Capítulo 2: Me marcharé

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Nueve meses después.

—¿Crees que le gustará?

—Cualquier cosa que le des le encantará —Jacob estuvo a punto de mencionar que el chico al que esperaban incluso había guardado la nota que Seth escribió, pero decidió callar, pensando que no era apropiado que lo dijera él. Además, temía que Seth no le creyera si lo decía de su propia boca.

Habían pasado varios minutos esperando su llegada. Aunque, en última instancia, no era culpa de Edward, ya que ellos habían llegado antes.

—¿De verdad vendrá? Tal vez esté ocupado o tenga asuntos más importantes. Después de todo, ya no nos visitará con tanta frecuencia —la inseguridad de Seth volvía a manifestarse. Pero Jacob le sonrió, intentando tranquilizarlo y evitando que dijera algo más.

—Escucha, Seth, ya hemos hablado de esto. Edward no es como nosotros; está estudiando en un instituto, así que no podrá venir con frecuencia por las mañanas, pero eso no significa que dejará de venir...

—Es cierto, puedo venir en las tardes y los fines de semana —Seth sonrió al escuchar esa voz y corrió hacia Edward, abrazándolo efusivamente. Aunque el adolescente había crecido desde la primera vez que se vieron, Edward lo sostuvo como si fuera una pluma.

—¡Viniste, Edward!

—Lo prometí, ¿verdad? —el adolescente abrazó aún más a Edward, consciente de que no lo vería hasta la tarde, y este simplemente se dejó abrazar— ¿Cómo estás, Jake?

—Mejor ahora que estás aquí. Seth ha estado muy nervioso desde que anunciaste que irías al instituto.

—Eso no es cierto —se quejó Seth con un puchero mientras se soltaba del abrazo de su amigo.

—Deja de ser consentido y dale tu regalo a Edward —el mencionado observó a Seth, un poco sorprendido.

—¿Me hiciste un regalo, Seth? —preguntó Edward. El menor sacó un llavero de hilo con un dije en forma de luna, de color azul, haciendo que destacara aún más.

—Bueno, Jake me ayudó a trenzar los hilos, pero sí —entregó el llavero, permitiendo que Edward la observara detenidamente. Jacob notó que al mayor le gustó el regalo, lo cual también alegró a Seth.

—Gracias a ambos —Edward observó a Jacob unos segundos antes de abrazar nuevamente a Seth, haciendo que este riera por el gesto.

—Será mejor que te vayas ya. No es bueno que llegues tarde.

—¡Jake! —el niño no quería que Edward se fuera, y él tampoco lo quería, pero sabía que no había otra opción. Así que dejó que Seth se despidiera antes de acercarse por sí mismo para darle un abrazo a Edward, quien correspondió al gesto.

—Ven a vernos esta tarde, ¿sí? O Seth se pondrá triste de nuevo —sabía que Edward sonreía ante su petición— Y te deseo suerte, Edward.

—No es como si fuera a la guerra. Estaré bien —se separó de Jacob para sonreír, asegurando que todo estaría bien. Sin embargo, al ver las caras de ambos, se inquietó— ¿Ha pasado algo?

—Nada en absoluto, EddSeth podía llamarlo así, al igual que Jacob, aunque este último se negaba a hacerlo, se sentía extraño de algún modo.

—¿Jake? —el chico de quince años intentó evitar el contacto visual, pero fue en vano. Jacob respondió sin evitarlo.

—Mi padre dice que habrá problemas con ustedes en el instituto. Claro que nosotros sabemos que no es así, no nos preocupamos por los demás, solo...

Luz de las estrellas (Edward y Jacob)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora