🐇 Capitulo 1

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Lo mas duro de un romance que acabas de encontrar, es que termine antes de que lo puedas disfrutar.

Aveces creo escuchar sus pisadas en el techo a la madrugada, pero se que solo es mi corazón esperanzado y mi mente que me juega malos tratos.

La soledad comienza a ser dura, haciendo que termine durmiendo con las mejillas húmedas, despertar con dolor de cabeza y tratar injustamente mal a mi madre.

-¡Vamos a hacer algo divertido!

Corrección, no estoy sola, la compañía que me dejo esta aventura flota frente a mi con sus largas orejas colgando chistosamente.

-¿Algo como que? Ya dijiste que no puedo usar los poderes para mi propio beneficio.

-Si bueno... pero ya llegará el momento, pero mientras el momento llega, hoy, mañana o ayer, podemos...- una pausa para pensar- ¡¡Ir a una justa!!

-¿Me estas proponiendo viajar a la época medieval?

-¿Qué? ¿No tienen justas en esta época?- luego de que niegue con la cabeza un poco divertida por la inquisición, resopló- Puff, Que aburridos.

Fluff lograba sacarme algunas risas, sobretodo cuando despertaba y no recordaba en qué época estaba, sin duda tantos viajes en el tiempo marcaron a este chiquitín. Pero sigo extrañando los bromas de Chat, dejaban una sensacion de calidez en mi pecho, distinto a este vacío que quedaba cuando la risa terminaba.

Extrañaba todo lo que él significó, la esperanza que él me daba se agota con cada día, como una batería que necesita su recarga, pero cada día era más o menos como el anterior así que comenzaba a acostumbrarme. Tenía que hacerlo, si no aveces me daba miedo de volver a ser akumatizada (aunque eso significaría volverlo a ver, ahora no era una opción viable).
Un día descubrí que con Fluff era más fácil, cuando me arte de compadecerme a mi misma y de camino a casa me encontré envuelta en el peligro de un akuma, corrí a un callejón y me transforme. Fue increíble, mejor que la primera vez, toda la energía del kwami me lleno el cuerpo y elimino los malos pensamientos, era como si yo y Fluff nos hubiéramos funcionado, tanto en mente como cuerpo.
Entonces allí estaba yo, en mi madriguera viendo la misión de los héroes principales de París como si de una televisión se tratara, y si algo salía mal, estaría lista para ayudarlos. Era una idea espectacular (sobretodo porque podía escapar de la miseria en la que me sentia).

Comencé a hacerlo a menudo, aunque eran buenos en lo que hacían y no me necesitaban, siempre estaba pendiente de él. Era mejor que el ladyblog, todos sus ángulos, todos los escondites desde la seguridad de mi madriguera, podía seguirlo como una cámara incluso hasta donde se escondía para regresar a su forma civil. Adrien Agreste tiene una vida y problema distintos a los de Chat pero sigue siendo él y quiero saber más... pero no puedo. Aquí es donde debo apagar la televisión. Trago saliva mientras la transformacion se desace. Y luego fantaseo, como una adolescente con su show de televisión favorito, imaginando situaciones improbables donde este involucrada.

Pero los protagonistas son ellos.

Todo empeora con el inicio a clase, cuando me confío en que tener una rutina diaria donde veo a mis amigos 7 horas al día resultaría una reconfortante distracción y de repente aparece él. Con su perfecto cabello rubio y sus ojos verde que me hacen casi verlo con la máscara encima y tengo que parpadear varias veces para volver a la realidad.

-¡Hola! ¿Cómo han ido esas vacaciones?- su voz suena desinteresada, casi rutinaria, pero se en su mirada que en verdad se interesa por saber como me fue.

-B- Bieen...- Marinette me quita la palabra mientras suspira al lado mio.

Así es siempre, ella está enamorada de él (《¡Yo también!》). Y él esta enamorada de ella, pero aún no lo sabe.

《Pero también se enamoro de mi》

Este tipo de pensamientos le dan una carga extra a mi esperanza, pero los desecho tan rápido como llegaron.
Me alejó del grupo que se da la bienvenida rápidamente, esquivando a Adrien mientras evito su mirada.

Es difícil.

El resto del día transcurre tranquilo, a excepción de mi mente que vuelve a él constantemente, consciente de que está en su salón al otro lado del edificio. Tan cerca y tan lejos.

Se que en la cafetería me lo encontraré y no quiero. Se supone que debo pasar página ¿por qué lo hace tan difícil?

-¡Hey! ¿Puedo sentarme aqui?- se dirigía hacia el grupo entero, pero se que me estaba mirando a mi.

De repente mi lugar habitual con Zoey y Luka ahora estaba lleno de gente que hablaba animadamente. Alya, Nino, Mari y Adrien estaban ahora ocupando los asientos usualmente vacíos, no prenste mucha atención a la conversación, con mi mirada fija en mi comida tratando de evitar la de Adrien que volvía constantemente a mi.

-¿Y tú qué hiciste en las vacaciones?- me pregunto al fin y se me cayó el mundo al suelo.

《Observarte》

-Nada interesante.

《"Entonces sal y ten aventuras para contarme"》 Me dijo él una vez.

-No creo que sea "nada interesante" si a alguien le interesa- y ahí estaba esa sonrisita atractiva otra vez.

《No.》

-Discúlpenme.

No haré esto, no puedo soportarlo.
Me levante de la mesa minutos antes de que termine la hora de receso, me alejé de allí y me interne en el aula para esperar la siguiente hora de clases. Tal vez él quiera que las cosas sean normales, ya me conquistó como Chat. Ahora me quiere conquistar como Adrien.

Pero no podemos estar juntos. No cuando se quien es en realidad, y su secreto corre peligro conmigo.

Luka me acompaño en silencio el resto de la tarde, sabía que me pasaba algo pero también sabía que no debía preguntar, la compañía silenciosa era justo lo que necesitaba.

Al salir de la escuela me lo volví a encontrar, esperándome en la puerta seguro para preguntarme si me podía acompañar a casa, como en las películas románticas, pero otra vez lo esquive y me fui a casa sola... como el resto de los días.

Me tire a la cama exhausta, como si hubiera corrido una maraton y Fluff había salido disparado de esta.

-¡Oye no interrumpas mi siesta de rejuvenecimiento! no sabes cuantos miles años hay guardados en este cuerpito- otra risa que me saca y otro suspiro de desaliento.

Y me dormí... aunque no se cuantas horas, porque cuando abrí los ojos una luz entró por la ventana incandilando tanto el exterior y el interior como si aun fuera pleno día. Sabía lo que significaba, esa luz la había visto antes y era la única persona en París que la recordaba y sabía de dónde (o más bien de quien) procedía.

-¡Rápido! ¡Debes ayudar!-me grito Fluff

-Si ¡Fluff, Transformación!

El Tiempo: Único Testigo De Nuestro Encuentro (Chat Noir Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora