Ymir P.O.V
Allí estaba yo. Espiando a las chicas que se duchaban. No tenía nada más importante que hacer, todas tenían lindos cuerpos pero había una en especial. Christa Renz. Ella es tan linda, es de baja estatura, cabello rubio y largo, ojos celestes, su voz es muy dulce. Ella es perfecta, hemos sido como "mejores amigas" si se puede decir así, pero no tengo ni idea de si me quiera. Llevo con estos sentimientos un poco después de que la conocí y he llegado al punto de enamorarme de ella. Siempre es amable con todos así que supongo que yo no soy una excepción. En fin, me canse de espiar a las chicas y decidí ir a buscarla, salí de mi "escondite" y fui directo a los dormitorios de los chicos. Tenía un presentimiento de que Christa se encontraba ahí.
-Hey, Bert, ¿has visto a la enana rubia? - Dije preguntándole a Bertholdt, ese chico es raro, siempre esta sudando.
-Ah, Ymir...creo que paso por aquí y Reiner...se la llevó a otro lado.-Dijo Bert, como siempre, nervioso.
-Bien. Gracias, Bert. Ahorita te mando a tu gorila de vuelta. - Dije saliendo de ahí.
-O-okay.
Salí y busqué a Christa. Si ese gorila rubio le hace algo, juro que lo mato. Bingo, los encontré, Reiner tiene una flor escondida detrás de su espalda, me quedaré a oír la conversación.
-Chr-christa...te traje aquí pues...porque...me-me gustas mucho y...-Dijo el gorila, ¿nervioso? Nunca lo había visto así.
Me coloque detrás de Reiner de modo que Christa pueda verme.
-¡Ah!...esto...pues, gracias Reiner...pero...enrealidad...hay otra persona que...quiero. - Dijo Christa mirando hacia abajo un poco sonrojada.
¿Tiene a alguien más? Espero que no sea ese estúpido de Jaeger, lo mato. O ese caballo, Jean. Nah, el quiere a Mikasa. Tengo que descubrir quién es.
-Oh...ya veo...bien, pues...¿amigos?
-Sí, amigos. - Dijo Christa sonriendo, diablos, esta chica sí que me pone loca.
Reiner se fue, y Christa se quedó ahí en el mismo lugar, sin decir nada y mirando hacia abajo. Me acerque y despeine su cabello, era típico de mí hacer eso.
-Ymir...
-Sh, ya sé como te sientes.
-¿¡Enserio!?
-Sí...acabas de rechazar a alguien y no se siente bien.
-Ah...si...jaja...
-¿Quieres que vayamos al dormitorio?
-Mmm...sí, ya quiero dormir.
-Bien, vamos.-La cargue estilo princesa, ella se sonrojo, no me importa que nos vean así.
Llegamos y el dormitorio estaba vacío. Creo que todos estaban cenando, pero ni Christa ni yo teníamos hambre.
-...Ymir....¿puedo decirte algo?
-Claro.- Dije bajándola. Ella se sentó en la cama y yo hice lo mismo.
-Verás...quiero a una persona.
-Ajá. No te preocupes.-Dije esperando el golpe fuerte de oír el nombre de un estúpido.
-Y no es un hombre.Vaya, esto si me sorprendió, pero no creo ser yo, si es la idiota come patatas, la dejaré sin cenar los próximos 2 meses.
-¿Y quién es esa persona?
-...La...estoy viendo...-Dijo mirando hacia abajo y tocando mi mano.-
-Espero no darte asco.
-Christa, ¿qué pasaría si te correspondo?
Una sonrisa se formo en la cara de Christa, lo siguiente que hizo fue abrazarme, se sentía muy cálida, nos recostamos en la cama y nos quedamos viéndonos a los ojos como por 5 minutos. El tiempo pasó muy rápido y nos quedamos dormidas.Por alguna razón, me desperté en la madrugada, Christa seguía a mi lado, abrazando mi brazo, todas las chicas también estaban dormidas. Decidí despertar a Christa.
