16.

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Freen's pov

"¿Qué película te gustaría ver?"

"No sé..."

Estábamos intentando elegir una película para ver, sin embargo no encontrábamos nada interesante. Paky había almorzado en casa de un amigo suyo, y yo lo había aprovechado para invitar a Becky a casa para pasar un rato juntas.

Por desgracia, esta noche tenía una cena con su madre, por lo que sólo podría quedarse por la tarde, y habíamos decido de ver una película.

Al final, optamos por ver 'la Sirenita', ya que a Becky le gustaban mucho las películas de Disney. Yo no era muy amante, pero ella me había convencido con una facilidad que me había desconcertado. Bastaba con mirar sus maravillosos ojos de café, para calentar mi corazón y derretirlo. ¿Cómo podría decirle que no?

Y así, a los veintiocho años, me encontré en el sofá de mi casa viendo una película basada en una caricatura para niños. ¿Qué no haría yo por esa mujer?

Pero no me importaba. Lo que realmente me importaba era la mujer que estaba en mis brazos.

Estábamos acurrucadas en el sofá, Becky tenía sus piernas estiradas sobre las mías, mientras su cabeza descansaba sobre mi pecho, que ciertamente vibraba por los latidos de mi corazón. Becky estaba totalmente concentrada en la película, mientras yo estaba ocupada admirando su preciosura, acariciándola con ternura.

Estaba totalmente cautivada por ella. Acaricié suavemente su espalda, cosquilleando su piel levemente. Mientras tanto, mis fosas nasales eran invadidas por el hechizante olor de su pelo, sobre el cual de vez en cuando dejaba tiernos y suaves besitos.

Ni siquiera conocía este lado de mí. Nunca había sido una persona tan cariñosa, y nunca fui buena compañía: hablar no me servía para nada. No me gustaba intercambiar ideas, ni nada. Era un bloque de piedra que se bastaba a sí misma. Quería quedarme dentro de ese bloque, sin que nadie me molestara. Fui asi desde siempre.

Sin embargo, con Becky me trasformaba en una persona diferente. Cuando la veía, solo quería tenerla en mis brazos y mimarla. Nunca me cansaba. Podría mirarla a los ojos por siempre, jamás me cansaría; podría escuchar su voz durante horas, y nunca me aburriría; podría tenerla en mis brazos, y no querer soltarla nunca.

Ella me encantaba. Me encantaba esa manera en que me hacía sentir, me encantaba lo cursi que podía llegar a ser cuando hablaba de ella, me encantaba la manera en que nada más parecía
importante cuando estaba con ella.

En un momento, Becky giró su cabeza hacia la mía y yo le sonreí. Dios, me la habría comido a besos.

Besé su naricita haciéndola sonreír, a centímetros de mi rostro, y seguí haciéndolo hasta que se levantó de mi regazo, haciéndome extrañar su cercanía. Hice una mueca por su acción.

"Necesito ir al baño, espera un momento"

"Te esperaré impaciente"

Cuando Becky se alejó, descansé mi cabeza sobre la almohada, y Fluffy se me acercó, empezando a buscar mi atención.

"¿Qué pasa, pequeño? ¿Tienes hambre?"

El perrito empezó a ladrar, y me levanté para poner unas croquetas en su plato. Normalmente Paky lo cuidaba, pero en su ausencia tenía que hacerme cargo yo.

"Oh, ¿es esta tu forma de esperarme?"

La voz de Becky llamó mi atención. Ella me miraba con las cejas levantadas, por no haberme encontrado sentada en el sofá. Sin esperarme más, se tumbó completamente en mi sofá, sin dejar de mirar a la sirenita.

El latido de tu corazón (FreenBecky)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora