dos

69 16 1
                                    

El restaurante japonés estaba lleno de una atmósfera acogedora, con suaves notas de música ambiental y la calidez de las luces tenues. Minho y Hyunjin se acomodaron en una mesa en la esquina, disfrutando de la intimidad del lugar.

Minho hojeó el menú con interés, pero Hyunjin no lo veía necesario ya que tenía sus platos favoritos en mente.

—¿Sabes lo que vas a pedir, Jinnie?

Hyunjin asintió con una sonrisa.

—Mhmm voy a pedir el ramen picante y algunos rollos de sushi. ¿Y tú?

Minho miró el menú una última vez antes de responder.

—Me uniré a ti en los rollos de sushi y también pediré el tempura mixto.

Cuando el camarero llegó, tomaron nota de sus pedidos y regresaron a su tranquila conversación.

Mientras esperaban la comida, Minho observó a Hyunjin con cariño, admirando la forma en que la luz del restaurante iluminaba su rostro. Hyunjin estaba absorto en la atmósfera del lugar, con una expresión de pura tranquilidad.

Cuando los platos llegaron a la mesa, el delicioso aroma llenó el aire y los ojos de Hyunjin brillaron con ilusión. Compartieron risas y conversación mientras saboreaban cada bocado, disfrutando de la compañía del otro y el sabor de la comida.

A medida que compartían los platos, la pareja conversaba sobre sus planes y sueños a futuro, compartiendo risas y miradas cómplices. Hablaban de todo, desde los viajes que querían hacer juntos hasta las pequeñas cosas que les alegraban el día. Esas charlas triviales que al castaño le encantaban, porque a pesar de que creía que conocía todo del mayor, cada día descubría algo nuevo de él que le encantaba.

El ambiente tranquilo del restaurante japonés creaba una burbuja de intimidad alrededor de ellos, permitiéndoles sentirse completamente conectados el uno al otro. Los murmullos suaves y los tintineos de platos y cubiertos llenaban el espacio, proporcionando una banda sonora perfecta para su cena.

Después de saborear el último bocado, Minho tomó la mano de Hyunjin con ternura, mirándolo a los ojos con cariño.

—¿La estás pasando bien? —preguntó Minho, el castaño asintió en respuesta.

—Ha sido un día maravilloso, hace tiempo no teníamos citas como estas.

—Lo sé, también las extrañaba —dijo Minho—. ¿Recuerdas nuestra primera cita? —preguntó, su mirada brillando con nostalgia.

Hyunjin sonrió, el recuerdo de aquel día llenándolo de calidez.

—Claro que sí, fuimos a ese pequeño café en el centro. Me impresionó lo tímido que fuiste al inicio y lo rápido que entraste en confianza después de los primeros veinte minutos.

Minho asintió—. Fue un día muy especial para mí. Recuerdo que hablamos durante horas y me di cuenta de lo mucho que me gustaba estar contigo.

Hyunjin rio suavemente, recordando esos momentos de conexión profunda compartidos con su pareja.

—Para mí también fue especial. Sabía que detrás de ese chico introvertido que le molestaba interactuar con otros humanos, se encontraba alguien con un corazón hermoso, la persona más dulce que pude haber conocido.

Minho sentía sus orejas calentarse al igual que sus mejillas, seguramente tenía la cara roja como un tomate.

—Han pasado tantas cosas desde entonces —comentó Hyunjin, su mirada reflejando gratitud, acompañada de una sonrisa nostálgica. Minho asintió, tomando su mano con ternura.

—Y estoy agradecido por cada momento, Jinnie. Todo lo que hemos vivido nos ha llevado hasta aquí, no importa que tan bueno o malo sea, siempre hemos sabido cómo atravesar la tormenta juntos.

La conversación se sumergió en un momento de serenidad, ambos perdidos en el brillo de los ojos del otro. Habían recorrido un camino juntos, atesorando tanto las cosas buenas como las dificultades que se les han presentado en algún momento, aprendiendo el uno del otro y apoyándose mutuamente.

Porque a pesar de que nada dura para siempre, ambos sabían con certeza que el amor que sentían por el otro, por nada del mundo podría desvanecerse.

El camarero se acercó para ofrecerles el postre, pero decidieron que ya estaban satisfechos y que preferían terminar el día con un paseo tranquilo.

A medida que el sol se ocultaba en el horizonte, las luces de la ciudad comenzaban a destellar. El aire fresco de la noche les acariciaba el rostro mientras caminaban de la mano, disfrutando de la quietud que la noche les ofrecía. Minho se volvió hacia Hyunjin con una sonrisa cálida.

—Quiero casarme contigo.

Los ojos de Hyunjin se abrieron con sorpresa, reflejando una mezcla de incredulidad y felicidad.

—¿Casarnos? ¿Tan de repente? —preguntó con una sonrisa tímida.

—Mhmm... —El mayor asintió.

—No estoy seguro, creo que es demasiado apresurado.

—Claro que no, creo que ya es momento de dar el gran paso en nuestra relación —tomaba ambas manos del castaño y se balanceaba a los lados, Hyunjin negaba con la cabeza.

—No lo sé, esta puede ser una decisión impulsiva de la cual podrías arrepentirte después.

—Mi amor, cuando veo tus ojos, lo único en lo que pienso es en lo enamorado que estoy de ti, me resulta imposible poder amar a alguien de la forma en la que yo te amo. Quiero vivir contigo todo lo que la vida tiene para ofrecerme, eres la razón de mi vida y mi motivación para experimentar cosas nuevas que nunca creí que haría más allá de pensarlas.

Los ojos del castaño se cristalizaron, su corazón latía a un ritmo más rápido de lo normal y se sentía conmovido ante las palabras del chico frente a él.

—¿De verdad quieres casarte conmigo?

—¿Después de que te abrí mi corazón en este solitario parque todavía lo preguntas? —respondió el mayor con otra pregunta, acercándose a él para besar sus labios y rodear su cuerpo con sus brazos—. Ya que te noto inseguro, te lo volveré a preguntar: ¿Quieres casarte conmigo, Hyunjin?

—Minho, solo tengo diecinueve años.

—¿Y qué? —El castaño lo miró enarcando una ceja, definitivamente convencerlo no sería tan fácil como había pensado—. De acuerdo. ¿Te casarías conmigo en diez años?

—¿Seguirás amándome en diez años?

—Te amaré toda la vida.

El castaño rodeaba sus hombros con su brazo, acercándose a Minho, estando a pocos centímetros de unir sus labios, respondió—. Acepto.

Minho con una sonrisa triunfante acortaba la distancia y cargaba al menor, eufórico, anhelando que ese día llegará lo más pronto posible porque sabía que la espera sería una tortura, pero estaba dispuesto a todo por el chico que amaba.

—¿Crees que tu mamá estará en casa esta noche? —preguntó Hyunjin una vez Minho lo bajaba.

—Probablemente, seguro salió temprano del trabajo hoy. ¿Por qué?

—Quiero aceptar su invitación y cenar con ustedes hoy.

—Eso pondrá muy feliz a esa mujer, ¿lo sabes no?

—De eso se trata —sonrió, Minho lo soltaba para sacar su celular de su bolsillo.

—La llamaré para asegurarme de que está allí, sé que le encantará la sorpresa de tenerte en casa.

Dear Honnie: Before I Go [ Hyunho - three shot ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora