La vida sigue

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"¡Arriba, grandote¡" grito enérgicamente una voz femenina justo en su oído seguido del golpe con una almohada. 

Se movió pesadamente sobre la cama, haciendo a un lado la sabana que tenia encima y mirando su pequeño reloj ubicado en el buro a un lado de su cama, el cual marcaba que ya eran las 09:00 horas de la mañana. Se levanto de golpe, bastante confundido, ya era bastante tarde para alguien como el que suele estar despierto desde las primeras horas del día. 

"¿Larga noche?" la mujer toma asiento en una silla que hacia juego con el escritorio de aquella habitación. Desde su lugar mantenía una amplia sonrisa mientras lo miraba tratando de despertar por completo "¿Necesitas un beso para despertar?" sugirió juguetonamente sin dejar de verlo. 

"No empieces, Emma"  se froto el rostro con ambas manos, aun se sentía un tanto somnoliento "¿A que viniste a mi habitación?" 

"A despertarte, ¿No es obvio? A todos nos pareció extraño que no llegaras al desayuno y yo me ofrecí a venir a buscarte" 

"Solo me quede dormido, ya puedes irte" salió de su cama con dirección hacia la puerta del baño pero antes de que su mano pudiera tomar el pomo de la puerta, sintió una mirada aun sobre el, por lo que se giro y vio que Emma seguía exactamente donde mismo "¿Que estas esperando?" 

Emma dejo su lugar y dio unos cuantos pasos para poder llegar delante de Ghost, la diferencia de estaturas era bastante clara, ella tenia que verlo hacia arriba. Por ello, estiro su mano hacia el rostro de el y lo acaricio suavemente, era bastante raro verlo sin su mascara, días como esos eran tan escasos como únicos. 

"La oferta del beso sigue en pie" susurro dulcemente. 

Su mano sujeto con fuerza la muñeca de ella, no tenia intenciones de lastimarla, pero queria dejarle en claro que no gustaba de este tipo de acciones. Con un simple y rápido movimiento la alejo, nuevamente le ordeno que saliera de su habitación y se encerró en el cuarto de baño. Lo siguiente que Ghost pudo escuchar fue como la puerta de su habitación se cerraba. 

Abrió la llave del lavamos y con ayuda de sus manos se mojo el rostro, cuando elevo su vista se encontró con su reflejo en el espejo, y como era de esperarse de alguien que recién se levanta, lucia un poco desaliñado. Aun no entendía porque se había quedado dormido, la noche anterior no hizo nada fuera de lo común. 

Se dio tanta prisa como pudo para alistarse en el menor tiempo posible, ya iba demasiado tarde como para seguirse distrayendo. Pronto ya se encontraba de camino al comedor, su plan era solo tomar algo ligero y después darle alcance al resto de su equipo. 

Tan solo le había dado la primera mordida a su rebanada de pan cuando alguien mas tomo asiento en su mesa, ocupando el lugar delante suyo. Ni siquiera ocupaba ver de quien se trataba, era bastante obvio, era nuevamente Emma. 

Aquella mujer había sido la ultima adición al equipo desde hacia ya casi un año. Reconocía que era buena en su desempeño, era una compañera por demás competente y leal, el único inconveniente que le encontraba era que desde hacia un par de meses se mostraba aun mas insistente en querer estar cerca de el. Y aunque desde el minuto uno le dejo muy en claro que no estaba interesado en ningún tipo de relación mas allá de lo profesional, pareciera que ella no le presto mucha atención y continuo con sus intento de conocerlo y convivir aun fuera del tiempo de servicio. 

"¿Que necesitas ahora?" no se molesto en levantar la mirada, estaba mas interesado en terminar sus alimentos. 

"No me gusta verte comer solo, o  bueno, en general no me gusta que lo estés" había recargado sus codos sobre la mesa mientras que sus manos sostenían su rostro. 

Todo se trata de decisionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora