Epílogo: Luz de día

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Jazmine mira como el sol empieza a descender, pronunciando la tarde pintando de naranja su jardín lleno de flores. La brisa fresca por el otoño moviendo los árboles y las risas de Deneb y Regulus se escuchan por todo el lugar.

El niño persiguiendo a su padre quien lleva consigo un cometa, la hacen sonreír.

Trata de memorizar esa escena para siempre pero todos dejan de hacer lo que están haciendo cuando se escucha un ruido en la chimenea avisando que alguien ha llegado.

—¡Feliz cumpleaños! —el primero en gritar es Fred corriendo a los brazos de su madrina quien lo aprieta con fuerza.

—¡Tía Mia! —George se une al abrazo, haciendo un sándwich—, ¡Son tus malditos cuarenta años!

Jazmine ríe con dramatismo mientras se separa de los pelirrojos, limpiando una falsa lágrima.

—¡Yo también estoy aquí!

Jazmine abrió los ojos totalmente conmocionada al ver al Charlie frente a ella, totalmente cambiado. Era guapísimo como siempre imagino y muy muy alto.

Jazmine no perdió más tiempo y apretó su torso, sintiendo como él reía con fuerza, por su emoción.

—¿Por qué todo este tiempo no haz mandado cartas, Charles Weasley? —regaño con lágrimas en sus ojos—, ni siquiera con el tonto de Ron me mandabas saludos.

—¡Hey!

Ella viendo por detrás de su hombro abrió la boca sorprendida, viendo como Ron y Hermione entraban por la puerta con una sonrisa enorme y una caja de regalo.

—¿E' pala mi? —preguntó Deneb tan pronto entro por la puerta detrás de su primo Ron, empujando su pierna haciendo que todos rían ante la imprudencia del niño.

—No cariño, el regalo es para tu madre —Regulus respondió tomándolo en brazos para que no atacara la caja sabiendo que su pequeño torbellino sería capaz de abrirlo—, recuerda que hoy es su cumpleaños.

—Anda tía Mia, abrelo, se lo mucho que quieres descubrir que es —la alentó Hermione al ver a la chica con los ojos brillosos mirando la caja con total emoción.

—Nosotros también trajimos algo —Fred comentó.

—Esperemos lo disfrutes —George completo.

—Yo te traje tus flores favoritas —Charlie alzó su mano, pero todos rieron con suavidad al ver que no se trataba de un ramo de jazmines sino una maceta como tal, donde apenas y salían las primeras flores—, espero te guste.

—Me encanta todo —sonrió con fuerza mirando a cada uno mientras sus ojos se llenaban de lágrimas que rápido quitó por la vergüenza—, perdón estoy muy emocional. Como sea, dejen todo en la mesa, iré a prepararme.

Jazmine no celebraba sus cumpleaños desde que James falleció porque ese día ya no se sentía igual sin su hermano. Menos cuando es su aniversario luctuoso ese preciso día.

Ha pesar de que ya habían pasado casi veinte años, la imagen de sus ojos sin vida ambos tirados en el piso, el inerte por la muerte y ella por el maleficio, luchando por tocarlo y salvarlo a como diera lugar.

Nunca sintió tanta desesperación como ese día, tratar de tocarlo pero era presa de su propio cuerpo y dolor, aunque era más dolor emocional al verlo mirarla directamente.

No sentía que podía vivir su cumpleaños igual después de eso, porque era tan constante en su mente como si de una película se tratase que la hacía vomitar.

El vestido que llevaba puesto era regalo de Regulus en un día cualquiera, dijo que lo vió en un aparador y pensó en lo muy bonita que se vería su amada en aquella pieza.

The way i loved you - Regulus Black Donde viven las historias. Descúbrelo ahora