tres

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El cielo comenzaba a ser adornado de pequeños puntitos brillantes mientras continuaba oscureciendo, cuando el auto de la pareja aparcó fuera de la casa del mayor, Hyunjin soltó un ligero suspiro ansioso, mirando a su novio con una sonrisa que el contrario devolvió. Bajaron del auto y se acercaron a la vivienda.

Minho abrió la puerta anunciando su llegada con el ruido de las llaves y la madera misma cerrándose, acompañado de un "¡Llegamos, mamá!", como saludo.

La madre del mayor los recibió con un grito desde la cocina y ambos menores caminaron directamente hacia allá, encontrando a la castaña a medio camino, quien estaba saliendo de aquella habitación.

—¡Hyunjinnie! —Abrazó la mayor al mencionado, apretujándolo con cariño entre sus brazos, gesto que Hwang devolvió gustoso—. ¿Cómo has estado, cariño? ¿Qué tal la escuela?

—Bien, muy bien a pesar de las bajas. Ya sabe, no se puede estar todo el momento en la cima, ¿cierto?

—Balance —respondió a cambio la mujer, con una mirada cargada de comprensión dirigida al castaño.

Minho caminó de largo hacia la cocina, sin borrar la sonrisa de su rostro y cuando sintió detrás de él la presencia de su madre y su novio, habló:

— Quería venir a verte porque la culpa lo carcomía después de haber estado evitándote.

—¡Minho, cállate! ¡Claro que no!

La madre de Lee soltó una suave risita al escuchar a Hyunjin y mirar los ojos divertidos de su propio hijo.

—No te preocupes, cariño. Yo entiendo que los momentos malos existen y cada quien tiene su manera de refugiarse de ellos, lo bueno es que estás aquí y ahora, las puertas de esta casa jamás se cerrarán para ti.

Hyunjin sintió la calidez en su pecho y el amor maternal de la mujer frente a él, pudo reconocer la amabilidad y generosidad en los ojos ajenos, asociándolo fácilmente con la brillante mirada que su novio le dedicaba día con día, de tal palo tal astilla.

—En ese caso, quería saber si todavía seguía en pie su invitación para cenar con ustedes.

—¡Por supuesto que sí, cariño! Siendote sincera, hoy no planeaba cocinar, pero ya que estás aquí te prepararé algo delicioso —el castaño inclinaba su cabeza con gratitud—. Esperen en la sala mientras preparo todo.

La pareja asintió agradecida y se sentaron en el sillón, el mayor puso una película en lo que esperaban y se acurrucaba al lado de Hyunjin, molestándolo de vez en cuando los actores hacían algo vergonzoso.

Minutos después, ambos se levantaban y caminaban curiosos hacía la cocina, el olor los había atraído inevitablemente.

—Oh, huele increíble —dijo Hyunjin al lado de la madre del mayor.

Minho planeaba robar un pedazo de la carne de cerdo del sartén, pero la mujer lo detenía golpeando su mano.

—¡Ouch, mamá!

—No metas las manos en la comida, Lee Minho, mejor ve a poner la mesa en lo que yo termino aquí.

—Yo le ayudo, señora Lee —se ofreció Hyunjin pero la madre de su novio se negó rápidamente.

—No, tú eres mi invitado. Quédate quieto, Minho me ayudará.

—Claro, como Hyunjin está aquí, me tratas a mí como tu esclavo —bromeó mientras sacaba la vajilla de la alacena.

La mujer rio y le dio un suave empujón en dirección al comedor. El mayor siguió las indicaciones de su madre y comenzó a poner la mesa, mientras Hyunjin se quedaba con ella en la cocina.

—Es agradable tenerte aquí, Minho es más encantador cuando te tiene cerca —dijo la igualmente castaña, apagando el fuego.

—¿De verdad? —preguntó el castaño, riendo con suavidad.

—Por supuesto, el amor debe ablandar su carácter, lo vuelve menos insoportable —susurraba lo último guiñándole un ojo.

La conversación continuó una vez los tres estuvieron sentados en la mesa. La madre de Minho se encargó de servir la comida y, después de agradecerle, comenzaron a degustar el platillo de esa noche. Hyunjin cerró los ojos, saboreando la exquisita mezcla de sabores del deojibulgogi.

Los sonidos suaves de los cubiertos chocando contra los platos llenaban la habitación, la pareja le contaba a la mujer como había estado su día entre risas y miradas cómplices, volviendo la cena más amena. La señora Lee observó con una expresión de cariño en su rostro como su hijo miraba al castaño, sus ojos brillantes y el amor brotando de ellos.

Cuando la cena terminaba, los menores ayudaban a levantar la mesa y dejar todo ordenado antes de que la mujer pudiera negarse para que posteriormente, Hyunjin tomará sus cosas para volver a su casa antes de que se hiciera más tarde.

—Gracias por esta maravillosa cena, señora Lee —agradeció el castaño, la madre de Minho le daba un cálido abrazo.

—Ven a visitarme más seguido, Hyunjin, me encanta tenerte en casa.

—Así lo haré.

Hyunjin sonrió, sintiendo una inmensa gratitud hacia la mujer que lo había acogido tan amablemente. La pareja salió de la casa luego de que la madre del mayor los acompañara a la puerta, el castaño se despidió una vez más de ella antes de subir al auto.

Cuando Minho se sentaba a su lado, Hyunjin lo miró con una pequeña sonrisa en su rostro.

—Tu madre es una mujer increíble, gracias por traerme.

—Ella te adora y siempre te recibirá con los brazos abiertos —se acercó para dejar un pequeño beso en su frente—. Creo que ambos somos afortunados de tenerte, Jinnie.

—Y yo soy el más afortunado de tenerte a ti. No hay manera en la que pueda agradecerte todo lo que has hecho por mí.

El trayecto hacia la casa del castaño fue tranquilo, la música de fondo era lo único que sonaba en medio del silencio que se instaló entre ambos, Hyunjin comenzaba a cabecear en su lugar, sintiendo sus párpados pesados y una extraña comodidad que lo adormecía. Pero Minho lo despertó minutos después, anunciando su llegada.

Ambos bajaban del auto y caminaban hacia la propiedad, el mayor lo ayudaba a cargar con sus cosas hasta la entrada de la casa y Hyunjin las tomaba.

—Mi amor, luces agotado —dijo Minho, acariciando su mejilla con cariño.

—Después de un día tan increíble como el de hoy, es normal que termine sin energía —respondió, tomando la mano que Minho tenía acunando su mejilla entre las suyas—. Gracias por este día, Honnie —agradeció con una pequeña sonrisa pintada en su rostro.

El mayor se acercó a él y dejó un beso en su frente, al alejarse, le acarició el cabello y le regaló una sonrisa.

—Ve a descansar, ¿está bien? Te veo mañana.

Hyunjin asentía y se inclinaba para dejar un beso de despedida sobre sus labios. Al separarse, el mayor daba unas pequeñas palmadas en su trasero para empujarlo hacia la propiedad. Una vez se aseguraba de que Hyunjin había entrado, regresaba hacia su auto y conducía de vuelta a su casa.

Dear Honnie: Before I Go [ Hyunho - three shot ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora