Era la completa burla de sus compañeros de generación, ya que una gran parte de ellos estaban asignados en la misma base, aunque en diferentes grupos.
Pero para nadie era un secreto como se la pasaba detrás del teniente Ghost, una figura respetada, y hasta temida, quien siempre estaba demasiado ocupado con su trabajo como para prestar atención en cualquier otra cosa. Especialmente no en ella.
De nada le servía ser un buen elemento, capaz en muchas cosas, cuando todos eclipsaban esos talentos por los constantes rechazos amorosos que recibía del teniente.
Cada vez que deambulaba por los pasillos o se encontraba accidentalmente con algún compañero, estos no perdían oportunidad para echarle en cara el como nunca seria correspondida. De cara a ellos, nunca les hacia caso, los ignoraba como toda una profesional, incluso les respondía con algún insulto.
Pero cuando estaba en la privacidad de su habitación, las cosas eran muy diferentes. Lloraba, lo hacia por mucho tiempo, no tenía amigos ahí, así que debía darse consuelo a si misma, se abrazaba y se repetía palabras bonitas, de aliento. No era estúpida como para no ver que Ghost no daba pie a ninguno de sus avances, le dolía de hecho, pero siempre se retiraba con una sonrisa en el rostro. No quería llorar delante de él, ni de nadie.
Entonces, ¿Por qué no se rendía? Era la solución mas lógica.
¿Cómo le dices a tu corazón que deje de sentir algo por alguien? Ha tenido noches en las que se ha jurado no seguir intentando más, darse por vencida de una vez y ser solo ser compañeros de equipo. Pero a la mañana siguiente, cuando se reencuentra con él, todo ese valor y seguridad se van por el caño. Su maldito corazón la traiciona y le hace ser débil ante él, solamente quiere abrazarlo, se imagina el calor de estar entre sus brazos.
Sueña con recibir palabras de orgullo de su parte. Tener su consuelo...un poquito de su amor.
Pero mientras mas lo intenta, mas puede ver el desagrado en el rostro de Ghost, y eso duele aún más. No es fácil ver como tu amor es visto como un fastidio.
Es así como termina en una especie de limbo.
Quiere detener este sentimiento, pero no lo logra. Y cuando le da libertad a su corazón de sentir, el rechazo constante es como recibir puñaladas. Y aun bajo ese escenario, debe seguir trabajando lado a lado con él, actuando como si dentro de si misma no se estuviera librando una lucha entre su corazón y su mente.
¿Qué se necesita para ser amada?
Se lo ha preguntado tantas veces, pero nunca consigue una respuesta. Solo obtiene el mismo silencio de siempre, encerrada en su pequeña habitación.
ESTÁS LEYENDO
Todo se trata de decisiones
RomanceFinalmente había llegado el día tan esperado, su boda. Las personas mas importantes para ambos ya estaban reunidos en la iglesia, esperando pacientemente la llegada los novios. Pero cuando al lugar solo te presentaste tu, todos sabían que algo no e...