de colores que nos muestran en las noticias. Todo es gris, como las sombras silenciosas que acechan con destruir mi visión inocente de mi hostil hogar.

El noticiero, con voz monótona se dedica a recitar la retahíla estratégica de noticias que nos llenan los oídos. Sin embargo, es información obsoleta que no hace más que empañar cada vez más la visión del mundo. Por defecto, termino distorsionando la visión que de este tengo, tergiversando la muerte y la guerra como si fueran los engranajes de algo banal, conocido como los países tercermundistas.

Y poco a poco siento que me arrastra, que esa frontera entre Occidente y lo desconocido se ensancha cada vez más. En mi mente se van encapsulando las imágenes atroces de las personas que emergen del polvo gris. Entonces, solo me queda estremecerme cuando sea capaz de asimilar que ellas son tan humanas como yo. Yo puedo ser ellas, yo puedo ser parte de los grises.

Mientras tanto, en otros canales, se esfuerzan por mostrarnos miseros segundos que apenas se me pegan a la retina. Los evoco vagamente mientras escribo, cuando me apetece quejarme del mundo. Pero nada más, porque sé que en breve serán sustituidos por la notica de actualidad, aquella el endulce más el oído de los ignorantes.

Es así como nos ocultan el mundo, aprovechándose de como han logrado digitalizarlo todo a tal extremo, que conocen nuestra debilidad. Una pantalla es la única ventana al supuesto mundo real. Insistirán en empañar el creciente mar gris con una laguna de colores, como si de una mancha diáfana de acuarela se tratase. Sea lo que sea, algún día los colores se mezclarán entre ellos, y aflorarán las verdaderas tonalidades de está mentira a la que llamamos verdad.

No contentos con pintarlo todo a su antojo, ya se encargarán de cincelar nuestras mentes, para que nunca te salgas de su molde predilecto. Así, es como nacen todos los cerebros iguales, como si de una producción en masa de tratase. No sé quien es el dueño de esa fábrica de ideas, pero creo que podría ser la salvación de este mundo si decidiera esculpir pensamientos mejores.

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