Capítulo 5

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El pensar que lo que había sido una promesa de hace unos días se convirtió en meses hasta llegar a un año, un año en la que el pueblo del norte floreció de gran manera tras el regreso de su emperador. Nadie tenia porque saber donde o con quien estuvo en aquellos días, solo debían saber que alguien lo había salvado y con eso bastaba.

Su pueblo se enriquecía día tras día y su gente se volvía cada vez más feliz y alegre, la medicina y la tecnología volvían a prosperar y por un segundo incluso se pensó que aquella invasión de hace un año estaba en sus cabezas, una muestra de la histeria colectiva; aun cuando los soldados si relataban que aquellos zombis ahora conocidos como marionetas, eran reales y que de forma discreta minimizaban y arremetían contra la población; Pero eso era un secreto de la monarquía que buscaba ocultar los pesares de la actualidad. En ese tiempo la economía también se volvió mas estable y las guerras cesaron por un instante, los diferentes territorios pensaron en reunirse una vez mas y declarar la paz y prosperidad del pueblo, del mundo, de la nación.

Por otro lado, Alexei tomo su mandatario con autoridad, creo las mejores estrategias, las mejores batallas y los mejores tratados, pero, por algún motivo poco racional, no supo más de su amado Tifón de las montañas, no entendía el porqué de ese hecho, pues, después de haberse ido aquel día, los asesinatos no disminuyeron, si no que se anularon a personas inocentes y se dirigieron específicamente a criminales armados o aquellos que merecían su condena por encima de los 2 años de cárcel, eso lo hizo sentirse bien, en cierto punto, el pensar que aquella mujer había cambiado solo por aquellas tres semanas, lo hizo sentirse conmovido, pero, no tenía permitido saber de ella, de aquella que le había removido el corazón, pues el trabajo era tan grande que apenas podría pensar en eso.

Los días siguieron y poco a poco ella se volvió un recuerdo agridulce de un posible romance entre ambos, era molesto, sí, pero debía de aceptarlo y continuar, tener un hijo y asegurar el linaje de su familia durante unas décadas más; pensar así le era incomodo, pero aceptable, porque a final de cuentas nada de lo que el sintiera importaba realmente, si no lo que debía hacer. O eso se pensó hasta que un día todo cambio y aquellos que odiaban ese "feliz" que hubo entre ambos empezó a ser más reflexionado.

***

—Entonces, estamos de acuerdo de que esta es la mejor forma de responder ante el territorio este ¿Verdad? —Pregunto nuevamente uno de los ancianos más jóvenes de la congregación y aquel que tenia una mente mucho mas abierta que los demás.

—Lo considero inmaduro, pero si, nuestra disputa no solo política o de guerra, es social y aristocrática, preguntarnos lo que es inmaduro o no es tan relativo que no requiere una santa explicación, debemos contratar sus avales deleites de egocentrismo de una u otra forma y eso solo lo conseguimos con apuñarlos de una forma igual de agresiva con la que responden.

—Si, tienes razón, sabio Ruptias, pero ¿Qué opina nuestro emperador, no le molestara?

—Esa mujer y el tuvieron una relación apunto de ser algo más, entonces, ¿De verdad le molestara que dicha mujer lo acompañe en un evento tan especial?

—Incluso se ha escuchado al emperador soñar con ella, dudo que le moleste.

—Entonces está decidido, Alexei de Volko y Zia Angelis asistirán juntos a la reunión de declaración de paz entre territorios de esta semana.

La reunión termino, y por fin se sentía la paz entre los ancianos, todos felices de pensar que este seria el contrataque contra el egocentrismo entre territorios y el inicio de una guerra fría, solo faltaba comentarlo con el que tenia la ultima palabra, Alexei de Volko, pero no era realmente necesario ¿verdad? El seguramente, sin dudarlo, diría que sí.

Jalando del Mismo GatilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora