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Sunoo subió a la parte de atrás de la camioneta, preguntándose en qué se estaba metiendo. Pensó que su vida no podría ser peor después de la muerte de sus padres, pero había estado equivocado.

—Me tengo que ir. —Sunoo alcanzó la perilla de la puerta, listo para saltar de esa poco clara situación—. Si me voy con él, dejará en paz a tus amigos.

Beomgyu, la persona a la que le había hablado para salir de esta abusiva situación, tomó su brazo. —No en esta vida. Ellos pueden cuidarse, confía en mí.

Sunoo se quedó en silencio viendo sobre el respaldo a la calle detrás de él. —¿Estás seguro? No quiero causar ningún problema. —David podía ser un verdadero imbécil y Sunoo no quería que esa amable gente tuviera que enfrentarlo.

—No es problema. Y tú no eres el que causa problemas. ―Sunoo vio a los tres grandes hombres que venían con Beomgyu discutir con su novio. David jaló su brazo y su cara estaba de un profundo rojo. Joder, él se veía malditamente enojado. Sunoo se sorprendió cuando David caminó hacia el edificio sin pelear y los tres hombres regresaron a la camioneta. Así no era David. Sunoo se encontró preguntándose, ¿cómo había dejado que su vida se le saliera de sus manos?

Uno de los grandes hombres se deslizó en el asiento del conductor mientras otro abría la puerta del pasajero y entraba, el último subió atrás y se sentó al lado de Beomgyu. Sunoo se deslizó hacia la otra puerta, las manos en un puño sobre su regazo, rezando por tener el valor para atravesar esto.

—Ya conociste a Yeonjun. —Beomgyu señaló al hombre en el asiento trasero. Sunoo inclinó la cabeza saludando al musculoso hombre—. Ellos son Changbin y Jay. —Beomgyu señaló a los dos hombres sentados al frente.

Sunoo les dio una débil sonrisa, inseguro de qué hacer. Había dejado todo lo conocido atrás y entraba en lo desconocido.

Estaba asustado como el infierno. Quizás, debería salir y hacer esto otro día.

—Estás a salvo. Ellos no te dañarán. —La voz de Beomgyu era suave.

Sunoo asintió. Tomó una profunda respiración, alejó la vista de los ocupantes del vehículo y vio por la ventanilla. Vio el edificio de departamentos y todo lo que conocía lentamente desaparecer mientras la camioneta se alejaba. Sus dedos se aferraban a la puerta en donde la ventana terminaba y comenzaba la puerta, sintiendo su estómago hecho nudo.

¿Realmente estaba dejando a David? ¿Estaba loco? Sunoo sabía que tenía que salir de esa abusiva relación, pero ¿en qué se estaba metiendo ahora?

Conoció a Beomgyu en el cuarto de baño de un restaurante estilo bufet, cuando estaba llorando en un cubículo hasta que sus ojos casi se le salen después de que David lo había golpeado por primera vez en cuatro años. Beomgyu lo había oído y le había dado a Sunoo el número de su teléfono, diciéndole que lo llamara si necesitaba cualquier cosa, incluso si sólo quería hablar con alguien.

Cuando David lo golpeó en esta ocasión, Sunoo había llamado. Ahora él estaba en el asiento trasero de una camioneta extraña, yendo a lo desconocido. Sunoo sólo esperaba que su vida fuera mejor que en este momento.

El conductor salió de la autopista y entró en un pequeño pueblo, se estacionó afuera de un restaurante. Sus ojos absorbían todo mientras Beomgyu salía y le indicaba a Sunoo que se le uniera.

Sunoo salió, cerró la puerta trasera y entonces se sintió inseguro sobre todo. Metió las manos en los bolsillos traseros y vio todo alrededor.

Tenía que haber algo en el agua de aquí porque no sólo los hombres que lo rescataron eran grandes, sino todos los hombres que estaban en la calle hablando. De nuevo, ¿en qué infiernos se había metido?

El viaje de Sunoo -SunKi-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora