capítulo 4. Estaré contigo

131 30 165
                                    


Tommy tomaba un sorbo de cerveza y estuvo a punto de ahogarse por la impactante noticia. Se quedó absorto observando a Samantha.

Después de unos segundos, que para Samantha pareció una eternidad sin tener respuesta alguna, Tommy acarició su mejilla y la abrazó.

Ella se sintió invadida por el deseo de llorar y sollozó, sus hormonas por el embarazo la hacían sentir más sensible de lo habitual.

—Tranquila, estoy contigo —después de pronunciar esas palabras, lanzó la lata de cerveza y hubo un corto silencio—. Nunca te dejaré sola, siempre estaré a tu lado pase lo que pase, te apoyaré en todo lo que necesites, estaré ahí cada vez que algo salga mal y estaré ahí cada vez que algo salga maravillosamente bien. ¿Lo recuerdas? —Le recordó cada palabra de la promesa que una vez le hizo. La alejó de su regazo, la miró a la cara y limpió sus lágrimas. Sostuvo su mentón con ambas manos.

Ella lo sostenía de sus antebrazos mientras sollozaba.

»Lamento no haber hablado todo este tiempo sobre lo que pasó —Continúo Tommy—. Quería darte tu espacio, ese día me pediste que me fuera, creí que estabas confundida y esperé que estuvieras lista. Lo siento tanto, debí decir algo antes. Quiero que sepas que, para mí, el estar contigo, fue la experiencia más impagable que pudiese tener con nadie, no cambiaría lo que pasó y si tuviera que volver a hacerlo, lo haría sin pensarlo dos veces. —Se inclinó hacia ella y la besó con suavidad.

Samantha sintió como dos cálidos labios se posaban sobre los suyos y nuevamente experimentó la sensación electrizante entre ellos. Sintió como un ardiente deseo se extendía por su cuerpo, provocando que dejara escapar un leve gemido entre llanto y placer.

»Sami, sé mi esposa, cásate conmigo —le dijo con una sonrisa.

—¿Qué? —preguntó un tanto aturdida.

—Démosle a nuestra hija una buena vida, tengamos nuestro propio hogar, tú, yo y nuestra pequeña —dijo con una luz que irradiaba todo su rostro.

—¿Hija? —Samantha preguntó sorprendida.

—¡Será una niña! —respondió con una sonrisa aún más grande que la primera.

—¿Cómo sabes? —Se sonrojó.

—¡Sólo lo sé, justo aquí! —Tocó su pecho, mientras pronunciaba las dulces palabras—, y su nombre será Esmeralda.

—Es hermoso —dijo frotando su mejilla sobre la mano de él. 

Supo en ese momento que Tommy jamás la dejaría, a pesar de que tuvo miedo de contarle acerca de su embarazo. Aún se sentía confundida por su reacción, pero sabía que su pequeña "hija" tendría un padre que la amaría sin importar qué. 

—Dentro de un mes será nuestra graduación, después de eso tú y yo nos casaremos. Mañana mismo hablaré con tu madre. Quiero ser tu esposo, quiero pasar el resto de mi vida contigo. «No sabes cuanto tiempo he estado enamorado de ti»

—También lo deseo —ella contestó con timidez—. Volvamos con los otros, los sonidos de los roedores nocturnos me ponen nerviosa.

—Claro, vamos. —Volvió a tomarla entre sus brazos y besó su frente, tomó su mano y regresaron con el grupo.

—¡Hey chicos, ya volvieron! —gritó Mariana ya un poco ebria— ¿Dónde se habían metido?, ¿qué sucede con ustedes?, ¿por qué están tan juntitos?, ¿acaso están saliendo? Mira eso Heli, el chico que te gusta esta con otra. —Soltó una carcajada.

«¡Esa rata resbalosa!» —Pensó Heliette. Desde que los vio regresar tomados de la mano, sintió como la ira la invadió.

—¡Ya cállate, Mariana! —Escupió y se metió a su tienda haciendo una rabieta.

Diversos "Mutter Lanati".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora