Naruto: Gemelos Aciagos.

Prólogo.

10 de octubre, Konohagakure No Sato.

La aldea se encontraba sumida en un caos insondable, a una escala no vista desde hace décadas. La mayoría de los edificios habían sido derrumbados. Casas y negocios quedaron destruidos. Los cadáveres estaban esparcidos por toda la aldea, siendo sacados por los ninjas médicos locales, mientras que los heridos también eran rescatados. Todo este caos fue desatado por el Kyūbi, una bestia hecha por un oscuro chakra maligno. La criatura atacó la aldea, y causó toda la destrucción, pero, a pesar de todo, fue derrotada. El Yondaime Hokage, el líder de la aldea, logró esta hazaña y salvó la aldea, aunque esto le costó su vida. Los daños fueron generalizados, incluso su líder murió, aunque, a pesar de todo, la aldea seguía en pie. Sin embargo, el Kyūbi no fue asesinado. Es imposible asesinar a una criatura así. Aunque logres destruir su forma física, el Kyūbi es capaz de regenerarse. Este proceso de reeconstrucción llevaría muchos años debido a la gran cantidad de chakra que se debería regenerar, pero, tarde o temprano regresaría, y, para colmo, reaparecería cerca del lugar de su desaparición, que, en caso de haber sido asesinado por el Yondaime, hubiera sido cerca de la aldea. Eliminar al Kyūbi sería una solución demasiado complicada de efectuar a corto plazo, e incluso si se tuviera éxito, este tarde o temprano volvería. Por eso, el Yondaime optó por otra solución; sellarlo. Sin embargo, el poder del Kyūbi era tan enorme que llevó a que el Hokage tomara una extraña decisión; separó el alma de la criatura de su poder. El Kyūbi, entonces, fue sellado en dos bebés recién nacidos, que en realidad eran hermanos. El poder de la entidad fue sellado en Katsumi Uzumaki, una niña nacida ese mismo día. En cambio, el alma de la bestia terminó encerrada dentro de Naruto Uzumaki, hermano gemelo de Katsumi, que nació un minuto antes que su hermana. En este momento, los dos bebés se encontraban en brazos de Hiruzen Sarutobi, Sandaime Hokage de Konohagakure No Sato, predecesor del Yondaime. Los 2 bebés y el ya anciano se encontraban en la sala del consejo dentro de la Mansión Hokage, la base desde la cual el Hokage dirigía la aldea. Este lugar estaba siempre bien protegido por ninjas de la aldea, por lo que no sufrió mayores daños en el ataque. Había otras 10 personas en la sala del consejo, formando todos ellos el consejo de la aldea. Allí se encontraban Danzō Shimura, Koharu Utatane y Homura Mitokado, quienes son consejeros del Hokage desde hace 30 años. También estaban los líderes de los principales clanes de la aldea, Fugaku Uchiha, Hiashi Hyūga, Shikaku Nara, Inoichi Yamanaka, Chōza Akimichi, Shibi Aburame y Tsume Inuzuka. La luz de la luna que brillaba en el cielo nocturno iluminaba la sala de forma peculiar. Nadie estaba feliz allí, todos parecían deprimidos, enojados, tristes, agotados. Todos con la excepción de algunos pocos, como Fugaku, Hiashi o Danzō, quienes permanecían inexpresivos.

"Tenemos que hacer algo al respecto". Dijo respetada líder del Clan Inuzuka, rompiendo el hielo con palabras en las que todos estuvieron de acuerdo.

"Para ser honesto, este desastre fue completamente inesperado. Nunca nadie hubiera esperado que el Kyūbi apareciera en la aldea tan repentinamente". Mencionó Chōza, líder del gran Clanº Akimichi.

"Las cosas inesperadas siempre suceden. Nuestra responsabilidad como miembros del consejo de la aldea es plantear medidas y tomar las mejores decisiones posibles para reparar los daños de forma efectiva". Shikaku Nara, brillante líder de los Nara, respondió.

"Para eso estamos aquí reunidos. Debemos trazar el rumbo futuro de la aldea para salir de este problema cuanto antes". Homura acotó.

"Si no hacemos eso, podría haber una catástrofe. Otras aldeas pueden aprovecharse de nuestra debilidad y atacarnos por sorpresa. Eso sería devastador". Koharu agregó a las palabras de su compañero consejero.

Se notaba como ambos ancianos dominaban el arte de la política; sabían como combinar sus ideas con una buena labia manteniendo el mismo discurso casi como si uno continuara la frase del otro.