Hay registro mágico de casi cualquier cosa que un mago necesite saber, es necesario tenerlo y mantenerlo guardado en la historia.
En estos esta escrita la edad máxima a la que ha llegado un roto antes de bueno, fallecer.
Harry lo sabe porque investigo aquello años atrás, recuerda la historia y conoce el rostro del hombre. Un mago de Ucrania que solía documentar los diferentes hechizos y rituales que usaba para intentar alargar su vida, todos los estudios que hizo y los planes a futuro que tenía.
El mago murió 19 años atrás a la edad de 28 por un ataque al corazón y próximo derrámeme cerebral.
Él en ocasiones suele sentarse mirando las estrellas, imaginando que le esta hablando y contando las investigaciones que está haciendo, siguiendo su ejemplo. Tal vez si se esfuerza lo suficiente logre alcanzar esa edad.
28 años.
28 años es una edad corta en una vida muggle común. Ahora, hablando de una persona mágica es prácticamente un chiste, hay magos que llegan a vivir más de 200 años, ¿28? Es ridículo.
Harry, siendo un roto y sabiendo cómo es vivir así. Puede decir que es mucho, es difícil que tu cuerpo lo logre, pero en su opinión la mayor batalla es la mental. Por más que lo intente no está tan seguro de poder llegar a una edad tan alta.
Y lo reafirma porque, en realidad, el ha perdido la batalla mental antes.
Fue cuando tenía 14 años.
Lo recuerda perfectamente porque fue la primera vez que quiso rendirse y acabar con todo, fue como si estuviera bajo el imperius, algo más fuerte que él y todas las promesas que hizo al aire acerca de intentarlo hasta el final. Fue la primera vez que se cansó de intentar sobrevivir.
Fue en invierno, un par de semanas antes de yule, en Hogwarts, uno de esos días en que el frío te cala los huesos y si estás cerca del lago negro corres el riesgo de congelarte si no tienes precaución con las temperaturas.
Había estado dopándose por casi un mes entero con pociones para dormir y así controlar su insomnio, su cuerpo comenzaba a rechazarlas y las vomitaba apenas las ingería. Sus ojos estaban irritados todo el tiempo y si bien moría de hambre un solo bocado de comida hacía que su estómago doliera, se obligaba a comer para no levantar sospechas y poder jugar quiddich. Fue la mayor recaída que había tenido en su vida.
Draco lo sospecho cuando se reunieron para desayunar, pero Harry dijo que estaba bien, él siempre decía que estaba bien. Y era tan convincente que le creyó sin dudar.
El rubio se sintió tan estúpido por haberlo hecho que lloro por noches enteras sintiéndose culpable.
Fue dos días después que lo encontró ahí, a tiempo, Harry solía decir que siempre llegaba a tiempo.
En una ocasión le grito que lo odiaba por hacerlo, luego lloro en sus brazos hasta quedarse dormido pidiéndole perdón por decirle eso.
Fue de noche, después de la cena y cuando sabía que los alumnos no estarían cerca.
Había estado sentado en la orilla del lago donde ahora mismo se encuentra. Llevaba solo un suéter ligero color azul pálido que no alcanzaba a cubrirle de la frialdad que el clima le ofrecía.
Irónicamente él se sentía cálido, le dolían los huesos, la cabeza le palpitaba y sus ojos lagrimeaban, pero eso no tenía nada que ver con la temperatura del lugar.
Recuerda haberse quedado pensando por largos minutos antes de armarse de valor.
Se sintió estúpidamente cobarde pero en el lío de pensamientos que tenía, no encontró otra solución.
Pensó que si saltaba, una criatura lo alcanzaría, lo hundiría y no tardaría en morir en ese lugar, tal vez por el frío o siendo devorado por algo, quien sabe, si tenía suerte sería de forma rápida. Con suerte y su cuerpo no sería descubierto y sus padres creerían que se fugó a algún lugar lejos, que seguía con vida y seguiría así por mucho tiempo más.
En su cabeza nublada dedujo que pensar que los abandono era mejor que verlo muerto, así que estaba bien.
No sabe cuánto tiempo paso desde que saltó y nado lo más que pudo a la zona más profunda. Solo recuerda que comenzó a hundirse, cree estar seguro de haber sentido que era tomado de su pierna para hundirlo en las profundidades, pero no tiene sentido porque entonces no habría podido ser rescatado, no en esas condiciones.
No tiene idea de cómo Draco supo que estaría ahí, de cómo lo sacó, ni de como lo reanimó y llamó a su médico de confianza.
Lo único que sabe es que despertó en una camilla, con un dolor en cada parte de su cuerpo, la mente confundida y el rostro de Draco y el doctor Riddle frente a él.
Fue un vomito verbal.
Se sintió humillado por ser descubierto pero como un niño pequeño queriendo abrigarse con alguien, lleva tanto tiempo guardándoselo para sí mismo que no podía mas.
Se sintió como que por fin podía respirar después de tantos años ahogándose sin poder salir a la superficie.
Odia los sistemas de magias, las clasificaciones y los pequeños porcentajes de probabilidad.
Es molesto porque a Harry no le importa la marca para tener un alma gemela o lo que sea que eso signifique. No le interesa una situación romántica por obligación, donde sientas la necesidad de estar con alguien solo porque una marca te dice que así debe ser, no le interesa siquiera comprender cómo funciona, porque es algo tan banal para ese punto. El solo quiere la maldita marca para dejar de sentirse tan mal como se siente, tan incompleto y tan desdichado. La quiere para sobrevivir y no tener que vivir de la forma en que lo hace.
La necesita más de lo que la quiere.
¿Por qué no la merece? ¿Qué demonios tiene que hacer para tenerla? Él está dispuesto a todo. Él ha intentado todo.
Harry quiere vivir más de lo que ha querido cualquier otra cosa antes, incluso que esa mini motocicleta que le rogó a su madre le compraran cuando tenía siete.
Porque morir significa rendirse sin luchar, y por Merlín, quedó en gryffindor por algo, intentaría aferrarse a la vida tanto como pudiera.
Por más que doliera hacerlo.
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Dato curioso: en esta versión la marca no son las iniciales de tu alma gemela. Sino más bien es una marca compartida, por decirlo de alguna manera ambos tienen el mismo signo en el mismo lugar, de la misma tonalidad, mismo tamaño y textura.
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Roto.
FanfictionCada mago la obtiene en sus primeros años de vida, una marca gemela que te lleva a una persona perfecta para ti, que está destinada a ti. Todo mago sin excepción alguna la obtiene, a menos que... Estés roto.