Visitas incómodas.

3.4K 234 63
                                    

Dormían ambos aún abrazados cuando unos toques en la puerta del departamento despertaron a Tom. Se levantó con cuidado para no despertar a su amiga. Observó el reloj y vió que ya eran las once de la mañana.

Los toques aumentaron y así como estaba se dirigió a la puerta. La abrió y la imagen de Jade lo sorprendió. Había olvidado que ella iría por sus cosas.

La chica frente a él lo miró confundida y sorprendida, a la vez que observaba su aspecto. El cabello despeinado, descalzo, la misma ropa de la noche anterior y la camisa desabotonada... Extraño.

-Buenos días. -saludó Tom, con seriedad.

-Hola, ¿puedo pasar? -preguntó Gordon.

-Eh, claro, pasa. -dijo, haciéndose a un lado.

La chica observó a su alrededor, todo estaba igual, sólo que ya no estaban las fotos que tenían de ambos en las mesitas pequeñas de la sala. Suspiró con nostalgia y tristeza.

-¿Te divertiste anoche, cierto? -dijo con sarcasmo.

-No te incumbe. -dijo el chico con indiferencia mientras bebía un vaso de agua, intentando calmar su dolor de cabeza.

-Tom, no te ví junto a mi en la habitación y pensé que... -dijo Emma, interrumpiendo la incómoda conversación de ambos chicos una vez más.

Jade se pusó de pié rápidamente al observar a Watson. Llevaba una camisa que ella reconocía, de la propiedad de Tom; al parecer no llevaba nada más. El cabello suelto y alborotado y no tenía rastro de maquillaje en el rostro, sin embargo se veía radiante.

Aquello daba rienda suelta a la imaginación de Gordon.

Tom miraba a la chica que acababa de salir de la habitación, el aspecto de ambos daba mucho que pensar. Y las palabras de ella, más.

-No es lo que piensas, Jade... -intentó excusarse Emma.

Felton negó con la cabeza y se posicionó junto a Emma, mientras la tomaba de la cintura y besaba su frente.

-Char, no tienes que darle explicaciones a ella. -Emma le miró confundida por la conducta del chico. -Terminamos hace tiempo, ya te lo había dicho.

Jade no cabía en su desesperación. Aquella imagen, de quien fué su novio por años, junto a la chica a la que había considerado su rival por algún tiempo... Y con el aspecto de ambos, parecía que habían pasado la noche juntos. Y no estaba tan equivocada.

Un nudo en la garganta se formó y suspiró.

-Yo sólo vengo por mis cosas. -dijo en voz baja.

-Pues pasa. -dijo Tom con una media sonrisa. -Estás en tu casa. -dijo con sarcasmo.

La chica le miró con furia y se perdió por el pasillo.

Emma miró a Tom con el ceño fruncido y los labios apretados.

-¿Qué estás haciendo, Thomas? -preguntó con seriedad.

El chico suspiró y se sirvió un vaso de leche.

-Cuando se vaya te explico. -dijo bebiendo un gran vaso.

[...]

Un olor a tocino y huevo inundó sus fosas nasales mientras guardaba su ropa en la habitación que alguna vez compartió con Tom.

Mientras acomodaba sus prendas en una gran maleta, escuchó las risas de ambos en la cocina. Parecía que se divertían. De hecho lo hacían.

Cuando hubo terminado, caminó por el pasillo hacia la entrada, pasando frente a la habitación de invitados. Se encontró con que la puerta estaba entreabierta, y su curiosidad pudo más. Dejó la maleta junto a la entrada a la habitación y empujó la puerta suavemente.

Sanando Nuestras Heridas [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora