𝐘𝐮𝐚𝐧𝐟𝐞𝐧 | ɢᴇɴᴍᴜɪ

𝙺𝚘𝚒 𝚗𝚘 𝚈𝚘𝚔𝚊𝚗

| 恋の羊羹 |

Narradora Omnisciente.

Yuichiro no supo de dónde saco las fuerzas para zafarse de aquel agarre, pero lo que sucedió después fue en verdad un caos.Terminando con cuatro niños muy mal heridos en la enfermería y con el mayor de los gemelos en dirección recibiendo una reprimenda, pero la verdad de las cosas no le importaba en lo más mínimo, solo el hecho de como se encontraba su hermano en esos momentos.

Al poco tiempo llegaron sus padres para notificar el incidente, ellos parecían muy preocupados y la disculpa del director no pareció convencerlos del todo. Cuando llegaron a su hogar, Muichiro corrió a la habitación para encerrarse y no salir en seguramente un buen tiempo, siendo Yuichiro quien tuvo que contarles lo ocurrido con más detalle, el hecho de que los cambiarán de instituto no arreglaría mucho, tarde o temprano pasaría exactamente lo mismo.

La única solución que hubo fue suspender por un tiempo a los chicos que ocasionaron aquella situación y cambiarlos a otro salón. Aunque claramente no ayudo en nada para que las miradas gélidas y comentarios crueles, que no eran disimulados al ser pronunciados, se detuvieran.

El chisme corrió como el viento y resultando en los gemelos siendo excluidos por todos, hasta por aquellos que creían ser sus "amigos".

Yuichiro solo chisto su ácida lengua luego de escucharlos decir que ya no podían juntarse más con ellos, ahí era cuando se daba cuenta de que las personas eran falsas, superficiales y tan ineptas como para creerse una especulación respecto a las personas sin marca de unión.

Por él podían irse todos a la mierda.

Mientras que Muichiro...

Si bien su semblante ya no mostraba más que un completo desinterés por absolutamente todo, muy en el fondo le dolía, dolía saber que ya no contaba con nadie más que sus padres y hermano para seguir adelante. La verdad de las cosas no quería pensar en el futuro, de como sería aún más cruel, porque una cosa eran los niños de la escuela, y otra sin precedentes, una sociedad completa.

Si quería sobrevivir en ese mundo, debía dejar de ser alguien débil.
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Tres años habían pasado en un abrir y cerrar de ojos. Llegando con ellos la "terrible" adolescencia, habiendo cambios un tanto inesperados por parte de ambos gemelos, siendo Muichiro a quien pareció afectarle más. Adoptando un carácter frío y desconfiado para con todas las personas, hablando muy de vez en cuando durante los momentos que compartía con su familia y sumando el reciente mal temperamento que podía llegar a tener cuando en verdad lo hacían enojar, cosa que en un pasado nadie hubiera esperado de aquel tierno niño. Yuichiro por su parte seguía manteniendo aquella impulsividad y terquedad que lo caracteriza, pero por dentro había nacido una gran inseguridad que no le permitía ver las cosas de forma positiva, sus ojos cansados y preocupados veían en lo que su hermano se estaba convirtiendo.

Afortunadamente, después del tiempo transcurrido, ya no eran el centro de atención al cual lanzarle todo su desprecio cada día, ahora simplemente eran como fantasmas. Teniendo solo la compañía del otro en cada momento del día.

Ya con catorce años, los cambios físicos también hicieron su aparición, no eran muchos pero era algo. La estatura de ahora 1.60 centímetros, sus voces antes infantiles habían adquirido un tono más maduro y serio pero conservando a la vez un deje de suavidad. Complexión delgada pero gracias al ejercicio constante de ambos habían adquirido algo de músculo en piernas y brazos.