¡EL DIARIO DE ARRÁIZ!

CAPÍTULO 4

"LA MERCANCÍA"

En la Sala de Informática se encontraba Gabriela revisando el monitor de su computador un vídeo musical por "YouTube" sobre antiguos alumnos que estudiaron en el liceo.

Al lado de ella se encontraba su amigo Leo moviendo su cubo de rubik. Estaba de curioso husmeando en la computadora.

̶ ̶ ̶ ¿Qué ves tanto ahí Gabriela? ¿Quiénes son esos muchachos?

̶ ̶ ̶ Son egresados de éste liceo, mira ve    ̶ ̶ ̶ le dio clic al ratón y le hizo "zoom" a la foto ̶ ̶ ̶    son de la Promo XI

̶ ̶ ̶ ¡Nojo, Gabriela!     ̶ ̶ ̶ protestó Leo ̶ ̶ ̶    Eso fue hace años atrás. Mira la fecha, ¡dos mil ocho!...

̶ ̶ ̶ Igual soy fan del creador del canal. Es como una serie juvenil Leo. Le puso un nombre muy creativo...

Ven en la pantalla el título escrito:

"Así es la Vida en el Liceo"

Promo XI

Después miraron a los estudiantes de todas las secciones en una sola foto con grandes sonrisas en sus rostros. Eran de cuarto año medio.

̶ ̶ ̶ ¡Mm ya! Sí, se ve que eran unidos.

̶ ̶ ̶ Ojalá todos nosotros fuéramos así.

̶ ̶ ̶ Claro, sobre todo tu con el combo de las Mostras y los Mala Conductas. Eso sí sería el gran cuadro. La gran selfi. ¡Por favor Gabriela! ¡No sueñes tanto! Confórmate con los amigos que tienes.

̶ ̶ ̶ ¡Pues, no, Leo! Eso es pensar chiquito, ¡no señor! ¡hay que pensar siempre en grande!

̶ ̶ ̶ No Gabriela. La vida,    ̶ ̶ ̶ decía Leo moviendo su juguete ̶ ̶ ̶    es como un cubo de rubik. Difícil de construir.

̶ ̶ ̶ Pero no imposible de armar.

Luego Leo detiene su cubo de rubik y mira a Gabriela al escuchar decir aquella última frase. Porque sabía que su amiga estaba en lo cierto. Entonces sonrió y siguió moviendo su juguete.

̶ ̶ ̶ Yo sí creo que en algún momento podremos llegar a ser como ellos     ̶ ̶ ̶ insistió de nuevo Gabriela.

Hasta que fueron interrumpidos por la líder de las mostras, la estirada de Bárbara.

̶ ̶ ̶ ¡Vengo hablar contigo niña!

Leo brincó del susto. Luego agarró sus cosas, nervioso, las guardó en el morral y se puso en pie en el medio de sus compañeras. Se sintió como si estuviera afuera del margen.

̶ ̶ ̶ Yo, yo, ¡mejor te espero afuera Gabriela!      ̶ ̶ ̶ dijo. Y se fue.

Gabriela con la cara arrugada, no dejaba de mirar fijo a Bárbara.

̶ ̶ ̶ ¿Me vas a pedir dinero? ¡Porque eso es lo tuyo siempre! De hecho ayer Dante me dijo que no le pediste cien bolívares, sino quinientos a cambio de un beso. Y el muy tonto vino y te lo dio, ¿a ver cuéntame? ¿y tú qué hiciste?     ̶ ̶ ̶ imitó los movimientos estirados de Bárbara ̶ ̶ ̶   "¡Qué dios te lo pague mi Dante bello!" Y así te fuiste por tu camino    ̶ ̶ ̶ protestó Gabriela.

̶ ̶ ̶ ¡Francamente! Pero aquí si son chismosos...

̶ ̶ ̶ Al grano, ¿qué quieres? No estoy para estar perdiendo mi tiempo contigo.