EXTRA II: Después de conocerte

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Parte dos del especial de San Valentín 💖 

Aunque sea un poco corto, ¡espero que lo disfruten! 😊


☾☾☾


—Han pasado un par de horas ya. —La mujer se encontraba sentada en el sillón junto a la cama de su hijo, visiblemente preocupada, mientras su esposo intentaba reconfortarla con caricias en los hombros.

—Seguro despertará pronto, cariño —el hombre se colocó detrás de ella, ofreciendo su apoyo.

—¿Cómo pudo sucederle eso? —la mujer preguntó, con la angustia reflejada en su voz.

—No estoy seguro. En las cámaras del hospital se veía que estaba solo, mirando hacia la calle, y luego simplemente perdió el conocimiento.

—Pero eso no debería ocurrirnos a nosotros —respondió, con la incredulidad marcada en cada palabra. Era algo inexplicable para ambos, considerando su naturaleza.

—Estoy de acuerdo. No logro entenderlo —su esposo asintió, compartiendo su confusión.

—¿Y los chicos? —preguntó ella, buscando respuestas.

—Preferí no decirles nada. Además, si algo malo hubiera ocurrido, Alice ya nos habría llamado. Es mejor esperar —concluyó el hombre, y Esme estuvo de acuerdo con él.

Después de aquella conversación, Esme se quedó un poco más con Edward, ya que Carlisle tenía que regresar al hospital. Le aseguró que lo llamaría si algo sucedía o si su hijo despertaba. Sin embargo, pasaron varias horas antes de que eso ocurriera, ya que Edward recobró el conocimiento cuando la noche comenzaba a caer.

Por alguna razón, Esme había presentido que Edward estaría bien, a pesar de haber estado inconsciente durante mucho tiempo. Decidió no alarmar a su esposo nuevamente, lo cual resultó ser lo mejor, ya que Edward despertó justo cuando ella encendía las luces al oscurecer. El joven parpadeó varias veces, tratando de aclimatarse, y encontró a Esme observándolo con preocupación.

—Edward, cariño, ¿cómo estás? —preguntó su madre con voz suave. Edward intentó sonreír, pero solo logró una mueca mientras se levantaba de la cama de sus padres. Después de todo, eran los únicos en la casa, y Esme aún no había terminado de remodelar las otras habitaciones, y Edward le había dicho que no necesitaba una cama.

—Un poco mareado tal vez —se aventuró a decir Edward.

—¿Te duele algo? —preguntó Esme.

—La garganta —respondió Edward, y Esme comprendió inmediatamente, pues los ojos de su hijo ahora lucían negros, lo que solo significaba una cosa.

—Iré a buscar un poco de sangre, Carlisle guardó algo —dijo Esme, pero Edward la detuvo al instante, sujetando su muñeca con suavidad.

—Está bien, es mejor que vaya a cazar —respondió Edward. Esta vez, Esme no pudo evitar observarlo con preocupación.

—¿Cómo puedes pensar en eso ahora? Estuviste inconsciente por más de seis horas, Edward —reprochó—. Además, ni siquiera nos has dicho qué te pasó. Tu padre y yo estábamos preocupados; las cámaras no mostraron nada, solo estabas mirando hacia la calle antes de desmayarte de repente.

—No había nadie conmigo, ¿estás segura? —Esta vez, fue Edward quien preguntó sorprendido. Había estado seguro de que había estado hablando con alguien, aunque realmente no recordaba exactamente quién era. Solo sabía que era una mujer con cabello castaño y ojos del mismo color, pero no recordaba la conversación que habían tenido.

Luz de las estrellas (Edward y Jacob)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora