P A R T E - 1

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La muerte no es del todo fria, hay calidez en finalmente poder descansar del dolor.


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Estaba atado de manos, literalmente.

El señor oscuro estaba frente a él con sus aires de grandeza regodeándose por haber visto a través de su trampa y haberlo atrapado, los mortifagos estaban mirándolo con distintos grados de incredulidad y horror, muchos de ellos (los más leales al monstruo) esperaban con su varita en mano la oportunidad de tener un pedazo de su tormento. La tortura física aun no empezaba, primero el señor oscuro haría de él un ejemplo para otros.

Sus ojos negros encontraron a una persona en particular entre los mortifagos que tenía una expresión de placer en sus ojos grises, por un momento no sabía si lo que veía era cierto, pero mientras más tiempo sus miradas seguían conectadas más obvio era que no había allí un aliado para él. Severus odiaba no haberlo esperado, Lucius Malfoy había sido un amigo e incluso siendo jóvenes lo había arrastrado felizmente y lo convirtió en el padrino de su hijo, ahora, sin embargo, estaba de pie allí con su varita en mano impaciente por lanzar las primeras maldiciones junto a todos los demás.

Severus respiro lentamente y supo sin lugar a duda que nada de su pasado o su relación cercana ayudaría en esta ocasión, no cuando era tan obvio que había sido vendido. Lucius era el único que verdaderamente podría descubrirlo y contárselo al Lord, nadie más tenía esa clase de vinculo de confianza del que Severus no dudaría.

—...así que ¿Alguien aquí estaba enterado de las acciones de este traidor? —Siseo su maestro de forma desagradable—porque la gran campaña que ha llevado a cabo no podría lograrse solo—Severus sintió la diversión curvar sus labios así que dejo que emergiera a través de su mascara provocando una sonrisa que le mostro al Lord desde su posición en el suelo.

Mortifagos gritaron y gruñeron, otros se estremecieron de terror. A Severus no le importo de ninguna manera, él podía sentir un sabor delicioso en su boca, el néctar de la venganza era dulce en su lengua.

—En realidad—Severus hablo con voz pausada, arrastrando las palabras—Creo poder responder esa pregunta en especial—El señor oscuro se giró muy rápido y su magia azoto sin hechizos ni elegancia. Su rostro se fue hacia la izquierda con violencia como un golpe físico, sus dientes chasquearon provocando que la pequeña capsula en su boca reventara y antes de que alguien se diera cuenta trago la poción.

—No te dirijas a mí, traidor—Severus sonrió aún más ampliamente. Sus dientes tenían sangre.

—Pero señor—Severus tarareo con falsa deferencia—No pudo romper mis escudos mentales por lo que no sabe el nombre de mis cómplices ¿Quiere que lo ilumine con mi información? —Severus se puso de pie como si sus piernas no estuvieran llenas de moretones y no hubiera sido víctima de constantes crucio desde que fue descubierto—Somos tres miembros de la orden en sus filas, tres grandes hombres de plena confianza, integrados en su círculo interno—El efecto fue inmediato, con satisfacción Severus noto que todos comenzaron a mirar a las máscaras plateadas.

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