Preguntas sin respuestas

13 3 0
                                    

¿Habéis sentido alguna vez una especie de ''odio'' hacia una persona sin motivo alguno o insignificante? Simplemente, odias a esa persona por el hecho de que exista... Eso sentía yo hacia Jhon y desde el primer día en que lo vi. Le tenía como asco, odiaba acercarme a él o siquiera mirarle a la cara. ¿Que por qué? Como ya he dicho anteriormente, no lo sé.


- ¡Tenemos que irnos YA! -gritó Nayeon.


- ¿Acaso ves que podemos movernos? -dije señalando a Sana-. Además, Jhon tampoco está en condiciones...


La manada de zombis seguía acercándose.


- ¿Cuántos hay? -preguntó Wonho mientras taponaba el brazo de Sana.


- 20... 25 quizás -contesté alzando la vista-. Wonho, me encargo yo de sujetar a Sana, tú acércate todo lo que puedas a la manada para ver si hay algo que podamos hacer contra ellos.


Acto seguido, Wonho se levantó y me puse yo en su lugar.


- ¿De cuántas armas disponemos? -preguntó Mina mientras yo inspeccionaba el cuerpo de Sana.


- Armas muchas, dos por cabeza quizás... Munición poca, muy poca después de toda la que gastamos en el centro comercial -contestó Jhon entre pequeños sollozos.


Wonho se acercaba poco a poco a los zombis, ellos estaban cada vez más y más cerca de nosotros. 


Quité la camiseta que taponaba la herida del brazo de Sana. La mordida estaba justamente en el antebrazo, la abrí para verla más de cerca. Ella temblaba. Era algo extraño, porque la sangre seguía fluyendo pero al llegar justamente a la vena donde se había producido la mordida, empezaba a formarse una especie de ''pegotes'' de sangre que tomaban un color rojo fuerte tirando a negrizo.


- Dame agua oxigenada, Nayeon-dije.


- ¿Jeongyeon qué dices? ¡Tenemos que irnos, Wonho viene corriendo!


- ¡Que me la des! -grité enfadada.


Nayeon sin rechistar me la dio. Mina, Jhon y Nayeon cogieron las mochilas y empezaron a apresurarse.


- ¡Vamoooooooos! -gritó Wonho corriendo hacia nosotros.


Yo seguía en el suelo, como evadida de todo excepto de Sana. Su sangre estaba enfriándose pero su cuerpo aún se mantenía caliente. Rocié la herida con el agua oxigenada, sin respuesta alguna me desesperé.


- ¡¡JEONGYEOOOON!! -gritó Wonho viniendo hacia mí-. ¡Déjalo y corre!


Me cogió del brazo intentando que me levantase. Forcejeé con él hasta que conseguí que me soltara.


- Déjame. ¡Huye!


Me miró y cogió su pistola.

Apocalipsis final | 2YEON adaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora