Límite de esfuerzo

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¿Qué es el amor? ¿un sentimiento, una sensación, un estado de ánimo...? Para vosotros, ¿qué es el amor? A veces nos cohibimos cuando vemos la foto de alguien, parecemos tontos sin poder dejarla de mirar. O cuando escuchamos la voz de esa persona, cerramos los ojos y suspiramos sin querer...

Los sesos del cráneo del zombi empezaron a volar mientras que un chorrito de sangre brotaba de su cerebro simulando una fuente.

Nayeon, al caer, enterró su cabeza en el estómago putrefacto de uno de los zombis que anteriormente habíamos matado. 

Con su bota derecha, pateó la cabeza del zombi para 'descargar' su rabia. Apoyó sus manos en el suelo, levantó la cabeza y me miró. Una lágrima empezó a caer de mi ojo derecho.

- PUAJAJAJAJAJAJ -lloraba de la risa.

- ¿De qué coño te ríes, Jeongyeon?

- Parece que has metido la cara en un plato de espaguetis con salchichas -seguí riendo.

Nayeon se levantó, corrió hacia mí y me abrazó. Fuerte, muy fuerte. Tan fuertemente que mi respiración se entrecortaba entre lágrimas y suspiros.

Me apartó el pelo de la cara, se acercó muy poco a poco a mi boca... sentía su respiración a milímetros de la mía. Acarició la parte trasera de mi oreja, rozando mi nuca... y susurró:

- Eran mis botas favoritas... ¡JODER! -gritó al final.

Empezó a restregar su cara con la mía, haciendo así que mi cara quedase empapada de sangre.

- ¡AAAAH! ¡IMBÉCIL! -refunfuñé.

- Eh... te está sangrando el entre-hombro.

- Oh, no, mierda...

- ¿Qué te pasó?

- Es... es... es una mor... mordida...

-echó a llorar. - ¡NO PUEDE SER!

- Nayeon...

- ¿Qué? -contestó sin apenas poder sacar su voz.

- Me he vuelto necrofílica. Me pone hacerlo con zombis... -empecé a reír.

- ¡SERÁS PUTA! 

- Te jodes. Tenía que devolvértela por llenarme la cara de sangre. Es una herida de bala, debería cambiarme el vendaje lo más antes posible.

- ¿¡JEONGYEOOOOON!? -gritó una voz.

- ¡Jhon, aquí!

Jhon corrió hacia nosotras. Se paró delante de mí, su cara se descompuso. Tenía muchas ganas de abrazarme, pero notaba que algo se lo impedía.

- Jamás conocí a alguien tan fuerte como tú -dijo mirándome fijamente a los ojos.

- Me alegro de verte, Jhon.

- Eh, ¿dónde están? -preguntó Nayeon.

- Vamos, seguidme. Tenemos que irnos. -contestó Jhon.

- Eh, eh, eh, Mina. Debemos encontrar a Mina.-dije.

- Vamos -tiró de mí Jhon.

De vez en cuando, zombis salían de entre la nada. Pero Jhon se los cargaba mientras Nayeon me ayudaba a andar.

Aunque es cierto que estaba muerta por hacer tanto esfuerzo físico, la alegría que sentía al saber que Nayeon e incluso que Jhon estaban vivos, me daba fuerzas para poder seguir esforzándome.

Salimos del centro-comercial por una pequeña salida que había en los baños de éste. Daba a la parte trasera.

- ¡JEONGYEOOOON! -gritó Wonho de alegría al verme.

- ¡Wonho! -contesté entusiasmada.

Sana, Wonho y Mina estaban allí.

Empezamos a caminar y Nayeon me contó todo: Sana, cuando yo la mandé a la fábrica, encontró a Jhon, Nayeon, Wonho y a una chica la cual acompañaba a Chae cuando Nayeon se enfrentó a ella.

Sana les contó lo que había ocurrido conmigo y corriendo se dirigieron al centro-comercial en mi ayuda. Al llegar a la tienda y ver que ni Mina ni yo estábamos, se dividieron para buscarnos. Idea tonta de Sana, ya que faltó nada para morir todos devorados...

Siguieron buscándonos, entonces fue cuando Nayeon oyó los disparos que Mina y yo hacíamos, y empezó a gritar mi nombre.

Mientras tanto, Jhon encontró a Mina corriendo y ésta le contó lo que estaba pasando. Jhon se encargó de buscar a Wonho y Sana, y sacarlos de ahí.

Jhon volvió al centro-comercial en nuestra búsqueda y mandó esperar a los demás en la puerta trasera.

La chica esa... bueno, Nayeon volvió a pagar su rabia con ella. Tampoco quise indagar en el tema, pero parece ser que la usó de cebo para ahuyentar a los zombis del centro-comercial.

Nos alojamos en un piso, que al parecer había sido ocupado anteriormente por Wonho, Jhon y Nayeon. Era muy pequeño... estábamos bastante apretados ahí dentro. Yo había pasado la noche en el único dormitorio que había, los demás apilaron colchones viejos en el salón y allí durmieron. 

Nayeon se pasó la noche entrando y saliendo del dormitorio para ver cómo me encontraba. De vez en cuando, limpiaba las heridas más profundas con una gasita y agua.

A la mañana siguiente, salieron todos en busca de medicinas y comida. Excepto Nayeon y yo, que nos quedamos para que yo pudiese guardar reposo.

- ¿Me haces sitio? -me dijo refiriéndose a la cama.

- Sí, claro -contesté incorporándome poco a poco.

- ¿Cómo lo hiciste? -preguntó mientras fijábamos la vista en el techo.

- ¿El qué?

- Sobrevivir -contestó.

- Pensaba que me conocías...

- Te conozco, Jeongyeon. Te conozco más de lo que piensas. Eres... eres tan fuerte, que das muchísimo más miedo que todos esos putos zombis juntos. Desearía mil veces antes la muerte, a ser tu enemiga.

- ¿Por qué me dices eso, Nayeon? ¿Acaso piensas que no tengo sentimientos? ¿Que soy cruel y fría?

- No, eres sensible, demasiado. No sé por qué te empeñas en esconder todos tus sentimientos. 

- Nayeon... noto que tienes algo que decirme, y además desde hace tiempo. ¿Qué pasa? ¿qué te ocurre?

- ¡Ya estamos aquí! -dijo Mina entrando al piso.

Nayeon y yo nos incorporamos rápidamente.

- Iré a verlos -dijo ella levantándose de la cama.

Mina me cambió la gasa de la herida y me dio puntos a ésta. Cerrándola así por completo.

Las quemaduras de mi piel, estaban algo mejor pero seguían bastante superficiales. Las cubrió con una crema para que fueran cerrándose. 

A parte de medicinas, alguna que otra revista y agua, también trajeron conservas y varios juegos de mesa. Tenían intención de quedarse ahí bastante tiempo... o al menos, eso estaban dando a entender.

Por la noche, decidí salir de la cama porque estaba agobiada de tanto reposo.

- Hola chicos -dije dirigiéndome a ellos.

- Eh Patri, vuelve a la cama -exigió Nayeon levantándose.

- No, por favor. Necesito despejarme un poco.

- Ven, siéntate aquí -dijo Wonho dando palmaditas en el sillón.

- ¿Qué os pasa? ¿Por qué estáis tan raros? -pregunté extrañada viendo la reacción que tenían.

- Nada... ¿Cómo llevas la herida? -preguntó Jhon.

- Bien, el dolor es soportable.

Todos se callaron y empezaron a mirarse. Nayeon empezó a morderse las uñas. Sabía que me escondía algo, ella y los demás.

- Mejor me voy... -dije levantándome.

Notaba que algo estaban ocultándome... sus formas de actuar les delataban. Pero, ¿el qué? ¿por qué esconderme a mí algo?


Apocalipsis final | 2YEON adaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora