No fue una buena mañana.
Harry no se había sentido así en semanas, creyó que era algo positivo, que estaba mejorando, se mintió a sí mismo con eso. Pero recordando la sensación ardiente en su garganta y la vista roja de la sangre que estaba vomitando, sabe que los números se están reduciendo.
Fue tan ingenuo por creer que había mejorado, que algo estaba cambiando.
¿Qué tan seguro es llegar a los 28? ¿Qué tan seguro es llegar a los 20? ¿Qué le asegura que despertará el día siguiente? ¿Qué le dice que no morirá en los próximos minutos?
Harry quiere morir, quiere hacerlo ya. Dejar de sufrir, dejar todo lo que lo agobia. Quiere que sea rápido, no le importa la forma, solo quiere que pase.
Draco se da cuenta de que está sucediendo de nuevo cuando no sale de la habitación y su mirada permanece quieta, sin parpadear, sin vida.
El ojiverde se sentía tan muerto en vida, y Draco podía verlo, sentirlo.
—Debes comer algo —dice, mantiene un tono de voz bajo, débil mientras le observa—. Todo está bien, solo es una recaída, te sentirás mejor más tarde... ¿que-? ¿Que tal si salimos a dar una vuelta?
—¿Tu realmente crees que pueda hacerlo? —le pregunta—. Estaba haciendo cuentas y comparaciones. Creo que nunca llegaré a graduarme, ¿no es triste estudiar para ni siquiera poder graduarte o ejercer? ¿Cuál es el punto de todo lo que hago? Solo estoy perdiendo el tiempo en cosas que nunca llegarán a nada.
—No digas eso Harry —Draco limpia la mejilla del ojiverde cuando nota la primera lágrima caer, tan caliente como el rostro hirviente del chico. No lo dice, pero puede notarlo deteriorado físicamente. Se siente preocupado y asustado—. ¿No decías que la negatividad te afectaba?
El contrario le ignora—. Estaba pensando en la muerte y lo que puede significar, siempre estamos tan asustados de irnos, ¿no es ridículo? Creo que en realidad cuando muera ni siquiera lo sabré, solo descansaré por fin y todo dolor se irá. ¿No es mejor morir que vivir como lo estoy haciendo?
—Deja de decir estupideces —se molesta, levantándose de la cama y limpiando sus propias mejillas mojadas—. No vas a morir, deja de hablar así.
—Ningún roto puede sobrevivir a su condición.
—Pues serás el primero, siempre hay una manera, no me importa cual sea. Así que deja de hablar así. Solo necesitamos pensar más allá del resto, siempre hemos pensado más allá.
—No lo entiendes —se sienta con dificultad. Todo su cuerpo duele, se siente como si su sangre estuviera hirviendo. Su cabeza palpita como si estuviera siendo aplastada. Sus ojos arden y su garganta quema—. Duele mucho, y estoy tan harto Draco. Es tan injusto, ¿por qué tengo que ser yo? ¿Que hice para tener que vivir así? ¿Soy tan mala persona que tengo que sufrir todo esto?
No quiere llorar pero es difícil contenerse. Ni siquiera sabe que le duele más o que dolor puede más, si el físico o el mental. Esta tan estúpidamente cansado.
¿Por qué no termina de sufrir? Tal vez sería un regalo morir porque su corazón se detenga, algo rápido. ¿Él merece sufrir y acabar por si mismo con la tortura acaso? ¿No merece siquiera una muerte rápida?
La mayoría de los rotos morían en los primeros 12 años de vida. ¿Era un regalo que Harry siguiera vivo, o siempre fue un castigo?
—Ojalá no tuvieras que cargar con esto también, sería más fácil si no lo hicieras —le dice cuando nota el llanto que intenta controlar del otro lado de la habitación.
—Ni se te ocurra levantar tu varita en mi dirección —le dice, sabiendo lo que tantas veces había estado pensando. No había que ser un genio para intuirlo—. Estamos juntos en esto, Harry, para bien o para mal.
—Eres demasiado estúpido.
—¿No se supone que admiras tanto la lealtad?
—No cuando te hace sufrir o cargar mis penas.
Draco no dice nada, en cambio, se acuesta en la cama que ambos comparten y envuelve a Harry en un abrazo fuerte. Solo entonces el ojiverde se permite llorar.
Lily nota que algo anda mal apenas ve el rostro de su hijo a la hora de la cena.
Instantáneamente se acerca y toca su frente. No hay temperatura elevada, pero no se tranquiliza solo con eso—. ¿Tomaste una poción?
Si se ve de esa forma tiene que estar enfermo, pero si no lo exterioriza, debió tomar una poción.
—Si, me dolía un poco la cabeza desde la mañana —responde, es más fácil trabajar sobre una verdad a inventar toda una mentira desde cero.
—¿Solo eso? ¿Que tal si te llevo al doctor a que te revisen? No quisiera arriesgarme a que te enfermes más.
—No creo que pase a ser tan grave, ayer estuve mucho tiempo fuera. Tal vez solo estoy pescando un resfriado.
—Uhm, igual podríamos ir por un chequeo general, ¿hace cuanto no vas al doctor?
Harry comienza a entrar en pánico entonces—. Sabes que no me gusta ir, mucho menos cuando no tengo motivos.
—Pero-
—Ya Lily, si te sientes más tranquila yo podría hacerle un chequeo general a Harry —Regulus interviene, colocándose al lado del más joven.
—No eres doctor —el ojiverde señala, confundido.
—Solo porque no quise ejercer, pero puedo desenvolverme perfectamente como uno.
—Bien, cuando gustes —dice, más confiado sabiendo que Regulus probablemente solo lo decía para calmar a su madre.
Cuando acepto que el hermano de su padrino le hiciera un chequeo general no planeo que realmente lo hiciera.
Creyó que ambos estaban bromeando con eso, solo como una excusa.
Pero ahí estaba, nervioso por lo que sea que pudiera salir en el chequeo.
Harry no es que no haya ido al doctor antes, solo que su salud no es la misma que cuando tenia ocho, y desde esa edad solo tomaba pociones o visitaba la enfermería.
Ahora no tiene escapatoria. Y sabe que un diagnóstico puede arrojar datos preocupantes.
—No es necesario, estoy bien en verdad —le sonríe de forma tan tranquila como puede. Su corazón late rápido y puede vomitar de lo nervioso que se encuentra.
Tiene miedo.
—Mhm, ¿que pociones tomas normalmente?
—Esas que papá tiene para el dolor de cabeza o los resfriados.
—Entonces, ¿que es esto? —levanta una botella negra y de aspecto sucio que Harry sabe perfectamente de donde proviene.
—¿Abriste mi maleta? —dice antes de que pueda pensar en una excusa.
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Roto.
FanfictionCada mago la obtiene en sus primeros años de vida, una marca gemela que te lleva a una persona perfecta para ti, que está destinada a ti. Todo mago sin excepción alguna la obtiene, a menos que... Estés roto.