Getaway Car

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Hoy es un nuevo día, hoy debe ser el comienzo de olvidar lo que paso y empezar como se tratase de una nueva vida con los mejores cambios, estoy de vuelta a las clases para mi 4to año en leyes.

Me levanto con un poco de flojera mientras me estiro, entro a la ducha para mis aseos personales e íntimos, cuando termino me alistó, me pongo una sudadera con el logotipo de summer y una falda por encima de la rodilla.

Salgo de la habitación para perderme en la cocina, mi desayuno consiste en un sándwich con jamón y queso y un jugo de naranja de los que suelen vender en los supermercados hago 4 dos para mi y dos para Dylan, cuando termino voy a lavarme los dientes.

— Gracias por el desayuno – Dylan aparece en la sala con el sándwich en la boca – ¿no crees que vas muy temprano?

— Estoy justo a tiempo – agarro mi mochila, lleno los libros que dejé ayer – nos vemos más tarde.

Salgo y corro para el ascensor que estaba a punto de cerrarse – gracias – le digo al chico que detuvo el ascensor.

— De nada – me responde – Zac Collins – me extiende su mano.

Es un chico de unos 25 o 28 años, alto de unos 1,85m con un cuerpo bien formando de esos que les gusta el gimnasio, piel blanca aunque un poco más oscura que la de Charlotte ¿se supone que no deberías de mencionarla?, sus ojos son marrones claros, ojos bien grandes y labios carnosos.

— Danielle Scott – acepto su mano – ¿eres nuevo aquí? – niega – no te había visto

— Vine a dejar a ....  – se queda callado – una amiga de mi hermana.

Debo de creerle ¿no?, la conversación quedo ahí, cuando llegamos cada quien salió a su tiempo, al salir del edificio me encuentro con Lexa junto a la puerta de la camioneta negra parada con la mirada perdida.

— ¿Y sansón? – pregunto para atraer su atención, que al parecer estaba en el chico que salió conmigo.

— ¿Quién es? – evade mi pregunta – se ve guapo, es nuevo vecino.

— ¡Lexa! – doy un golpe en su frente.

— Auch! – se queja – ordenes de mi madre – dijo dándome paso a poder entrar – ils sont allés avec les potins – termino de decir entrando y Andrei empezó a conducir.

El camino de unos 20 minutos fue en total silencio, Lexa estaba molesta con lo sucedido y a quien culpamos a Andrei el chismoso, a veces quisiera ayudarla pero no era así de poderosa como su madre, lo que ella dice se cumple pero se que había algo más que solo un chófer.

— Cuanto estemos solas te cuento – entrelaza nuestras manos, asiento.

Andrei se detiene en la puerta de mi facultad, me despido de Lexa dándole un abrazo y un beso.

Entro al salón de clases encontrándome con Luis – hola peque – me saluda señalando mi asiento.

— Hola – camino hasta llegar y sentarme – pensé que iba a llegar tarde.

— Más vale 5 minutos antes ¿verdad? – asiento.

Los demás empezaron a llegar, cada quien sentándose en su lugar, el profesor Taylor fue el primero en darnos las clases donde debatimos un caso penal de un ladrón que por robar unos cuantos dólares para sus yerbas mato a una adolescente, de acuerdo a las pruebas caímos en cuenta que el ladrón mato a la chica mientras estaba drogado haciendo que el casi no recuerde lo que hizo.

Conclusión final del caso – culpable – entregamos nuestras pruebas al profesor quien lo iba a revisar y darnos las notas.

— ¡Un 10! – grita Luis emocionado – desde que estoy contigo siento que soy más inteligente.

You Belong With MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora