Escenario 7: Pocky Game

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Dato random del día:  Por alguna razón, no puedo evitar shippear a Aika y Kaeya cada vez que el del parche aparece en algún escenario ¿A alguien más le pasa? xD

P.D.: Creo que este es mi escenario favorito hasta la fecha. Es una pena que no lo hayáis podido leer hasta ahora, aunque estuviera escrito desde hace bastante.

Jugando al Pocky Game

Observó, de nuevo, la caja de Pockys que se encontraba a un lado de su mesa

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Observó, de nuevo, la caja de Pockys que se encontraba a un lado de su mesa. Planteándose si, realmente, debería hacer algo con ellos o solo regalárselos al primer niño que se encontrara. Después de todo, dudaba bastante que el albino se acordara de ellos.

- Es la tercera vez que te quedas mirando la caja en lo que va de hora - Mencionó la voz de Kaeya, sacándola de sus pensamientos - ¿Y bien? ¿Piensas actuar de una vez o pretendes quedarte ahí sentada para siempre~? - Le preguntó, claramente intentando retarla. Inicialmente le ignoró, regresando la mirada hacia el objeto, hasta que, luego de un suspiro, decidió levantarse y llevársela con ella.

- Dame una hora. Si lo consigo, tú invitas esta noche - Le advirtió, parándose frente a él.

- Eso solo si lo consigues. Tal y como van las cosas, está claro seré yo quien vuelva a ganar~ - Contraatacó el de tez morena con una burlona sonrisa.

- Consíguete una novia de una vez y deja de molestar, idiota - Le dijo, pasando de él para dirigirse hacia la salida.

- ¡Avísame si descubres que tienes una hermana gemela y te aseguro que haré lo posible para conquistarla~! - Eso fue lo último que la chica escuchó decir al peliazul, antes  de salir de la cede.

Tras esa, para ella, estúpida charla previa con Kaeya, la castaña recorrió con lentitud las calles de Mondstadt hasta, finalmente, dar con quien estaba buscando. El cual, como siempre, se encontraba en la plaza rodeado de niños.

- Yo perdiendo tiempo y energía pensando en cosas innecesarias, mientras que ese idiota se divierte... - Se quejó, observándole - Como sea... - Murmuró, caminando hacia él y, nada más ponerse a su lado, le pateó la pierna.

- ¡Eso duele! - Exclamó, girándose a verla - ¿Eh? ¿Aika? - La miró totalmente confundido, quizá intentando pensar en si había hecho algo que pudiera molestarla. Eso era bueno, así le daba un uso a lo poco que le quedaba de cerebro.

- Deja de mirarme como un idiota y vámonos - Le dijo, comenzando a tirar con fuerza de su brazo, bajo la curiosa mirada de los niños y la del propio Itto. No fue hasta que llegaron hasta el interior de la casa de la castaña que Aika decidió detenerse.

- ¿Puedo saber qué se supone que te pas...? - Se quedó mudo, nada más notó como la chica lo acorralaba contra la puerta.

- ¿Um?... ¿Qué dices? ¿Quieres jugar? - Le preguntó, mostrándole la cajita de dulces. Por el visible sonrojo que invadió el rostro de Itto, estaba claro que el chico aún recordaba lo que había sucedido la última vez que probaron esos palitos. Al final, digamos que a Kaeya le tocó cumplir con su parte del trato y pagar la comida de la chica esa noche. Aunque... Lo más curioso de todo, fue que la castaña tardó algo más de lo normal en aparecer por la taberna de Diluc.

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