e͜͡l͜͡ c͜͡o͜͡l͜͡e͜͡c͜͡c͜͡i͜͡o͜͡n͜͡i͜͡s͜͡t͜͡a͜͡ 𝒗𝒌𝒐𝒐𝒌

11

el cielo con pintas naranjas y Rosas daban una hermosa vista para cualquiera, pero lastima que tal belleza no podría ser apreciada por tres hombres que justo ahora estaban siendo llevandos a la cueva, un lugar en el que jamás desearías que poder ver ni pisar.

-lleven a los malditos al cuarto rojo- Fred saca su celular y marca a su jefe,en tres tonos las voz de su jefe se escucha.

- todo está listo señor.

📱"bien voy para allá "

cuelga y mira a los tipos con una sonrisa.

- su cuenta regresiva empieza desde ya_les dice con y aún que los hombres no podían escucharlo era sastifactorio ser el ayudante del dueño de sus vidas desus últimas horas en la faz de la tierra.

『••✎••』

mientras que jungkook en su departamento ya estaba cambiándose mientras su mente maquinaba la manera más dolorosa y sastifactoria de arrancarles la vida, les regresaría con creces cada solo y cada lagrima derramada por cada una de sus víctimas.

viendo que ya estaba listo sale de su departamento, se sube a su auto y Pisa el acelerador y así en cuestión de minutos llega a su destino, ya que siempre usaba la autopista menos transitada para llegar a la cueva.

en cuestión de unos minutos llega a la cueva donde todos lo esperaban.

-bienvenido señor - Saludan sus hombres y jungkook solo asiente, estaba ancioso para llegar al cuarto rojo.

no espera más y solo se va directo a dicha habitación, cuando abre la puerta ve que todo estaba listo y los tipos estaba atados quedado a medio metro del piso.

-el doctor jung esta en la Oficina señor - avisa Frenk y jungkook asiente.

-dile que estaré allá en unos minutos- dice sin quitar la mirada de los tres hombres que estaban aun incomcientes,en su mente ya veia a los tipos ensangrentados y pidiendo piedad, lástima que el no se las daría, sale de la habitación y se va a su Oficina donde ya Jung lo estaba esperando .

-buenas noches hoseok- el mencionado se pone de pie y lo saluda de igual forma,viendo las duras facciones en el rostro contrario ya le daban una idea a lo que venía hacer, pues era el único que sabía lo jungkook hacia.

- bien, ¿me dirás para que soy bueno?

- iré directo al punto, quiero que estes listo para una operación de corazón abierto para esta misma noche - Jung asiente, ya se lo esperaba.

-una vez tengas a tipo aquí, necesito que hagas pruebas de compatibilidad con este niño- saca de su cajón la historia clínica del pequeño ben, hoseok lo toma y revisa todo.

-esta bien, no preguntaré de donde lo sacaras - jungkook suelta un pequeña risa por lo dicho.

- ya me conoces, ahora si me disculpas, tengo mucho que hacer justo ahora - se despide y así sale de la Oficina.

sus manos picaban por hacer a los bastardos sufrir, con una pequeña sonrisa abre la puerta, ve que ya tenía todos sus artefactos listos y a los tipos en posición sobre una mesa, completamente desnudos y amordazados.

agarra un Fusa y los comienza azotar en sus espaldas de manera dura y rápida, que la piel blanca enseguida se tornó en rojo vivo por la dureza de los golpes.

-¡despierten malditos!- les dijo sin dejar de azotarlos, obvio que se lograban Escuchar el llanto de los tipos.

deja la fusa a un lado, pero enseguida agarra tres cinceles y los pone al fuego, se acerca a la mesa donde estaban todos sus juguetes de tortura, pero uno en especial llama su atención. la pera de angustia.

—!esta será¡—murmura para si mismo con una pequeña risa macabra en sus labios, se acerca al primer tipo que aún soltaba pequeños sollozos, le quita la mordaza y este ni pierde el tiempo en abrir su sucia boca.

— ¿a-acoso sabes quien soy yo? — dice en un tartamudeo y jungkook suelta una pequeña risa que hace que los pelos de la columna vertebral del tipo se pongan de punta, de lo terrorífica que era.

— por supuesto que se quien eres y se lo que haces también, ¿cres que porque seas hijo del primer ministro te voy a dejar libre?— la burla en las palabras de jungkook era palpable — pues no maldito, al contrario, voy a disfrutar cada maldito segundo todos tus gritos.

—p-por favor dejame ir, te puedo dar todo el dinero que me pidas, pero dejame ir — ruega pero jungkook en su lugar suelta una gran carcajada escalofriante que los hombres afuera de la habitación se vieron entre ellos y agradecieron no ser ellos los que estuvieran en el lugar de los tipos, pues el miedo de esa macabra risa era mucha que hacían sus piernas temblar del miedo.

『••✎••』

— ruegas en vano, porque yo no tengo piedad de escorias como tu — Jungkook mira las facciones del tipo y mira lo cobarde que eran los malditos, pero cuando eran ellos los que causaban dolor allí si disfrutaban del dolor ajeno, pero ahora mismo el se los devolvería.