-Hey, enana rubia...
-¿Umh? ...¿Qué pasa Ymir?
-Quiero enseñarte algo.
-¿No puedes esperar a mañana?
-Anda floja, levántate.
-Ya voy.
Nos levantamos y sigilosamente salimos de los dormitorios, llevé a Christa hacia un camino escondido que yo había descubierto hace poco tiempo, nos conducía a un lago y por supuesto, habían unas cuantas mudas de ropa mías ahí, me quedaba aquí cuando no tenía ganas de socializar. También traje sábanas. Este sitio era un lugar para sacar todo mi estrés.-¿Cómo es que está esto aquí?
-Podremos estar alejadas de las murallas pero también esta esto aquí. ¿Quieres nadar?
-¡Claro!La enana rubia se despojó de sus pijamas y se quedó en ropa interior. En serio, esta chica no conoce la vergüenza. Enseguida se metió al lago, hice lo mismo y nadamos un rato, luego nos acercamos una a la otra. La abrazé y acaricié su cabeza, ella me alejó y tocó mi mejilla, hice lo que se esperaba, la besé, al principio se quedó inmóvil y luego me siguió el paso. Nuestras lenguas tenían una lucha entre ellas y el ambiente se puso más caliente, cargué a Christa y salí del lago sin dejar de besarla, la recosté en la tierra, claro, encima de una sábana y nuestra lucha siguió, ahora aumentando más el calor. Pase mis manos por toda la espalda hacia la cintura de Christa, nos separamos para tomar aire y empezé a lamer los huesos de su fino cuello. Bajé mis lamidos hasta su ombligo, podía oír sus pequeños gemidos. Bajé su calzón de tela y empezé a depositar besos en su parte íntima.
-Y...mir...ah...
Abrí sus piernas suavemente y empezé a lamer su clítoris. Sus gemidos eran música para mis oídos. Ella tampoco se quiso quedar atrás y se sentó encima de mis piernas. Besó mi cuello y tocó mi parte baja. Gemí al sentir su mano mojada. Tampoco me quedé atrás, también acaricié su parte, las dos nos estábamos dando placer y ver su cara era lo más hermoso que había visto en mi vida. Ya casi de llegar al clímax, me volví a posicionar encima de ella y ahora rozé nuestras vaginas. Se sentía tan bien.
-¡Ah! Y..mir..
-Shh...nos escucharán..ah
Christa tomó mi cara y me empezó a besar salvaje y apasionadamente. Yo aumentaba cada vez más mis movimientos y se sentía cada vez mejor. Ella se agarró de mi espalda y la rasguñó. Supongo que me dejó marcas, estabamos llegando a nuestro límite. Nuestras bocas se separaron pero podíamos sentir los suspiros de cada una.
-Quiero...ah...ver tu cara...cuando te corras....ngh...
-Ah...haa...nhg...Ymir...cállate...¡Ah! ...ah...Busqué su mano rápidamente, necesitaba sentir la conexión que teníamos, la tome y la abrazé muy fuerte sin dejar de ver su cara.
-¡Ah, ah, nhg! Ymir...ya...
-Christa...ngh...haa....te quiero...¡ngh!Nos corrimos. Nos quedamos abrazadas por unos minutos mientras nuestra respiración se calmaba. Era tan bello todo esto, la luna, las estrellas, y a mi lado, Christa, que por fin me corresponde. Ya estaba satisfecha, lo tenía todo, me sentí la chica más afortunada del mundo, porque estaba en mi lugar favorito, con mi persona favorita.
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Sí, creo que fue muy corto, pero he estado muy ocupada últimamente. Siempre estarán abiertas las peticiones sobre la pareja que quieran, y como siempre, si no recibo ninguna, publicaré (Reiner x Bertholdt)
Gracias por leer.