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La alarma del celular sonó como con normalidad desde que cumplió doce y su madre le dijo que debía aprender a despertar por su cuenta para ir a la escuela.

El problema era que sus ojeras eran prominentes, no había pegado el ojo en toda la noche, su vista quemaba y se sentía como muerto en vida. Jungkook comenzó a tener insomnio desde hace tres meses, tiempo en el que se dió cuenta que ama con locura a Min Yoongi, el tonto de su vecino, mejor amigo y alma gemela a quien conoce desde el primer año de primaria aún cuando el delgado de piel acanelada es un año mayor.

Pero no podemos culparlo, mañana podríamos estar en la misma situación que este pelinegro quien no tiene ni la misma mínima pizca de ganas por asistir a la facultad, no cuando sabe que Kim Songhoon estará tratando de comer –literalmente– la boca y cuello de su Boo.

—Kook, ya son 6:45, date prisa.- Jin, su primo y casi hermano, vivía con él desde que iniciaron la licenciatura: Jungkook en música y Jin en actuación, como Yoongi.

Al salir de la habitación, Jungkook parecía a sí mismo cuando tenía dieciséis dando comienzo a su etapa "emo" donde escuchaba a My Chemical Romance y su flequillo cubría la mitad de su rostro. Un enorme suéter negro enorme, un gorro de invierno del mismo color, pantalones con roturas visibles y sus imperdibles converse negros. Todo un gótico.

—Pero- ¿Qué carajo te pasó Jeon?- el rubio abrió los ojos al igual que el perezoso de Zootopia al reír. ¿Ese era su primo?
—No es nada, solo no tuve tiempo, ya vámonos.- habló en fastidio, no quería dar explicaciones porque sabía que su obstinado primo le diría lo mismo: deja de ser un pendejo y confiesa.

Jungkook no podía no contarle sus problemas al mayor, era su segundo lugar seguro — está de más decir quién es el primero — por lo que no dudó en llorar en su hombro hace tres meses mientras se odiaba y recriminaba por fijarse de una forma amorosa hacia su mejor amigo. Era pecado y uno mortal.

—Sé porqué está así pero dejaré pasarlo. Ya sabes qué opino.- salieron del edificio hasta el auto del menor quien pidió que el rubio manejara, este acepto gustoso ya que no quería sufrir un accidente por la depresión del ex fan de Linkin Park. Sería un viaje largo para Jin y un día sin fin, como los demás, para Jungkook.

[...]

—Te veo en la salida- bajó del auto sin decir más, guardó sus llaves en el bolsillo y sin mirar a los lados ni al frente, solo al piso, Jungkook caminó hasta su aula. Habían pocos compañeros debido a que eran los últimos días antes de los exámenes finales y de sus presentaciones de proyectos o tésis para obtener su título. El tiempo realmente voló.

—Hola Kook- Hoseok susurró cuando el menor se sentó a su lado. Jung Hoseok era su amigo, no tan cercano pero si como para compartir el receso y ciertas anécdotas, ir al cine y hacer proyectos juntos. Agradecía que el pelirrojo se llevara tan bien con él pues era su escape cuando Yoongi era aprendido por el cara de gato atropellado de Park.

El pelinegro simplemente saludó con la cabeza, sacó los audífonos de la mochila y se los colocó para escuchar música, escondió su rostro entre los brazos mientras se apoyaba en la mesa frente a él. Que difícil era no ser correspondido.

[...]

Jungkook sintió leves toques a su hombro y... ¿Susurros?

—Jungkook... Despierta- abrió los ojos lentamente, enfocando de a poco al rostro que estaba de su lado izquierdo.

—Yoon...- susurró sin comprender qué hacía allí. ¿No debería estar en su aula?

—Es la hora del almuerzo Kook, vamos, debes comer.- lo tomó la mano para dirigirse hasta la cafetería, Jungkook se despertaba de a poco mientras caminaba con el mayor, durmió bastante.

—No creí dormir tanto, ni siquiera me regañaron.

—Eso es porque no llegaron tus maestros, Hoseok me dijo así que fuí a buscarte. Sé cómo duele tu estómago cuando no comes a tus horas.

Y allí estaba una de las cosas que Jungkook siempre amará de su amigo: su atención. Yoongi sabía de sus alergias, enfermedades, miedos y deseos, su sabor favorito de helado y su manía por abrazar una sábana al dormir. El moreno lo conocía desde la A a la Z en el Kookcedario porque el menor era un libro abierto con él y solo con él.

El chico suspiró cansado al pensar que Yoongi era guapo, cuánto le aceleraba el corazón al ver su atención en él, cortar la carne y dejarla en su plato y el hecho de que le haya comprado dos cajitas de leche de plátano.

Hubiera agradecido el gesto y hasta darle un beso en la mejilla como de costumbre, pero esa voz...

—Yoon, te estaba buscando. Hola Jeon- dijo a secas, el mencionado apuñaló su carne con furia sin contestar.

—Oh lo siento Songhoonie, Kook no había comido así que lo acompañé por su almuerzo.- se sonrojó y Jungkook lo odió.

—Jungkook ya está grandecito para saber a qué hora comer, Yoonie. Mejor vamos- y el menor frente a ellos no escuchó más ya que el cuerpo de escoba le susurró al oído a su amigo pero supo de inmediato de qué se trataba debido al nuevo y más notable sonrojo en el rostro de Min.

—Y-yo K-Kook

—Ve Yoon. Estaré bien.- sonrió con fuerza, Songhoon esperó más y tomó del brazo al acaneladito para salir como rayo del sitio, perdiendolos de vista una vez cruzaron la puerta.

Suspiró con desgano, el corazón doliendo y unas inmensas ganas de llorar.

Lo dije antes y lo diré otra vez, desearía que fuéramos más que amigos.

F r i e n d s (YoonKook ver.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora