Prólogo

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Queridos lectores,

Desde lo más profundo de mi ser, quiero expresar mi más sincero agradecimiento por la paciencia, el cariño y la lealtad que me han demostrado durante estos años de espera. Sé que han anhelado con fervor la continuación de esta saga, y lamento sinceramente el tiempo que ha transcurrido. Con el corazón en las manos, ansío que esta nueva entrega esté a la altura de vuestras expectativas y que la disfruten tanto como yo disfruté escribiéndola.

A partir de ahora, me comprometo a compartir con vosotros nuevos capítulos todas las semanas. Les adelanto que el viaje que nos espera en esta historia está lejos de concluir.

Gracias infinitas por permanecer a mi lado, incluso en los momentos en que parecía que me había alejado. Vosotros son la esencia que impulsa mi pluma, la inspiración que da vida a mis palabras y el rayo de sol que ilumina mis días.

Con todo mi cariño y gratitud, 

Elena Martin

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Epílogo

Epílogo

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La vida suele ofrecer panoramas que no somos capaces de percibir. A veces, uno se siente sin un suelo firme ni el mundo a sus pies. Quería creer que las cosas iban a mejorar, pero nadie te advierte que la suerte puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos. Cuando decidí luchar, parecía que lo hacía solo para perder; nadie notaba que mi sonrisa había desaparecido. Me siento devastada, perdida.

Cada noche, sufro pesadillas con él. Kyril. Lo vi marcharse, lo dejé ir. Pero si no quería quedarse, ya no hay vuelta atrás. He tenido días mejores, ahora parecen escurrirse como arena entre los dedos; observo la tristeza en detalle, la soledad que había vivido en secreto, regresa con toda su fuerza. Él ya no está.

He pretendido no ver, no reconocer que vivo en el dolor, sin poder mostrarlo. Anhelo encontrar la paz en algún otro lugar, pero no puedo marcharme. Ya no consigo sonreír. Lo echo de menos, más de lo que jamás pensé que echaría de menos a alguien. Mi cabeza no deja de buscar soluciones, pero aún no he encontrado ninguna.

Martha. Mi mejor amiga. ¡Dios mío! Solo con pensar en ella, las lágrimas comienzan a rodar sin cesar. Entre el miedo y la culpa, empiezas a preguntarte por qué permití que esto ocurriera. ¿En qué me equivoqué? Perdí a una amiga, en algún lugar de la mortificación. Martha, habría pasado contigo toda la noche despierta, si hubiera sabido cómo salvar una vida. Pero yo también te dejé ir. Permití que ese monstruo te llevara. Y siento que mi corazón te siguió al bosque.

La señora de la mansión - Saga Rojo y Blanco 2 | Subiendo capítulosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora