Mi memoria es tuya

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Recuerdo nuestra boda. Yo esperándolo en el altar, y él caminando hacia mí...

Recuerdo verlo caminar hacia mí, con ese traje blanco, que tan bien le quedaba; mi corazón latía a mil por hora, de sólo ver esa imagen tan bella, que tanto significaba para mí.

Puedo ver claramente en mi cabeza, el momento en el que dije el gran "acepto", sus ojos se humedecieron, y tomé delicadamente sus manos, para colocarle el anillo. Luego lo besé con dulzura, y todos aplaudieron.

El baile, por Dios el baile fue un desastre, ninguno de los dos tenía idea de lo que tenía que hacer, pero fue asombroso, reíamos, nerviosos, mientras nos dejábamos llevar por la música.

Recuerdo que al terminar la ceremonia, nos fuimos a nuestra nueva casa, a la que hasta el día de hoy es nuestro hogar.

Entramos. Lo tomé de la cintura, y lo miré a los ojos. Estaba por besarlo, cuando las lágrimas cayeron por sus mejillas, pero por segunda vez en todos los años de conocernos, eran de felicidad.

Lo abracé con fuerza, toqué su piel... ojalá volver a tu piel...

Y pensar que eso fue hace tan sólo un año...

Y vuelvo a la realidad, recuerdo lo qué pasó, vuelvo del trance de recuerdos, y vuelvo al lugar en el que estoy, mi cama, nuestra cama.

Me doy vuelta, hacia el lado de Charlie, buscándolo, pero vuelvo a recordar que ya no está.

Vuelvo a recordar que una madrugada, hace menos de una semana, me desperté sin él a mi lado, y al ir al baño, lo encontré, peor que nunca, con la navaja en la mano.

Vuelvo a recordar que hace unos días estuve en urgencias, esperando que se salve, y poder ayudarlo.

Vuelvo a recordar a la enferma diciendo que no se pudo, que perdió mucha sangre.

Vuelvo a recordar todas las veces que lloró y no pude consolarlo.

Recuerdo que tal vez soy culpable de esto.

Que nunca más lo voy a tener a mi lado.

Estiro mis brazos, de vuelta sin encontrarlo, y abrazo su almohada, que tiene su olor, y la huelo, la siento.

Caigo en un sueño, donde simplemente, él está bien, sigue aquí, y yo lo estoy abrazando.