CAPÍTULO 1

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"EL DIARIO DE ARRÁIZ"

En el interior del baño de las hembras del Liceo Antonio Arráiz, se encontraba Viviana viéndose frente al espejo de los lavamanos. Nerviosa, abrió uno de los grifo para lavarse las manos. Y como estaba sola, comenzó hablarle a su reflejo. Era una chica linda, de estatura mediana. Cabello negro, largo. Usaba su uniforme colegial.

̶ ̶ ̶ ¿Por qué me pasó esto dios? ¿Cómo hace una adolescente como yo para no caer en las redes del amor? ¡Soy una estúpida! En éste nuevo mundo se vive con asco, con miedo. ¡Basta Viviana! No te cuestiones más, ¡coño! Abortaré a éste niño. Le guste o no le guste, ¡lo abortaré! Y no me importa si mis padres no lo aprueban, ¡es mi cuerpo! ̶ ̶ ̶ Saca de su bolso su estuche de maquillaje, lo abre y se aplica bastante en el rostro ̶ ̶ ̶ Maquillaje... Bastante maquillaje para esconder la tristeza Viviana. Para esconder las heridas que te da la vida ̶ ̶ ̶ dijo en un hilo de voz ̶ ̶ ̶ ¡Sí, bastante maquillaje para sentirme plenamente feliz!

Sacó su pintura de labio de color violeta y se lo aplicó en los labios. Se miró en su reflejo por unos segundos... Y de la frustración que sintió, batuqueó todas sus cosas hacia el suelo.

Luego pasó hacia un cubículo, cerró la puerta y se sentó a llorar en el inodoro. En ese momento, al baño entró Maite. Era una de sus amigas del grupo de las "Mostras". Vio las cosas tiradas en el suelo.

̶ ̶ ̶ Mostra, ¿qué pasó aquí? ̶ ̶ ̶ y entonces escuchó el llanto desde el cubículo ̶ ̶ ̶ Viviana, ̶ ̶ ̶ abre la puerta del cubículo y ve a su amiga llorando ̶ ̶ ̶ ¡Mostra!, ¿qué tienes? ¡mira como estas de pálida!

̶ ̶ ̶ ¡Arruiné mi vida! ̶ ̶ ̶ le señala con su dedo índice la prueba de embarazo que estaba tirado entre el desorden de cosas en el suelo.

Maite lo busca curiosa con su mirada y lo recoge para ver el resultado del test. Se queda sorprendida.

̶ ̶ ̶ Estoy embarazada, Maite... ¡Estoy embarazada, y no sé qué hacer! ¡no lo sé!

Maite la abrazó, mientras su amiga no dejaba de parar de llorar en su hombro estropeando hasta el maquillaje que se había echado en el rostro.

Entre el aroma de café bien servido y las empanadas calientes. Los profesores bebían y desayunaban juntos en la mesa central de la Oficina Docente. Carpetas, tizas, marcadores, bolígrafos, libros, pruebas, planificaciones y proyectos escritos estaban en cada uno de sus espacios pertinentes a la espera de ser usados como instrumentos de trabajo para enseñar a los jóvenes del plantel educativo.

Una señora de unos cuarenta años de edad salió de su despacho y caminó hacia la cabeza de la gran mesa rectangular para dar sus buenos días al gremio docente del Liceo Antonio Arráiz. Se trataba de la directora Alba, la autoridad.

̶ ̶ ̶ ¡Buenos días! A partir de la semana que viene arrancamos con el segundo lapso. No se retrasen con las calificaciones de sus estudiantes.

̶ ̶ ̶ Ahí te hablan Saul ̶ ̶ ̶ vaciló la profesora Cecilia.

̶ ̶ ̶ Por favor, que no se te pierdan las evaluaciones. Retrasas el oficio de control de estudio, ¡gracias! Refunfuñó la profesora Dolores limpiando con una tela roja sus lentes y mirando a su colega.

̶ ̶ ̶ Dejen de burlarse de mí, y pónganse serías ̶ ̶ ̶ agregó el profesor, intentando de no reírse de sí mismo. Por aceptar que sus colegas estaban en lo cierto.

̶ ̶ ̶ Directora Alba, ¿y el área de psicología? ̶ ̶ ̶ preguntó el profesor Pablo.

̶ ̶ ̶ A eso iba profesor... Ya tenemos nueva profesora de psicología y se integra mañana. ¡Profesores, recuerden que deben enviar sus planificaciones lo más tardar ésta misma semana! Y por favor que los estudiantes mantenga toda la disciplina posible dentro y fuera de las aulas de clase. ¡Los accionistas no tardarán en venir a supervisar! Recuerden que ellos aparecerán el día menos esperado. Otra cosa antes de que se me pase por alto... El Ministerio de Educación anunció ayer que se está celebrando los 100 años de la Campaña Admirable. Así que quiero que los estudiantes se empapen del tema histórico del país. Ahí tienen el profesor Pablo que los puede ayudar. ¡Profesores, den siempre lo mejor de sí con sus alumnos! ¡Ah! Y no se les olvide darle todo el apoyo necesario a la nueva docente. ¿Alguna pregunta? ̶ ̶ ̶ los profesores se miraron entre ellos en la mesa haber si habían quedado dudas, pero al parecer no ̶ ̶ ̶ ¡Que tengan feliz comienzo de semana! A enseñar...

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