Narrador Omnisciente.
Para Azul había sido un reto llegar a su trabajo, todo el camino había estado recibiendo elogios, de chicos que pasaban caminando aún lado de ella, incluso algunos trataban de acercarse a la castaña para pedirle su nombre o número de teléfono. A la chica se le estaba haciendo demasiado tedioso aquellos acontecimientos, además ¿Cómo iba a encontrar al chico que la ama entre todos esos chicos que al parecer estaban interesados en ella? Definitivamente era una locura, sería demasiado complicado.
Azul se apresuro a entrar a las oficinas, el sudor le recorría la frente, pues había tenido que correr para evitar que los hombres se tratarán de acercar a ella, a pesar de que no se acercaban con malas intenciones, eso le incómodaba.
— ¡Azul! ¿estás bien? — pregunto Julie al mirar a su amiga.
— No, está mañana ha sido una locura. — dije mientras me acercaba a mi escritorio y ponía mis cosas. — Necesito agua.
— Voy — Julie corrió y sirvió un vaso con agua para su amiga, afortunadamente tenian un dispensador de agua para el equipo que trabaja ahí. Julie se apresuro a darle agua a su amiga y se dispuso a escucharla. — ¿Que ha pasado?
— Creerás que estoy loca, Julie — hablo después de darle un sorbo a su vaso con agua.
— Como crees, por más descabellado que suene estoy segura que es real.
— ¿De verdad, Julie? — Azul quería contarle a alguien lo que estaba pasando, pero también era difícil ¿Que gente cuerda creería que un duende le había cumplido un deseo?
— Trajeron esto, no tiene remitente — entro Daniela con un ramo de flores. — Solo dijeron que eran para ti. ¿serán de Marco, acaso? — Azul soltó un suspiro y miro a la joven que cargaba el ramo, esa mañana había visto más flores que cualquier otra cosa.
Aunque a Azul no le disgusto la idea de que fueran de Marco, a pesar de que no pudiera asegurar que lo fueran.
— No lo creo. — respondió Azul.
— Bueno... ¿dónde las pongo?— pregunto sin interés de descubrir quien sería el remitente.
— A déjalas encima de la mesa — Daniela le hizo caso a Azul y se fue de ahí.
— No me digas que ya estás saliendo con alguien ¿Por qué no me lo habías dicho? — comentó Julie con un puchero en los labios.
— Es por qué no estoy saliendo con nadie, todo esto es una locura, de pronto todos los chicos se volvieron locos y están intentando acercarse a mi.
— ¿Que? — Julie sonó confundída.
— Si, así es Julie, soy una estúpida, es culpa mía, y ahora debo darme prisa si no alguien inocente pagará las consecuencias. — Azul puso una de sus manos sobre su frente, angustiada, cansada y estresada, y eso que apenas comienza todo.
— Color, no te estoy entendiendo nada.
— Y no lo vas a entender, Julie... — Azul soltó un suspiro — Será mejor que me ponga a trabajar, eso me ayudara a despejar la mente.
Julie frunció el ceño y asintio, su amiga no se veía para nada bien, así que decidió darle su espacio, probablemente solo estaba muy estresada por el trabajo y necesitaba relajarse y organizar sus ideas.
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Por otro lado, estaba el joven futbolista de 24 años, entrenaba solo en la cancha, el sol era fuerte por lo cual hacía demasiado calor, Kevin había optado por quitarse la playera y entrenar así. El duende había sido muy cruel con Azul, pues a pesar de que había hecho que todos los chicos que se cruzarán con ella despertarán interes hacia la castaña, eso no funcionaría con Kevin. Él continuaba sintiendo algo por ella, sin embargo no pretendía hacer algo al respecto después de que ella le había dejado claro que no le interesaba. Así mismo después de 6 días comenzaría a sentir síntomas de enfermedad, empezando por leves hasta que después fueran intolerables. Claro, eso el duende no se lo había dicho a Azul, también si elegía a un chico equivocado en lugar del chico que verdaderamente estaba enamorado de ella, este experimentaría más dolor físico y bajo rendimiento en las actividades que desempeñará, por su puesto el más afectado sería sin duda el joven futbolista.
Luis llegó y miro a Kevin jugar con la pelota, la cual lanzaba sin ánimos, fallando una y otra vez los goles que intentaba meter en la portería que estaba a unos metros de él.
— ¡Eh! — exclamó Luis, Kevin giro y miro a su compañero, sin prestarle mucha atención continuo con su poco interesante entrenamiento. — ¿Estás bien?
— Si — respondió sin dejar de mirar la pelota.
Luis se acercó y detuvo la pelota que iba en dirección equivocada, para posteriormente meter un gol, ante su logro Luis sonrió.
— ¡Gooooool de México! ¡Excelente jugada de Kevin Alvarez y Luis Chávez! — exclamó Luis tratando de animar a su amigo. Kevin se tiró al pasto y llevo las manos a su rostro cubriéndose del sol. — Kev, no me digas que sigues pensando en todo lo que te dijo Azul.
— No puedo mentirte, si, realmente sigue doliendo. — respondió el pelinegro, Luis se acercó a él y se sentó aún lado mientras observaba como la piel de su amigo comenzaba a ponerse roja debido al sol.
— Ánimo, chicas hay muchas, además recuerda que no debemos distraernos, no bajar nuestro rendimiento, dentro de una semana tendremos partidos importantes, debes estar bien. — Kevin asintio y quitó las manos de su rostro.
— Eso lo sé... — Kevin se incorporo y miro a su amigo — Luis... ¿crees que sea buena idea salir con alguien más? Se que Azul y yo no fuimos tan cercanos y no le debo nada, pero... Siento extraño, como si estuviera traicionandola.
Luis esbozo una sonrisa, y despeinó a su amigo con ternura.
— ¡Hazlo! Sal con alguien más, probablemente te ayudara a darte cuenta que realmente Azul no es para ti. — Kevin asintio — ¿Por qué? ¿hay una persona más que te interesa?
— No en realidad. — Kevin soltó un suspiro — Pero, quizás si lo intento después llegué a quererla.
— ¿Y quién es ella?
— Sofía Salinas.
Luis levanto ambas cejas sorprendido, había escuchado de esa chica, era muy hermosa, además de muy influyente, su familia era muy importante en el país.
— Bueno, no pierdes nada con intentarlo, solo no quiero verte de esa manera... Olvida a Azul.
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Holiiiii, buenassss las tengan JAJAJA aquí pasando dejar un nuevo capítulo antes de llegar al trabajo. Espero les guste, nos leemos pronto ^^
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El Deseo del Duende |Kevin Álvarez|
Fanfiction"El amor no es su fuerte, pero quizás deba forzarlo a aparecer en su vida" Cansada de que su familia siempre le reproche que hasta su prima cuatro años menor tiene novios y ella nunca les a presentado alguno, Azul Conde decide tomar medidas desespe...