Capitulo XVII (Pov's Adrien)

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《《~~~~~~~~~~~◇~~~~~~~~~~~》》

Pov's Adrien:

Nunca me había interesado mucho en el trabajo de mi padre. Él era el diseñador de moda y yo el modelo, si pero por elección propia, era el papel que me tocaba, como cada integrante de esta enorme casa.
Todavía recuerdo cuando mi madre estaba aquí, volvía de todo un baile y un juego, modelar era como una fiesta de disfraces y tocar el piano era mucho mejor en duo. Ella trataba a los sirvientes como miembros de la familia y volvía su trabajo mucho más placentero. Por eso apreciaba tanto a Nathalie, desde que tengo memoria ella a estado a nuestro lado y veo en ella un poco del amor que mi madre le dejo para mi, pero desde que no esta la felicidad desapareció de esta casa y del rostro de mi padre que evocaba toda su atención en sus nuevos e inanimados diseños. Por suerte para mi, conocía esos rincones de nuestra enorme casa donde mi madre guardaba sus vestidos favoritos hechos exclusivamente para hacerla hermosa y feliz, aunque nunca necesito mucho para eso. Ahora no los necesitaría y se que estaría feliz de prestarlos a aquella persona que me hacía feliz a mi y que tanto lo merecía.

Al llegar de clases primero me asegure de que mi padre estuviera trabajando, para lo que no hizo falta entrar a su estudio ya que Nathalie me detuvo en la puerta diciendo que no debía molestarlo. Así que volví a mi habitación y comencé con mi plan vestido.

-Tienes una mirada muy malévola.

-Silencio, plagg.

-Ya sabes como se compra mi silencio- dijo de forma sugestiva y relamiendose los bigotes.

Le revolee un pedazo de queso para que se mantenga entretenido y, una vez lleno, dispuesto a ayudar. Pude en mi celular una grabación de mis prácticas de piano y lo dejé junto a este. Si cualquiera de la casa escuchara el piano, sabían que era taba haciendo mis practicas y no debían molestar.

-Muy bien, ahora ayúdame plagg, dime si no hay moros en la costa.

-¿Qué?

-Sirvientes, P, sirvientes en el pasillo.

-Ooh, ya ya...

Plagg traspaso la pared con su regordeta cabeza y luego me hizo un ademán con la cola de que podría salir, una vez fuera fuimos a gatas por los pasillos hasta la última habitación que permanecía cerrada desde dentro. Una vez más, Plagg paso por las paredes y me abrió paso.

-¿Qué hacemos aquí? Que interesante habitación, nunca habíamos venido.

-Shh, era de mi madre.

La habitación estaba exactamente como la dejo, un poco de polvo se había colado por los bordes de las ventanas a pesar de estar tapadas. No sabía porque mi padre insistía tanto en dejarlo tal cual, si nunca veníamos a verla, al principio si tenía sentido ya que ella estaba Desaparecida y teníamos esperanza, pero con el tiempo la esperanza se acabó y la policía nos dijo que muy probablemente no la encontráramos con vida. Mi padre no lloro, solo lo acepto... o eso parecía.

-Y... ¿que venimos a buscar?

Ignore completamente a Plagg y me metí en la habitación continua que era un amplio guardarropa, la mayoría de las prendas estaban cubiertas por una bolsa transparente y había jabones por todos lados para evitar el olor a humedad.

El Tiempo: Único Testigo De Nuestro Encuentro (Chat Noir Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora