Capítulo 1

96 8 0
                                    


Llevaba un buen rato recapitulando en mi cabeza lo que había pasado esa noche e intentando encontrar las palabras adecuadas para el detective, pero nada parecía serlo para unas circunstancias tan extraordinarias.

—Realmente no seré de mucha ayuda. Lo único que sé es que esa noche volví sola a casa y, dos días después, al recibir unas llamadas, descubrí que mis amigos y mi jefe habían desaparecido.

—Hmm... Y, ¿quién le informó de eso?

—El señor Anthony, el dueño de la agencia.

—Ah, sí. Fue él quien alertó a la policía. Por eso estoy aquí.

Asentí.

—¿Cómo pueden desaparecer dos personas de una gala a la que asiste media ciudad? Dos personas que trabajan juntas, pero que, aparentemente, no tienen ningún vínculo personal. Es extraño...

—No, que yo sepa, Martha y Joseph no tienen ninguna relación más allá de la profesional. No creo que tuvieran algo fuera de las oficinas, me refiero a algo sentimental. Conozco a mi amiga y me lo hubiera dicho.

—¿Está segura?

La pregunta me dejó inquieta y temerosa.

—¿Se... se sospecha de alguien? ¿Creen que pudieron haber huido juntos?

De pronto, vi la oportunidad de desviar la investigación lanzando afirmaciones sin fundamento que, aunque no tuvieran sentido, podrían llevar al detective a invertir horas en interrogatorios infructuosos. Y eso me daría el margen que necesito para distraer su atención.

—Por ahora no conocemos vínculos entre las víctimas. Es lo que intento averiguar.

—¿Víctimas? Habláis como si estuvieran... —tragué saliva, la idea me resultaba insoportable.

La mera posibilidad, que ni siquiera yo había considerado hasta ahora, me dejaba desolada y angustiada. Una presión opresiva y dolorosa me aprisionaba el pecho. Mis amigos podrían estar muertos, es cierto. No sé qué había pasado con ellos. Tanto el detective como yo queríamos respuestas, pero yo tendría que buscarlas de otras maneras y por otros medios.

Para mi sorpresa, el detective sacudió la cabeza de forma expresiva.

—Tranquila, señorita Jane, no nos adelantemos. Hasta ahora, simplemente han desaparecido. Esperemos que solo sea eso, aunque ya de por sí es grave.

—Sí —dije, llevando inconscientemente la mano al pecho, quizás en un intento de aliviar el agobio que había ido creciendo durante la conversación—, vayamos por partes.

—Su testimonio es crucial para esta investigación. Usted conocía bien a Joseph y a Martha, y también a muchas de las personas que estuvieron presentes esa noche. ¿Hay alguien de quien sospeche? ¿Alguna pista o indicio?

—Detective Martin...

—Callum, llámame Callum. Dejemos de lado las formalidades, ¿te parece, Jane? Al final, parece que trabajaremos juntos en esto.

 Dejemos de lado las formalidades, ¿te parece, Jane? Al final, parece que trabajaremos juntos en esto

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La señora de la mansión - Saga Rojo y Blanco 2 | Subiendo capítulosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora