Capítulo XVII

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- ¿¡Que ha ocurrido?! - pregunta uno de los agentes sorprendido ante tal imagen

- ¡Porfavor llevenos al hospital! ¡Esta perdiendo mucha sangre! - súplica la chica con Alexandra en brazos y sin dejar de presionar la herida

Uno de los agentes, rápidamente, abre las puertas traseras de su patrulla para que se suban, ante eso, Sue arrastra hasta el interior del coche a Alexandra quedando su cuerpo tumbado encima de Sue que aún seguía presionando la herida. Después de que la chica subiera a Alexandra al coche, el agente de policía arranca el patrulla para ir al hospital sin perder más tiempo mientras que el otro agente pide refuerzos para rodear el edificio.

En el trayecto de ida hacia el hospital, Sue dirige las manos de la chica hasta la herida para que siga taponando la herida pero cada vez la fuerza de la contraria era más débil.

- Vamos Alex...un último esfuerzo te lo pido porfavor...- ruega la chica entre lagrimas al ver que apenas respondía - Porfavor...- ante su tristeza y preocupación, empieza a llorar desconsoladamente mientras le da un beso en la frente

- Sue...- susurra Alexandra con un hilo de voz posando una de sus manos en el rostro de la contraria para intentar secarle las lagrimas, quien le da un beso en la palma de la mano- Lo siento...- dice Alexandra muy débilmente

- No te disculpes...aguanta solamente...aguanta - contesta Sue antes de apartar la mano de la contraria y ponerla en la herida para seguir presioanarla.

Al llegar al hospital, Sue rápidamente, con ayuda del policía, saca a Alexandra del coche, como puede, para que un par de médicos se la lleven con una camilla al interior del edificio quienes Sue intenta ir tras ellos pero uno de los médicos la retiene

- Necesita atención médica señorita - informa el médico que la retiene

- Atiendala a ella primero porfavor - contesta desesperada la chica siguiendo la camilla con la mirada

- Tranquila, será atendida pero usted también lo debería de serlo - dice el médico para después acompañar a la chica al hospital

Después de un rato esperando inquieta, sin poder parar de pensar en ella, Sue, con la herida del rostro curada, se encontraba esperando en la habitación que le iban a asignar a Alexandra, caminado de un lado a otro, cuando de repente llega la chica en una camilla junto a dos médicos y el que pensó que seria el doctor

- ¿Cómo está doctor? - pregunta preocupada la chica al ver Alexandra inconsciente

- Está bien, se recuperará ha tenido suerte que no ha sido herido ninguno de los órganos cercanos a la herida - responde el doctor tranquilizando así a la chica que finalmente se sienta en una de las sillas realmente abatida

- Gracias doctor - agradece Sue al hombre antes de que se vaya

Minutos después, Sue se encontraba inquieta sentada en frente de la camilla sin quitarle el ojo de encima a la chica

- Sue...- llama Alexandra buscando a la chica en un susurro, provocando que la contraria se levante rápidamente de la silla y vaya a su lado

- ¿Como te encuentras? - pregunta Sue aún preocupada observando el rostro cansado de la chica, mientras que Alexandra al mirar el rostro de Sue, se percata de la reciente cicatriz que tiene, apenada acerca su mano a la mejilla de la chica y empieza a seguir la cicatriz con la yema de sus dedos

- Perdóname...- súplica Alexandra dejando finalmente sus lágrimas salir

- Tranquila...lo importante es que estás viva...eso es lo único que importa - contesta Sue con una sincera sonrisa para aliviar a la chica, a quien le intenta secar las lagrimas y en un impulso de Alexandra, sin poder evitarlo, está se acerca y la besa.

Alexandra besa a la chica entre lagrimas siendo correspondida, celebrando que ambas estaban vivas, que estaban juntas. Un beso que ninguna sabia que necesitaba hasta ahora, que confirma que ambas se querían y despejaba las dudas de sus sentimientos, un beso que se agrdecian y se perdonaban al mismo tiempo, uno que jamás querían que se terminara.

 Un beso que ninguna sabia que necesitaba hasta ahora, que confirma que ambas se querían y despejaba las dudas de sus sentimientos, un beso que se agrdecian y se perdonaban al mismo tiempo, uno que jamás querían que se terminara

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El asesino del tarotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora