𝚁𝚎𝚌𝚒𝚕𝚒𝚎𝚗𝚌𝚎

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Pov. Narradora

Yuichiro retenía aún las lágrimas de ira que rogaban por ser liberadas. Contadas eran las veces que se permitía dejar salir aquellas gotas salinas, lo detestaba en verdad, para él era un signo de debilidad pero la situación lo superaba. Si así se sentía en esos momentos no quería imaginar lo que estaba pasando su gemelo.

Si bien renego y crítico hasta el cansancio todo lo relacionado a las marcas de unión, él genuinamente creía que su hermano obtendría su marca, ya que a pesar de todo sabía que era algo con lo que había deseado desde que podía recordar, no había conocido a nadie con la misma fuerte ilusión de encontrar por medio de esa unión a "su otra mitad" pero ahora...

Se sentía realmente culpable.

¿A caso el destino, o lo que sea, estaba castigando a su hermano por culpa suya? Realmente no sabía.

Su madre se había quedado en su habitación tratando aún de calmar a Muichiro. Su padre decidió que era mejor darles espacio, siendo por ello que se encontraba sentado en una de las sillas altas de la barra con su padre de frente haciendo el desayuno en completo silencio, hasta que esas lágrimas traicioneras se deslizaron por sus pálidas mejillas y los sollozos fueron audibles.

El mayor detuvo su quehacer, preocupado de escuchar a su hijo llorar, pero es cuando el menor llevó su dorso de la mano derecha a sus ojos para limpiar las lágrimas con fuerza, que soltó de golpe la cuchara que sostenía.

—Yuichiro... —llamo temeroso.

—¿Q-qué? —cuestiono entrecortado.

—Es solo qué... t-tu mano.

—¿Mi que? —confundido por aquella reacción miro hacia el lugar y al arremangar su camisa, es que la vio.

Desde el comienzo de su dorso hasta la mitad de su muñeca, hojas en tonos degradados de rosa y dorado se unian por una fina línea que simulaba una enredadera dando una ligera vuelta, como si se aferrara al brazo del dueño, era una marca.

Su marca...

Ahogo un grito para ver aterrado a su progenitor.

—¡Papá! —el mencionado se apuro a ir dónde su hijo y darle un abrazo.

El sonido de los murmullos invadieron el lugar repitiendo una sola cosa:

—¡¿Por qué yo?! ¡¿Por qué?! —Yuichiro con desesperación tallo la marca con su mano libre, esperanzado que se borrará mágicamente—. ¡No se quita! —exclamó ya con desespero.

—Yuichiro, trata de calmarte por favor —a pesar de intentar sonar tranquilo fallo rotundamente—. Respira, todo estará bien.

—¡No es verdad! ¡Nada está, ni estará bien! Esto es injusto no debí ser yo, no yo.

Las lágrimas solo se intensificaron, mientras el señor Tokito repartía torpes caricias en el largo cabello del menor por los nervios.

—¡Muichiro va a odiarme, ¿verdad?!

—¡Por supuesto que no! —se apuro a decir mirando fijamente a su hijo—. Tu hermano jamás podría odiarte, menos por algo que estaba fuera de nuestras decisiones.

—Pe-pero...

—No Yuichiro, no hay un pero, podremos salir de esto como una familia unida, pero para ello necesito que estés tranquilo y así puedas procesar las cosas correctamente, ¿Crees poder hacer eso por nosotros? ¿Por Mui?

Luego de unos segundos con largas respiraciones e hipidos entrecortados, Yuichiro asintió lentamente y abrazo con fuerza a su padre.

Ya era tarde noche, y la casa de los Tokito estaba tan silenciosa que era preocupante, pues usualmente se escucharían las risas de Muichiro y los reclamos de Yuichiro hacia su gemelo por no seguir las reglas de algún juego, el padre de familia con...

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Ya era tarde noche, y la casa de los Tokito estaba tan silenciosa que era preocupante, pues usualmente se escucharían las risas de Muichiro y los reclamos de Yuichiro hacia su gemelo por no seguir las reglas de algún juego, el padre de familia con su música animada mientras regaba algunas plantas o la señora Tokito en la cocina preparando algún postre para comer sentados en la engawa que daba al jardín.

Ahora solo estaba en ese sitio Yuichiro, balanceando sus pies descalzos mientras aún miraba pensativo aquella marca, estaba un poco roja debido a su arrebato de hace unas horas.

Unos finos dedos tomaron un mechon de su pelo para colocarlo detrás de su oreja, volteo encontrando los ojos celestes de su madre, que ahora estaba un poco irritados seguramente por llorar, pero aún así le dedico una dulce sonrisa para tomar asiento lentamente a su lado.

—Al fin logré que tu hermano se durmiera —murmuro con su voz triste, tomando unos segundos para volver a hablar—. La verdad es que no puedo explicarme aún por qué sucedió esto... —el brillo de lágrimas próximas a salir se hizo presente.

Yuichiro desvió la mirada hacia el césped del jardín, tratando que la picazón en sus ojos no generara el querer volver a llorar, tampoco podía entenderlo aún.

—Esto ha sido lo más difícil que haya tenido que experimentar como madre... uno sabe que la vida no es fácil, hay muchos obstáculos y para nada cerca de llegar a ser perfecta ¿pero esto? Jamás lo habría imaginado —nego suavemente—. Me siento culpable, creo que ilusione de más a Mui, contándole todas esas cosas sobre las marcas...

El menor miro preocupado a su madre, no tardó en pasar sus delegados brazos por su cuello y brindarle algo de calor.

—¡No tienes nada de que sentirte culpable Okasan! —trato de reconfortar—. Tú lo dijiste, esto era algo impensable, incluso era más probable que hubiera sido yo a quien...

—No Yui... —le interrumpió—. Ni tú, ni tu hermano. Yo en verdad quería que los dos fueran capaces de encontrar por medio de esa conección a su persona especial, aún si lo negabas todo el tiempo —solto una risa triste, la mujer miro hacia la pequeña mano de su hijo que era casi completamente cubierta por la manga del pijama—. Tu padre ya me lo dijo... —comento mientras tomaba la pequeña extremidad entre sus calidad palmas—. Sé que ahora no es el mejor de los momentos pero... aún así, estoy muy feliz por ti...  ¿permitirías que la viera? —pregunto temerosa.

Se lo pensó unos momentos pero acepto a la petición de su progenitora, con cuidado removió la manga de su camisa para dejar ver aquella marca.

—Oh, cielo —murmuro—. Es realmente linda...

—¿Qué importa si es linda? Sinceramente no me hace para nada feliz verla —respondió con voz rota.

—Tambien me dijo que estabas preocupado por lo que pensará tu hermano... Yuichiro, por favor mírame —el tono de voz se volvió serio, lo cual hizo al menor obedecer la indicación rápidamente, jamás había escuchado a su madre usar ese tono—. Sabes que tú hermano ahora mismo está destrozado, temo en verdad por como le afectará en un futuro, las personas que lo juzgarán sin piedad, porque a sus ojos es mala señal no tener una marca... ahora más que nunca nos necesita, en especial a ti —llevo sus manos a las mejillas de su hijo para limpiar los rastros de lágrimas que hubieran quedado—. Por favor, no lo dejes solo y cuida de él a dónde nosotros no podamos estar presentes.

La mirada celeste de Yuichiro reflejo un brillo de gran convicción y dando un asentamiento firme de cabeza, él jamás dejaría solo a su hermano.

—Lo protegeré de cualquier cosa que intente lastimarlo, te lo prometo.

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| NOTAS DE AUTORA |

Muuuuy buenas gente, aquí está el cap, una gran disculpa por la demora pero la universidad ya se puso medio intensa y no da respiro ¡Pero no sé apuren que trataré de tardar menos para el siguiente capítulo!

Spoiler, en el siguiente se viene lo bueno *giño, giño*

Bueno sin más, ya saben que si les gusta la historia comenten que me dan ánimos y de ser posible voten para que puede llegar a más personas ✨

¡Se cuidan y hasta la próxima!

St.Creek

𝐘𝐮𝐚𝐧𝐟𝐞𝐧 | ɢᴇɴᴍᴜɪDonde viven las historias. Descúbrelo ahora