Prólogo

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Cierro mis ojos cuando los rayos del sol entran por la ventana de mi habitación – otra vez olvide cerrar las cortinas – mi madre siempre me dice que si mi cabeza no está pegado a mi cuerpo de seguro que también lo olvidaría o recordar que lo tengo puesto, me volteo dándole la espalda al brillo, ignorando que ya es de día y era hora de levantarse – en estos días he pensado mucho en lo que diría ¡estoy enamorada de ti! ¡creo que me gustas!, buscando las palabras y la manera correcta de poder confesarme con el que ahora es mi mejor amigo.

Estos días estuve practicando me confesión.

– Dylan estoy enamorada de ti – dije mirando al espejo.

Negué, era tonto decir así de simple, estoy nerviosa y a veces me pregunto ¿Qué tal si él no me ve como yo quiero que me vea?

Dylan y yo hemos sido los mejores amigos desde hace años, nos conocimos cuando yo apenas tenía 5 años y el 6, él es de mayo y yo de agosto.

<< 10 años después

¡Mama tengo miedo! – grite aun sentada al filo de la resbaladera, no tenía el valor para deslizarme.

Mi amor, no tengas miedo mama te cuida desde aquí – ancho sus labios para mostrarme una sonrisa increíble dándome seguridad.

Aunque la altura no era demasiado, el miedo se apodero de mi por más que quisiera resbalarme no podía – era una cobarde.

Yo estaré contigo, así ya no tendrás miedo – volteo a ver al niño que me dio ánimos, tiene los ojos de color azul, su cabello es rubio muy fino, su piel moreno claro que hacia resaltar y brillar esos ojos.

Asentí con la seguridad que me dio, rodeo para ponerse a mi lado, una vez que estábamos listo bajamos juntos, repetimos un par de veces juntos – fue un día increíble – pasamos toda la tarde jugando entre los otros juegos del parque mientras mi madre nos vigilaba a cada juego que nos subíamos – Dylan era nuestro nuevo vecino, el recién se había mudado.

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Desde ese día nos hicimos los mejores amigos, salíamos a jugar juntos siempre con la vigilancia de mi madre o el de la suya, al estar en el mismo colegio nos sentamos juntos, hacíamos las tareas en su casa como en la mía, nuestros padres se volvieron los mejores amigos también, en todas las aventuras siempre éramos los dos juntos.

Me levante muy a mi pesar y los gritos de mi madre tampoco es que ayudan a que yo volviera a cerrar los ojos – un domingo a quien se le ocurre levantarse a las 8:00am – a nadie, pero tenía que hacerlo, mi madre amenazo en no dejarme salir si no terminaba de ordenar mi habitación.

No quiero exagerar, pero si no limpio tendré mi propio ecosistema habitable en mi habitación.

Salte al piso, hice unas cuantas respiraciones y baje a toda velocidad a la cocina, antes de hacer el trabajo tengo que alimentarme, hoy mis padres salieron muy temprano a misa como cada domingo antes que termine el mes, me prepare unos huevos revueltos con tocino y unas tostadas con un jugo de papaya – ¡que delicioso desayuno!

En cuanto termine deje los utensilios en el lavadero – después lo lavare – subí a mi habitación para emprender mi viaje a la limpieza de mi propio ecosistema que habita en mi habitación, debo terminar antes de que mis padres regresen; de no acabar no podré ir a la cita con Dylan y todos mis planes se echarían a perder, de hoy no pasa mi confesión – era un sí o un no.

You Belong With MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora