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Niki se apresuró a su camioneta para llegar a casa esa noche. No podía esperar para conocer a su pareja. Lanzó el cinturón de herramientas hacia el asiento de pasajeros, encendió la camioneta y salió.

El camino a casa pareció más largo de lo normal y finalmente llegó a la entrada. Los gemelos, Hyunjun y Jaemin, estaban sentados en el columpio del porche hablando cuando él cerró la puerta de la camioneta y caminó hacia el porche. ―¿Dónde está Sunoo?

—Mira a nuestro hermanito —Hyunjin lo provocó—, listo para entrar y reclamar a su pareja.

—Cállate —Niki gruñó apoyándose en el barandal del porche—. ¿Dónde está?

—Esa pequeña pareja tuya está llena de sorpresas. —Los grises ojos de Jaemin brillaban con diversión. Todos los hermanos Kim tenían el cabello negro y los ojos grises, un fuerte rasgo familiar en todos ellos.

Los gemelos eran buenos chicos, pero a ellos les gustaba demasiado jugar. Niki podría ser el más joven de la camada, pero era más maduro que esos dos cabeza duras. —¿Qué es lo que quieres decir?

—Seguro que será una linda esposa. —Hyunjin se carcajeó saliendo corriendo del porche evadiendo la mano de Niki. 

—Si tú no lo reclamas, yo me casaré con él —Hyunjin lo provocó desde el jardín.

—No si quieres reproducirte —Niki lo amenazó.

—Mala suerte. Soy gay, tonto. —Hyunjin corrió hacia la parte de atrás de la casa mientras Niki entró por el frente, tratando de llegar con Sunoo antes que su hermano. Siguió el maravilloso aroma que salía de la cocina y vio a su pareja con delantal y tarareando mientras ponía la mesa.

Maldición si eso no era una hermosa vista. El cabello negro de Sunoo que caía por sus hombros era como el de la familia Kim pero sus ojos eran verde musgo. Su delgada figura y su pálida piel hacían que Niki quisiera gemir y rogar para llevar a su pareja arriba y tenerlo de traviesas maneras.

Sabía que tenía que ser paciente. Primero que nada, Sunoo era humano y no tenía ni idea de que estaba en una casa llena de shifter-osos. Segundo, su pareja fue víctima de un imbécil que lo había golpeado según Yeonjun, el lobo Timber. Si alguna vez se encontraba con el abusador de Sunoo esperaba encontrarse detrás del volante de su camioneta.

Entrecerró los ojos cuando Hyunjin entró por la puerta trasera y se acercó a Sunoo, con una enorme sonrisa en su cara. —Huele bien, Sunoo —dijo en lo que Niki asumió era una sexy voz. Su hermano necesitaba subir y practicar frente al espejo durante años. Eso apestaba.

—Hyunjin. —La voz de advertencia de su Pa llegó a la cocina antes de que su padre llegara—. ¿Quieres que patee tu trasero?

Hyunjin gruñó y se alejó de Sunoo. —No le hago ningún daño. Sólo estoy provocando a Niki. 

—Niki no va a querer hacerte daño cuando arranque la piel de tu trasero por acercarte a su no reclamada pareja —Pa le dijo tranquilamente al juguetón oso.

Niki los ignoró y se acercó a Sunoo. Su pareja olía mejor que las más dulces bayas. Niki quería lamerlo de la cabeza a la punta de los pies y luego repetir el proceso unas cientos de veces más. Él podría ser el más pequeño de la camada, pero se sentía como un gigante al lado de Sunoo.

—Está casi listo. —Sunoo le sonrió, y Niki tenía una rabiosa erección. Esa sonrisa iba a ser su perdición.

—¿Cocinaste? —preguntó sorprendido.

—Si. Espero que les guste la carne al horno con vegetales. Hice ensalada de fruta de postre. —Sunoo sonrió mientras abría el horno y sacaba la carne.

El viaje de Sunoo -SunKi-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora