ESCENA REIMAGINADA
Capítulo once de Besos Brujos. Jorge vuelve al rancho con Antonio. Pedro se pone bien celosito, a pedido de @AnahiMarts
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Fingir que Antonio le cae bien se convierte en toda una hazaña ese mismo día.
En el despacho de Don Jorge le dedicó sonrisitas falsas y saludos cordiales porque en aquél momento todo lo tomó desprevenido. Pedro estaba decidido a confesarle todo a su patrón y cuando abrió la puerta y lo encontró con alguien allí dentro, la mente le quedó totalmente en blanco. No pudo más que excusarse por su acción y tratar sin éxito de remediar la interrupción.
Claro que se encargó de amonestar a su madrina por no haberlo prevenido de la situación.
—¡¿Por qué no me dijo que tenía visita?! —le recriminó tan pronto regresó a la cocina. Doña Rosa se encogió de hombros con expresión altanera.
—Yo te lo iba a decir, pero tan apurado que venías pa darle los buenos días... hmph. Ni me dejaste acabar.
Había continuado amasando aquello sin levantar la vista ya hacia él y Pedro se había puesto colorado como un jitomate con su próximo comentario cisañero:
—Está guapo el abogadito, ¿eh?
Salió de allí como agua para chocolate, cerrando la puerta de la cocina de un portazo se había regresado al establo con los dientes rechinando, a sabiendas de que su madrina le estaba tomando el pelo.
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—"Toño, vete a buscar más café," —Pedro repite con burla, recogiendo con el rastrillo el heno aplastado en el corral del fondo— "sí claro, Jorgito."
Arrastra ese implemento de limpieza por el suelo sucio canalizando su enojo, y la envidia, la impotencia que le da saber que Jorge está allá adentro con su compañero en el despacho a puerta cerrada y él aquí, quitando mugre.
—"Sí Jorgito, ay sí Jorgito. Ay Jorgito, enseguida Jorgito..." —agudiza su voz y hace una mueca— ¡se llama Jorge!
Nunca le han molestado sus quehaceres, realmente. El establo y sus caballos siempre han resultado un escape oportuno para su malhumor, malhumor que casi hasta le brotaba de los poros cuando De la Vega era dueño del lugar.
Ahora lo que le brota por los poros, además de sudor, es arrepentimiento y celos.
Pero se aguanta. Se pasa una manga por la frente, jadeante pues a pesar de estar bajo techo, el sol está en su cénit y se siente este lugar como horno precalentado a la hora del almuerzo.
Y hablando de...
—¡Mijo! —la voz de su madrina desde la entrada del establo lo detiene en su labor— ¡vente a comer!
Pedro simplemente asoma la cabeza fuera del corral y se apoya en el rastrillo para hacerle con la mano y avisarle:
—¡Toy todo acochambrado! —exclama con una sacudida de cabeza, volviendo a hacer una mueca al bajar la mirada a su atuendo para comprobar que está demasiado cochino para sentarse a la mesa con Don Jorge.
Don Jorge y su "Toño" de traje, bien perfumadito y con su corbata y sus modales.
Ahhh no, le estarán a Pedro sonando las tripas, pero ni piensa aparecerse a comer en este estado. Así que con ese comentario se vuelve a voltear al corral vacío mientras la bonita Tormenta lo vigila atada en el pasillo.
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Escenas reimaginadas
ФанфикEscenas de mis propias historias, si hubieran sucedido de otra manera.