Historia, ¿eh?

Familia

Resumen: 

Años en el futuro, Henry y Alex son padres adoptivos en el proceso de adoptar a su hija de tres años, mientras intentan mantener a los medios al margen y se preparan para las celebraciones navideñas.

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Mantener a un niño pequeño en secreto es casi imposible, y también es el trabajo menos gratificante del universo, ha decidido Alex. June le ha estado enviando recordatorios espontáneos de que el secreto es temporal y Nora sigue pirateando su contraseña para bloquearlo de Instagram. Ambas cosas funcionan para mantener a Alex alejado de la tentación, brevemente. Pero luego restablece su contraseña y se queda con los dedos sobre la pantalla una vez más.

Henry ha sido el más eficaz para evitar que Alex arruine esto. No hay recordatorios; Los dos ya discutieron esto extensamente antes de inscribirse como padres adoptivos. Lo que Henry hace es besar los dedos o las palmas de Alex para convencerlo de que deje el teléfono. Hace unas semanas trajo a casa una cámara digital que en su lugar le entrega a Alex. No hay tanta tentación de publicar si primero tiene que cargar las imágenes en una computadora.

"Es casi oficial", susurra Henry después de haber hecho dormir a Julia con no menos de tres libros de cuentos. "Sólo unas cuantas más sobre las líneas cruzadas y los puntos".

Viajan a la sala de estar y se dejan caer en el sofá. "Este proceso lleva demasiado tiempo", se queja Alex. Toma una galleta del plato que está sobre la mesa y la muerte. "Alguien necesita reformar el sistema", dice mientras tiene el bocado.

Henry se ríe. "Creo que probablemente sea mejor que existan algunos obstáculos que superar para la adopción", señala.

Alex suspiro. "Tienes razón", permite. "Pero sigue siendo terrible". Comprueba la hora. "¿Cuánto falta para que podamos sacar los regalos?"

"Debemos asegurarnos de que esté realmente dormida antes de entregarle los regalos", dice Henry. Roba la galleta de Alex. "O comen demasiados de estos".

Alex lo alcanza. "¡Vamos, la leche se echará a perder!" él se queja.

"¡Shh! La despertarás", advierte Henry. Le da un gran mordisco a la galleta de Alex. "Bébelo si quieres, pero asumirás la culpa si ella te atrapa".

"Hmph, nunca asumo la culpa", dice Alex. Coge una galleta nueva y la sumerge en la leche. "Soy el padre divertido".

Henry suspira. "Soy perfectamente divertido", se defiende a los medios.

Alex le da una sonrisa amable y una caricia en la mejilla. "Lo eres", está de acuerdo. "Por supuesto que lo eres. Simplemente no es tan divertido como yo".

Henry apoya su cabeza en el hombro de Alex. "No sé cómo vamos a llevarla a casa de tu madre sin que la vean", dice.

"Para eso tenemos un equipo de seguridad", asegura Alex. "Dijimos que queríamos estar con la familia. Dijimos que no queríamos mantenerla encerrada en la casa". Y hasta ahora han logrado mantener esa promesa, con pequeñas salidas discretas con solo uno de ellos. Ahora que Alex ya no es el Primer Hijo, ahora que el hecho de que Henry sea un príncipe inglés que vive en Nueva York no es tan novedoso, no han tenido que preocuparse tanto por la prensa. Se ha convertido nuevamente en una preocupación por mantener a Julia en secreto hasta que se finalice la adopción, pero solo en la forma en que ellos y sus equipos de seguridad están muy atentos para evitar el reconocimiento. Los periodistas no los siguen ni los inundan con menciones en Twitter, aunque seguramente vendrán una vez que compartan la noticia.

"Además", dice Alex, "no sé cómo puedes preocuparte por mañana por la tarde. Primero, tenemos que pasar mañana por la mañana sin alardear de nuestra familia como el resto del mundo".